Me levanto molesta, me pongo la bata y bajo las escaleras. Quienquiera que fuera el que me molestó iba a recibir una reprimenda.
Abro la puerta, lista para maldecir a la persona, pero me detengo en seco. La última persona que esperaba ver estaba actualmente parada en mi puerta.
-¿Qué quieres Yeji?- espeté
No estaba lo suficientemente despierta para lidiar con ella.
-Solo estoy aquí para aconsejarte que te mantengas alejada de Jeonghan. El es mío, no dejaré que me lo robes otra vez- gruñó
Tiene la cejas fruncidas y había fuego ardiendo en sus ojos.
Me rio de forma monótona. -¿Viniste a mi casa a las siete de la mañana para decirme que me mantenga alejada de Jeonghan? Le estás ladrando al árbol equivocado, Yeji
Ya no era la chica ingenua y estúpida que ella dejó atrás y que me condenen si la dejo pisotearme.
-¡Jeonghan es mio, Gawon! El siempre fue mio. Perdí nueve años con el amor de mi vida por tu culpa y no dejaré que lo alejes otra vez
-¡No tengo nada que ver con el! Por lo que a mi me importa, puedes quedártelo. ¡Déjame en paz!
No me puedo creer que estuviera fuera de mi casa discutiendo sobre un hombre que no me quería en primer lugar. ¿No se ha dado cuenta que el único vínculo que tenemos Dino y yo es Dino?
-Ayer lo vi mirándote y también lo vi siguiéndote al baño- me acusa
-¿Y por qué es culpa mía?
Parece que no quiere nada mas que pegarme. Incluso cuando está enfadada y parece a punto de explotar, sigue siendo hermosa. ¿Como alguien puede ser tan hermosa y perfecta? En serio, ¿cuál es su secreto?
-Estás intentando seducirlo de nuevo
-¡Estuvimos casados Yeji! Hemos follado más veces de las que puedo contar, no necesito seducirlo, tienes todo mi permiso para quedarte con mis sobras
Me arrepiento de las palabras en cuanto salen de mi boca. No debería haber dicho eso y estaba fuera de lugar.
-Y habría sido mi marido si hubiera superado tu obsesión por el. Ahora tengo que vivir sabiendo que el hombre al que amo ha probado a mi hermana- se le llenan los ojos de lágrimas y me siento como la peor escoria del mundo
No tiene ni idea de cuanto me arrepiento de lo que pasó hace años. Sin embargo, se que ella nunca me creería.
-Yeji...
-No. Solo mantente alejada de él. Quiero decir, mírate y mírame. Yo soy abogada y tú solo eres una maestra mal pagada. No tienes nada Gawon, ni riqueza ni estatus propio. Yo encajo como la esposa perfecta de Yoon Jeonghan, un magnate de los negocios y tú no. Nunca lo has hecho y nunca lo harás
Con eso, se da vuelta y se aleja para subirse a su impecable coche rojo e irse.
Suspiré. Para ser honesta, sus palabras no me molestaban. Estaba acostumbrada a escuchar a la gente decir que Jeonghan y yo no encajamos solo porque el era multimillonario y yo una simple maestra. Esa era su opinión y no tenía nada que ver conmigo. Amaba mi trabajo y eso era suficiente.
Regreso a mi casa y termino de calificar los informes de mis alumnos. A las nueve empiezo a arreglarme y después de desayunar me dirijo a la iglesia. Como mi hombro se sentía bien, decidí conducir en lugar de tomar un Uber.
No podía concentrarme en la misa. Sentí como si mi mente estuviera frita hasta quedar crujiente. Primero con mi encuentro con Mingyu y Jeonghan y luego hoy con Yeji.
El sermón terminó borroso y pronto llegó el momento de partir. Saludo a los asistentes a la iglesia que conocí al salir y me dirijo a mi coche.
La vibración de mi teléfono me saca de mi estupor. Lo saco y lo pongo en la oreja mientras busco en mi bolso las llaves del coche.
-¡¿Qué carajo le dijiste a Yeji?!- la voz fría y enfadada de Jeonghan llegó a través del altavoz
¿Por qué no me sorprende que Yeji fuera a llorarle? Y estoy segura de que omitió la parte en la que llegó a mi casa sin avisar con acusaciones innecesarias.
-Jeonghan...
Presiono el botón de abrir en las llaves de mi coche pero no tengo la oportunidad de continuar mi frase ni de entrar al coche.
Se escuchó un estruendo y una ráfaga de calor me golpea. Me arrojan hacia atrás antes de aterrizar con fuerza. Lo último que escucho es el zumbido de mis oídos y la gente gritando de miedo.
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