A veces miro a Jeonghan y me pregunto por qué me enamoré de él. Es frío, arrogante y un idiota, especialmente conmigo. Debería haber corrido hacia las colinas gritando cuándo comencé a sentir algo por él, en lugar de hacer todo lo que estuviera en mi poder para que el se fijara en mi.
-No va a pasar idiota... Ahora vete, te veré en el aeropuerto- susurró y grito
¿Quién diablos se creía que vendría a mi casa y daría órdenes? Este era mi dominio. No le permitiré gobernar aquí.
Entra en mi espacio para que estemos pecho a pecho. Sus ojos brillan y sus fosas nasales se dilatan. Me mantengo firme y negarme a dejar que me intimide.
-No me estoy yendo. Ahora cancela esa maldita orden y mete tu trasero en mi coche- gruñe entre dientes. Una tormenta se avecina detrás de sus ojos tormentosos
Mi temperamento comienza a aumentar y aprieto el puño. Normalmente lo bajaba porque no quería enfadarlo, pero ya no me importa.
-Eres un arrogante...¿quién diablos te crees que eres,hmm? No soy un maldito cachorro que crees que puedes mandar- mi voz comienza a elevarse. Está tan jodidamente enfadada. Durante años deje que el me dictara. Durante años mantuve la boca cerrada porque no quería romper lo que creía que teníamos. ¿Pero qué me trajo? ¿Qué me dio empujar hacia abajo y contener quién soy? No me dio nada más que dolor y angustia
-Gawon...- dice en tono de advertencia
-¿Estáis peleando de nuevo?- la voz de Dino atraviesa la tensa atmósfera
Me giro y lo encuentro mirándonos con tristeza. ¡Maldita sea! Odio que Dino vea este lado nuestro. No debería lidiar con nosotros peleando todo el tiempo.
-No. Simplemente no podemos ponernos de acuerdo en algo- miró de reojo a Jeonghan -¿bien?
Al igual que yo, la ira y la frialdad de su rostro han desaparecido. Al igual que yo, haría cualquier cosa por Dino. Incluyendo tolerar mi presencia.
-Claro, tú madre quería ir en un Uber ya que no puede conducir, pero yo quería llevaros a ambos- dice con una sonrisa perezosa
-¿Por qué no podemos ir con papá, mamá?
Respiro profundamente y lanzo los ojos al cielo. Miro a mi hijo y el me mira muy expectante.
Suspiro derrotada. -Esta bien, está bien- me quejo
Las cosas que hago por amor.
-¡Hurra!- Dino grita y corre de regreso a la sala antes de regresar con su bolsa de lona
-Espera aquí- le digo a Jeonghan y luego salgo a buscar la maleta de Dino y mi bolso
Ordenó un poco la sala y luego recojo las cosas. Le doy una última mirada a la habitación para asegurarme de que todo estaba en su lugar antes de darme la vuelta.
Al chocar con un cofre duro, mi bolso cae de mi mano. Jeonghan me rodea con un brazo y me estabiliza antes de poder caer. Salto lejos de él y rápidamente pongo algo de distancia entre nosotros.
-Te dije que esperaras en el vestíbulo- lo miro
-No me gusta que me digan que hacer... ya lo sabes- me devuelve la mirada
-Solo vamonos
Me muevo para tomar mi bolso pero el lo agarra antes de que lo pueda hacer. Luego recoge la maleta abandonada de Dino, se da la vuelta y se va. Lo observo preguntándome que había pasado. Nunca antes me había ayudado. Estaba actuando extraña y no me gustó.
Para cuando puse mis puede en su coche y cierro la puerta, Jeonghan y Dino ya estaban listos.
Diez minutos después de conducir con el ambiente algo incómodo. Dino estaba ocupado en su tablet viendo algunos dibujos animados. Una vez que se concentra en algo, es difícil llamar su atención. Otros diez minutos después y ya me estaba volviendo loca. Estoy casi tentado a tirarme del coche en marcha solo para escapar de la atmósfera.
Muevo mis manos para encender la radio pero Jeonghan me detiene cuando habla. -¿Cómo está el brazo?- el pregunta. Sus ojos estaban en el camino pero me miró brevemente cuando hizo la pregunta
¿Soy la única a la que le parece sexy que un hombre conduzca con un solo brazo? Sacudiendo esos pensamientos de mi mente, enfocó mis ojos hacia adelante.
-Bien
-¿Puedes darme más que una respuesta de una palabra?- pregunta con los dientes apretados
-¿Por qué debería? Nunca te ha interesado nada de lo que digo. De hecho, harías todo lo posible para desconectar de mi- digo -Entonces, ¿por qué de repente estás interesado en lo que tengo que decir?
No dice nada. El sabe que tengo razón. El dolor familiar amenaza con aumentar, pero lo empujo hacia abajo. Estoy decidida a curarme de estas heridas del pasado y empiezo a olvidarme de ellas y del hombre sentado a mi lado.
Miro por la ventana. Orando para que lleguemos rápidamente a donde vamos.
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