Primera parte: En casa con papá 🧸💗

10 7 0
                                    

Amy se fue a pagar unas deudas y Josh se quedó en casa con Finn

Josh se sentó en el sofá, mirando a Finn, que seguía evitando el cepillo que Josh había traído para limpiarle la boca. Sabía que Finn no entendía del todo lo que estaba pasando, pero eso no evitaba que la situación lo frustrara. Con un suspiro, Josh intentó acercarse nuevamente a Finn, quien, al ver el cepillo, comenzó a apartarse de él, moviendo la cabeza de un lado a otro.

—Vamos, Finn. No te va a pasar nada,— dijo Josh, tratando de calmarlo. —Solo quiero limpiarte la boca.—

Pero Finn, confundido y asustado, no entendía las palabras de Josh. De repente, con un rápido movimiento, Finn mordió la mano de Josh, causando que él gritara ligeramente y apartara la mano con rapidez. El dolor lo tomó por sorpresa, pero no era grave, solo una pequeña mordida.

—¡Oye!— dijo Josh, mirando a Finn con frustración. —¿Por qué haces eso? Solo quiero ayudarte.—

Finn retrocedió, su cola entre sus piernas, visiblemente nervioso por la reacción de Josh. Sabía que había hecho algo mal, pero no comprendía por qué.

Josh, aunque enojado, se tomó un momento para calmarse. Sus ojos se suavizaron al ver el miedo en los ojos de Finn. —No te preocupes, no te voy a hacer daño... solo necesito que dejes que te limpie la boca, ¿vale?—

Con una respiración profunda, Josh intentó acercarse de nuevo, pero esta vez, más lentamente. Estaba decidido a ser paciente. Tomó el cepillo con una mano, manteniéndolo cerca, pero no lo presionó hacia Finn. Se agachó un poco para estar a su nivel.

—Está bien, sé que no entiendes, pero esto es importante,— murmuró Josh. —Solo quiero que estés limpio y saludable.—

Finn lo miró por un momento, con la cola un poco levantada, aunque seguía tenso. Josh estiró la mano lentamente, sin hacer movimientos bruscos, y finalmente, después de unos segundos de tensión, Finn permitió que le acercara el cepillo, aunque de forma vacilante.

Josh le sonrió con alivio. —Eso es, buen chico,— dijo suavemente, comenzando a pasar el cepillo por su boca con cuidado.

Aunque Finn no parecía completamente cómodo, se quedó quieto mientras Josh lo limpiaba. Josh trató de no forzarlo, dándole espacio para adaptarse, pero sabía que este proceso llevaría tiempo.

—Lo estás haciendo bien,— le dijo Josh, acariciando su cabeza después de unos minutos de cepillado. —Estamos aprendiendo, ¿verdad?—

Finn, algo más tranquilo, movió la cola de forma más relajada, al parecer aliviado de que Josh no lo estaba castigando. A pesar de la resistencia inicial, Josh sentía que estaba comenzando a ganar la confianza de Finn, aunque sabía que tendría que ser más paciente.

—Bueno, ahora toca darte un bañito—

Josh suspiró con frustración al ver cómo Finn comenzó a gruñir y se apartó rápidamente de él. —Finn, no es para tanto,— murmuró, pero Finn ya había comenzado a correr por la casa. Josh lo observó por un momento, sin saber si seguirlo o darle algo de espacio.

—Finn, no te vayas,— le llamó Josh, pero Finn, asustado y sin entender del todo la situación, continuó corriendo. Josh, consciente de que Finn podría meterse en algún lío si no lo alcanzaba pronto, comenzó a seguirlo. Finn, con sus orejas y cola bajas, se deslizaba por el pasillo, buscando algún rincón donde esconderse.

Finalmente, Finn se metió debajo de la mesa del comedor, mirándolo con ojos llenos de temor. Josh se detuvo, observando la postura tensa de Finn, que parecía nervioso y desorientado.

—Vamos, Finn. No tienes que tener miedo,—  dijo Josh, acercándose con cautela, asegurándose de no asustarlo.

Finn, al escuchar la voz de Josh, se tensó aún más, sintiendo la presión de su presencia. Estaba tan concentrado en esconderse que no se dio cuenta de la cercanía de Josh hasta que lo agarró de la pierna. En ese momento, un chillido de sorpresa escapó de Finn cuando fue sacado de debajo de la mesa.

—¡Ajá! Aquí estás,— dijo Josh con una sonrisa un tanto traviesa, sabiendo que había logrado sorprenderlo.

Finn, desconcertado y asustado, intentó forcejear, intentando liberarse de la mano de Josh. Gruñó nuevamente, pero no tenía la fuerza suficiente para zafarse. Con sus orejas planas y la cola entre sus piernas, Finn se vio atrapado, incapaz de escapar de la situación.

Josh lo sostuvo firmemente, pero no con demasiada fuerza. —Tranquilo, Finn. Solo quiero bañarte, no te va a pasar nada,—le dijo con tono suave, pero firme. Sabía que Finn no entendía del todo lo que estaba pasando, pero estaba claro que el híbrido tenía miedo del agua.

—Solo unos minutos, ¿vale?— insistió Josh mientras lo llevaba hacia el baño, a pesar de los intentos de Finn por zafarse. —Es por tu bien, no te va a doler.—

Finn, con sus ojos abiertos de par en par, se retorcía un poco, pero en cuanto vio el baño, su resistencia aumentó. Josh lo colocó suavemente en el borde de la bañera y trató de calmarlo, manteniendo una mano en su hombro, dándole algo de seguridad.

—Respira, Finn. Todo va a estar bien,— dijo Josh mientras preparaba el agua tibia, sabiendo que Finn seguiría luchando, pero también confiando en que, con paciencia, se iría acostumbrando.

Josh se sentó en el borde de la bañera, con una expresión más relajada mientras miraba a Finn. El híbrido, aún nervioso, seguía mirando alrededor con desconfianza, pero al ver la mano de Josh acercándose, se quedó en silencio. Josh decidió cambiar su enfoque y en lugar de presionar para bañarlo de inmediato, comenzó a acariciar suavemente el estómago de Finn, una zona que parecía menos sensible y que en ocasiones relajaba a los híbridos.

—Está bien, tranquilo,— dijo Josh en un tono suave, acariciando lentamente el estómago de Finn. —No te voy a hacer nada, solo quiero que te sientas cómodo.—

Finn, aunque aún algo tenso, comenzó a relajarse poco a poco al sentir las caricias. Su cuerpo dejó de tensarse y su cola, que antes estaba rígida, comenzó a moverse lentamente de un lado a otro. Aunque todavía parecía algo confundido, la sensación de las caricias de Josh lo tranquilizaba, y poco a poco, sus ojos empezaron a cerrarse un poco, como si comenzara a entender que no había peligro.

Josh, al notar la relajación de Finn, sonrió ligeramente. —Eso es, buen chico,— murmuró, sin dejar de acariciar su estómago. —No es tan malo, ¿verdad?—

Finn no respondió, pero su postura y la forma en que se dejó acariciar indicaban que, por un momento, había dejado de temer y comenzaba a confiar un poco más en Josh.

—> siguiente capítulo

×~Aprender A Sentir~×Where stories live. Discover now