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Ha pasado una semana desde que Dino se fue y no encuentro un patrón para vivir la vida sin él. Este es el tiempo más largo que hemos estado separados y no me avergüenza decir que no lo estoy llevando bien.

Dino es mi ancla y sin él me siento un poco perdida. Como si estuviera a la deriva por la vida como un barco hundido en el mar. Todos los días espero ansiosamente sus llamadas porque eso es lo que me mantiene tranquila. Esas llamadas y su dulce voz me mantienen con los pies en la tierra.

No he sabido nada de Jeonghan desde ese día en el aeropuerto. Una parte de mi corazón todavía lo añora, pero se que esto es lo mejor. No había futuro entre nosotros y no podía seguir viviendo con un hombre que no me amaba.

Hasta ahora todo ha estado en silencio. No es que nadie haya intentado mantenerme informada ni nada por el estilo. Dado que no ha habido más tiroteos ni muertes de personas, entonces es seguro asumir que esos criminales han pasado a la clandestinidad.

De repente me topo con alguien. Sacándome de mis pensamientos.

-Lo siento mucho, no te vi- me disculpo y me agacho para recoger mis libros

Me dirijo a casa desde el trabajo. Hoy ha sido un día bastante agotador. Solo quería irme a casa y dormir.

-Esta bien, tampoco estaba prestando atención a dónde iba

La voz familiar me hace girar la cabeza en su dirección. No me equivoqué. Mingyu era con quien me había topado.

Me ayuda a recoger mis libros y nos levantamos juntos. Me da una sonrisa encantadora y yo le devuelvo la sonrisa.

-¿Qué estás haciendo aquí?- le pregunto

Estaba vestido con su uniforme de oficial y, maldita sea, se veía bien. Podría haber renunciado a los hombres, pero eso no significaba que no pudiera mirar, y había mucho que mirar.

-Recibimos un informe de que alguien estaba vendiendo drogas a niños- hace una pausa antes de continuar -¿Y supongo que eres profesora aquí?- pregunta con una ceja levantada

-Si- respondo sintiéndome consciente de repente

No es una carrera que uno esperaría que tuviera la esposa de un multitudinario, pero me encantaba enseñar. Mis padres estaban en contra de la idea y preferían que consiguiera un trabajo de alto nivel como Yeji, que era una abogada fantástica, o Hyunjin, que era un empresario.

-Entonces, ¿qué enseñas?- pregunta Mingyu, y el realmente parecía interesado en saber

No puedo decir que hubo algún momento durante el matrimonio con  Jeonghan que hubiera estado interesado en lo que hacía. De hecho estoy segura de que no sabe que materia enseño.

-Biología

-Así que la belleza y el cerebro... eso me gusta- me guiña un ojo, haciéndome sonrojar

-Uh, gracias- respondi colocándome un mechón de cabello rebelde detrás de mi oreja

Mingyu me hizo sentir nerviosa por alguna razón.  Principalmente porque no estaba acostumbrada a llamar la atención de hombres guapos. Los hombres no me miran dos veces. A diferencia de Yeji, que es una hermosa pelirroja, yo era un ratón comparada con ella.

No me pasaba nada. Cabello castaño, ojos marrones y cuerpo pequeño. No era atractiva y me acostumbre a eso, ya que me lo inculcaron una y otra vez cuando era niña.

Los niños nunca me prestaron atención cuando era pequeña y si lo hacían era para poder acercarse a Yeji. Solía enfadarme, pero después de un tiempo acepté el hecho de que simplemente no era atractiva para el sexo opuesto.

-Entonces, lamento no haber podido llamar, simplemente hemos estado ocupados y no he tenido tiempo libre- dice después de un rato

Sonriéndole, le respondo -Esta bien, lo entiendo totalmente... se que ser policía es exigente

Y lo entendí. Entendí que eso era solo una excusa. No planeaba enviarme mensajes de texto ni llamarme cuando salió de mi casa ese día.

 No planeaba enviarme mensajes de texto ni llamarme cuando salió de mi casa ese día

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Arrepentimiento | YOON JEONGHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora