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-¿Qué dijiste?- cuestionó no sabiendo si se trataba de una mala jugada de su mente

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-¿Qué dijiste?- cuestionó no sabiendo si se trataba de una mala jugada de su mente.

-Yo... he empezado a amarte, Minnie. Me gustas mucho, no quiero que te vayas de mi lado.- la súplica de su voz pintó una ligera sonrisa en los labios del alto.

-¿En... serio me amas, Banggie?- cuestionó y el mayor asintió a sus propias palabras.

-¿Cómo no hacerlo? Si eres perfecto, cariño.- lo despegó un poco de su pecho con la idea de acunar su rostro, con pulgares encargándose de retirar sus lágrimas. -Te amo, todo está bien, ¿Sí?- cuestionó y el menor asintió.

-Mientras tú me quieras todo va a estar bien, Banggie.- dijo y el mayor besó sus labios en un pico más que delicado, dedicándole tiempo a sus labios.

-No te vuelvas a perder así, me preocupaste.- mencionó en un susurro y el menor asintió.

-Agradezco haberme ido, no habría soportado el escucharte con ella.- dijo "sincero" y el mayor sintió culpa.

-No se va a repetir.- aseguró, el menor se separó un poco de él, sus ojos brillando, esperanzados porque eso fuera cierto aunque sabía que muy posiblemente no lo era al 100%.

Tenía que ser muy estúpido para confiar en un hombre que le mentía a la mujer con la que llevaba más de 20 años.

-Te amo, Chan. Con todo mi corazón, te amo.- admitió en lo que era una sucia mentira.

-Yo también te amo, Minnie.- juntó sus labios en un beso delicado y sentó al más alto en sus piernas. -Lamento todos los malos ratos que te he hecho pasar.- dijo y el menor negó.

-No importa, amor. No me importa, sólo quiero estar contigo.- dijo en un susurro y juntó sus labios de nuevo.

-¿Aún sigue en pie lo de mañana, cariño mío?- cuestionó y el menor asintió.

-Claro que sí, Banggie. Y no se te ocurra que puedes cancelar, porque puedo invitar a alguien más.- dijo y el mayor negó.

-No, Min. Tú eres mío, vas a ir conmigo.- dijo simple, el menor sonrió.

-Bueno, supongo que entonces mañana deberías de inventarle una excusa a tu esposa, porque mañana eres mío, sólo mío.- dijo y él asintió a sus palabras.

-Tuyo y sólo tuyo, cariño.- se fundieron en un beso, Seungmin acostando al mayor para estar sobre él, acariciando su pecho con cariño.

A medida que la intensidad subía Kim se encargó de llorar.

-¿Qué pasa, Minnie?- cuestionó, sentándose con él en su regazo, quien como un niño caprichoso se abrazó a su pecho como si el estar con Chan fuera un recurso vital.

-Sólo no puedo dejar de imaginar que la besabas a ella de la misma forma que a mí, pensé que entre ustedes ya no había nada.- sorbió su nariz y se separó un poco del cuerpo más grande, entonces Bang vio aquello que tanto había temido antes de dormir ayer.

The secret revenge ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora