Emoción

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Después de salir del trabajo, Josh y Amy se dirigieron a la tienda de mascotas para comprarle algunas cosas a Finn. Amy estaba emocionada y, apenas entraron, empezó a recorrer los pasillos, buscando collares, juguetes, mantas y accesorios. Cada vez que encontraba algo que le gustaba, corría de regreso a donde estaba Josh, mostrándole cada elección con una sonrisa entusiasta.

—¡Mira este collar, Josh!— decía Amy, sosteniendo un collar de color azul con pequeños detalles brillantes. —¿No crees que se vería adorable en Finn?—

Josh, con su actitud tranquila de siempre, analizaba el collar y asentía o negaba con la cabeza. —Está bonito, pero creo que este otro le queda mejor,—respondía, tomando uno más sencillo, de cuero marrón.

Amy se reía y volvía a la búsqueda, encontrando juguetes de diferentes formas y colores. —¡Este hueso de peluche sería perfecto para él!— exclamaba, mientras Josh evaluaba la utilidad de cada juguete. —Recuerda que queremos que se mantenga entretenido, pero sin causar destrozos,— le recordaba en tono suave.

La emoción de Amy era contagiosa, y aunque Josh era más moderado en sus decisiones, no podía evitar sonreír al ver lo feliz que ella estaba de preparar un espacio cómodo y adecuado para Finn.

Josh, viendo la emoción de Amy mientras seleccionaba collares y juguetes, le sugirió: —¿Qué te parece si tú te encargas de los collares y juguetes, y yo voy a ver la ropa para Finn? Me gustaría escoger algo que realmente le quede bien.—

Amy asintió con entusiasmo. —¡Perfecto! Así puedo elegir todos los collares adorables sin sentir que me estoy pasando,—dijo, sonriendo.

Mientras Amy se dirigía de nuevo hacia los collares y juguetes, Josh se encaminó a la sección de ropa. Observó las diferentes opciones, desde camisetas simples hasta pequeños suéteres. Pensaba en algo cómodo que a Finn no le incomodara, así que optó por algunas prendas ligeras y suaves en colores neutros. Se detuvo al ver una camiseta que decía " Tu Perri-hijo" Mostraba unas orejas por encima de las letras y una cola al Final de la "O" y pensó que, tal vez, ese toque simbólico sería perfecto para darle a Finn una sensación de pertenencia.

Cuando volvió a reunirse con Amy, ella le mostró una selección de collares y juguetes que había elegido, y Josh le enseñó las prendas que había seleccionado. Ambos se rieron de lo mucho que habían comprado y, finalmente, con una sonrisa satisfecha, fueron a la caja para llevar todo a casa y ver cómo Finn reaccionaría a sus nuevas cosas.

Al llegar a casa, Josh y Amy se encontraron con la escena caótica que Finn había dejado en su ausencia. Los restos de las lámparas de cristal estaban esparcidos por el suelo, y, para su sorpresa, Finn estaba inclinado sobre los fragmentos, intentando masticar algunos de ellos, confundido y con evidente curiosidad.

Josh dejó rápidamente las bolsas en el suelo y se acercó a Finn. "¡Hey, suelta eso!" le dijo con una mezcla de sorpresa y preocupación mientras se inclinaba para sacarle los cristales de la boca antes de que pudiera lastimarse.

Con mucho cuidado, Josh revisó que no tuviera más fragmentos, y luego le acarició la cabeza en un intento de tranquilizarlo. Amy, al ver el desastre, suspiró y luego se unió a ellos, revisando que Finn no se hubiera hecho daño.

—Creo que tendremos que enseñarle a no meterse todo en la boca,— comentó Josh, medio en broma, medio en serio, mientras se aseguraba de que Finn estuviera bien.

Amy miró los restos de sus lámparas favoritas esparcidos por el suelo, y su irritación era evidente. Mientras Josh intentaba calmar el ambiente con una pequeña broma, ella, todavía molesta, suspiró con frustración.

—No creo que solo una broma solucione esto, Josh,— dijo, cruzando los brazos. —Esas lámparas me encantaban... creo que deberíamos castigarlo para que entienda que no puede hacer esto cada vez que se queda solo.—

Josh notó la seriedad en su tono y asintió, comprendiendo que para Amy era importante que Finn aprendiera límites, especialmente si iban a dejarlo solo en casa en otras ocasiones.

—Está bien, tienes razón,— aceptó Josh, mirando a Finn con un gesto de advertencia en su mirada. —Pero también recuerda que esto es nuevo para él. Quizá no sabe todavía lo que está bien y lo que no.—

Amy suspiró, un poco más calmada, y se inclinó hacia Finn, hablándole con firmeza. —Escucha, Finn. No puedes hacer esto otra vez. Vamos a tener que ponerte en un lugar seguro la próxima vez que te dejemos solo hasta que aprendas.—

Finn bajó la oreja, sintiendo el cambio en el ambiente. Amy y Josh decidieron que, al menos por esa noche, Finn dormiría en el cuarto de servicio, donde no podría causar destrozos, mientras pensaban en cómo enseñarle mejor para evitar futuros incidentes.

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×~Aprender A Sentir~×Where stories live. Discover now