Mingyu está sentado a su derecha con un montón de cartas abiertas. Gawon está sentada ligeramente hacia arriba. A pesar del vendaje en su cabeza y los rasguños en su rostro, ella sonreía y eso transformó su rostro.
Ella me mira y si sonrisa se le escapa de la cara.
-Fuera- me exige
Supongo que volvió a ser fría como antes.
-No va a suceder, Gawon- le dije con calma y me senté a su izquierda
En su rostro se dibujaba la ira y sus ojos ardían. Ella estaba bien ayer, ¿qué diablos pasó?
-No te quiero aquí, así que puedes irte y llevarte a esos dos contigo... No necesito a ninguno de vosotros aquí
Supongo que se refería a Yeji y Hyunjin. Algo pasó. Ayer fue cordial pero hoy es diferente. Quizás no debí haberla dejado con Yeji y Hyunjin.
-Necesitas calmarte, Gawon, recuerda que no estás bien y no deberías estresarte- interrumpió Mingyu
El toma su mano y la aprieta suavemente. Ella mira sus manos unidas y luego su rostro. Sus ojos se suavizan y pierde el enfado que la había consumido.
Cierro el puño. La necesidad de arrancarle la mano casi me consume. ¿No debería alegrarme de qué enganchó a otro hombre? Debería sentirme aliviado de que su obsesión conmigo por fin se terminó, así que ¿por qué no me alegraba al ver esto? ¿Por qué me cabreaba ver esa mirada suave dirigida a Mingyu y no a mi? Antes de que pudiera obtener una respuesta a esas preguntas, la puerta se abre y el jefe de policía entró a la habitación.
Mingyu suelta las manos de Gawon y se levanta.
-Jefe- saluda
-Que bueno verte, Mingyu- le da una palmada en la espalda antes de volverse hacia nosotros. -Señorita Hwang, esperaba poder hacerle algunas preguntas
Gawon asiente mientras Mingyu se sienta y vuelve a tomar su mano.
-¿Recuerdas algo extraño sobre el día que fuiste atacada?- le preguntó, sacando un bolígrafo y una libreta
-No, realmente no... fue un día bastante normal. Me desperté, desayuné y fui a la iglesia
-¿Qué pasó el día anterior? ¿Viste a alguien que no conoces?
Gawon niega con la cabeza. Un ceño fruncido estropeó su rostro. Intentaba ponerse en una posición cómoda pero se estremece.
-¿Tienes enemigos? ¿Alguien que podría querer verte muerta?
-Normalmente me mantengo en secreto, no conozco a nadie que quiera verme muerta
-No has respondido a mi pregunta, ¿tienes algún enemigo?
Gawon comienza a frotarse las sienes. El ceño de su rostro se hizo más profundo.
-Mira, tengo gente a la que no le agrado, mi familia por ejemplo pero dudo que me quieran muerta- el jefe la mira un rato y luego escribe algo. Algo en la forma en que el jefe hacía las preguntas no tenía sentido
-Parece que la bomba fue instalada cuando estabas en la iglesia y se activó cuando usaste las llaves de tu coche... ¿notaste algún sonido extraño proveniente del coche antes de abrirlo?- le preguntó el jefe de policía
Gawon niega con la cabeza. -No, estaba un poco distraída
Me siento culpable. Ella se había distraído por mi culpa. Porque la había llamado para gritarle.
-¿Por qué preguntas eso? Pensé que su ataque estaba relacionado con la banda criminal- le pregunté. Había algo que no me cuadraba
-Eso es lo que pensamos originalmente con el primer tiroteo, pero con lo que pasó el domingo, tenemos razones para creer que la señorita Gawon está siendo un objetivo específico. Lo que no estamos seguros es si es de la pandilla o de alguien más- terminó de hablar, dejándonos estupefactos
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[Gawon]
-Te extrañé mami, ¿por qué no me llamaste?- Dino me pregunta, con tristeza en su voz
Quería más que nada tenerlo en mis brazos. Solo para asegurarle de que todavía estaba con él. Que no iba a dejarlo sin madre.
-Lo siento mi amor, perdí mi teléfono y tuve que pedir prestado el de tu papá
-¿Podemos hacer una videollamada? Quiero verte- exige
Se que siente que algo anda mal, pero no puedo dejar que me vea acostada en una cama de hospital. Se preocupará y querrá volver a casa. Dado que ahora soy un supuesto objetivo, no podía arriesgarme a que quienquiera que me persiguiera lo persiguiera a él también.
Todavía no podía creer que existiera la posibilidad de que yo fuera el objetivo principal. Que alguien me quería muerta.
-Ahora mismo no cariño, donde estoy no permiten videollamadas- mentí
-¡Esa es una regla estúpida! ¿Quien hace esas reglas tan estúpidas?- grita a través del teléfono
Se que está frustrado, así que iba a dejar pasar esto.
-Dino...
-Solo quiero verte mami, ¿papá no puede hacer que te dejen en paz? El puede hacer que te den permiso, yo sé que puede- estaba al borde de las lágrimas y eso me estaba rompiendo el corazón
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