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El organizador ha hecho un trabajo estupendo. A mí no me gustaban estas cosas, pero el sitio tenía un ambiente increíble. Nos llevan a nuestra mesa. Encontramos a Seungcheol, Hyunjin, Lya y Minho ya sentados.

No me molesto en saludar a nadie, a diferencia de Yeji. Solo ayudo a Yeji a sentarse, y luego tomo mi propio asiento.

Mi mente no estaba allí. Mis pensamientos giraban en torno a Gawon y su seguridad. Ni siquiera podía concentrarme en la conversación de la mesa, hasta que mencionan su nombre.

-¿Qué coño hace Gawon aquí?- levanto la vista y veo a Yeji mirándome fijamente

Me giro en esa dirección y veo a Gawon de pie con Mingyu. Parecía una jodida diosa con su largo y rizado pelo castaño y un reluciente vestido dorado. Nunca la había visto así. Realmente estaba impresionante. Por mucho que lo intenté, no pude apartar los ojos de ella.

Ella se adelanta y Mingyu camina a su lado. Su palma en la piel expuesta de su espalda baja. Pasa junto a nuestra mesa. Aparte de Lya, a la que sonríe y saluda, nos ignora al resto.

Mingyu la lleva a la mesa que está a unos metros de la nuestra y le acerca la silla. Ella le dedica una sonrisa tan radiante que la siento en lo más profundo de mi alma, aunque no iba dirigida a mi.

Aparto la mirada de ellos cuando Mingyu se inclina y le besa la mejilla. Todo en mi interior se vuelve frío. No quería ver esos labios cerca de su cuerpo. Todo lo que llevo dentro de mi impide acercarme a su mesa y reclamarla.

Me lo quito de encima. ¿Qué coño? Ella no era mía, así que ¿que me estaba pasando?

-El policía probablemente la invitó; Jeonghan indagó un poco y averiguó que es de una familia adinerada del norte. Si presencia tiene sentido; en cuanto a Gawon, todos sabemos que no es la clase de persona a la que invitan a cosas tan lujosas- el comentario sarcástico me saca de mi enfado

Me giro para mirar a Minho justo cuando el y Yeji estallan en carcajadas.

¿Por qué demonios no lo había oído decir esas cosas hasta ahora? ¿Había sido tan ciego y estúpido?

Lya resopla. -También sabemos que no estarías aquí si no fuera por tu asociación con Jeonghan. Lo mismo contigo Yeji, solo fuiste invitada por Jeonghan a pesar del node tu familia, así que ¿por qué no cierras tu maldita boca y dejáis de actuar como si fuerais superiores aquí?

-Lya...- Hyunjin gruñe

-¡No! Minho está aquí hablando mal de Gawon porque, al igual que Yeji, está celoso de ella. Dime, Minho, ¿qué eres aparte de un secretario muy bien pagado? ¿Qué contactos tienes? Ninguno. No eras nada antes de que Jeonghan te contratara, solo un bastardo que llegó a lo más alto acostándote con tus antiguos jefes- entonces Lya se gira hacia Yeji. -¿Y tú? ¿Cuando vas a madurar de una puta vez? Nueve putos años y sigues siendo una mocosa amargada y malcriada. Gawon solo cometió un error, supéralo y deja de actuar como si el mundo se hubiera acabado. El sol no gira a tu alrededor, así que en vez de esforzarte en menospreciar a tu hermana, ¿por qué no te centras en tu relación con Jeonghan?

Yeji y Minho la miran sorprendidos y furiosos. Probablemente porque nunca nadie se había atrevido a hablarles así. Yeji tenía la mano apretada. Ondas de rabia rodando por ella.

-Ya basta Lya... No toleraré que le hables así a Yeji, es mi hermana. Si no puedes respetarla, vete- le gruñe Hyunjin. Lya se limita a mirar a Yeji antes de hacer una mueca y volverse hacia Hyunjin

-Por si lo has olvidado, Gawon también es tu hermana, pero eso no te importa, ¿verdad? Después de todo, estás entre las mismas personas que la menospreciaron y la trataron como una mierda- entonces, se levanta. -Con gusto me iré, prefiero quedarme en casa que pasar la noche con un montón de imbéciles ensimismados. Me das asco

-Lya...- Hyunjin suplica cambiando de tono rápidamente, pero ella ya se había dado la vuelta y marchado

La mesa permanece en silencio mientras la vemos marcharse. Pero no llega lejos porque la detiene un guardaespaldas. El la dirige de vuelta a la sala de banquetes y pasa de largo. La llevan a la mesa de Gawon.

Gawon se levanta y la abraza. Se sientan y empiezan a charlar.

Segundos después, los guardaespaldas se paran en nuestra mesa.

-Vamos a tener que pedirte que te vayas- le dicen a Minho

-¡¿Qué?!- casi grita el

-Por favor, levántate y vete. No quiero avergonzarte sacándote a rastras

-¿Qué he hecho?

-No lo sé y no le importa, solo sigo las órdenes. Por favor, no me pongas las cosas difíciles

 Por favor, no me pongas las cosas difíciles

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Arrepentimiento | YOON JEONGHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora