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En la tarde salió a buscar a los niños, estos notaron su seriedad, ninguno tomándose la molestia de mencionar nada al respecto

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En la tarde salió a buscar a los niños, estos notaron su seriedad, ninguno tomándose la molestia de mencionar nada al respecto.

Minji habló;

-Papi, mañana vas a venir a la obra, ¿No?- cuestionó y él asintió.

-Claro, corazón. No me lo perdería.- sonrió a través del retrovisor y ella le devolvió el gesto.

-Está quedando de maravillas... te va a encantar.- dijo y el mayor asintió.

-Estoy seguro de que sí.

En camino siguió en silencio, con el joven no queriendo añadir nada a la conversación.

Al llegar a casa Jihyo estaba con una sonrisa preparando la mesa para sentarse a comer.

Los primeros días que comían sin Seungmin en la mesa les resultaba extraño, porque si bien no estaba siempre en las cenas, lo más común es que entrase a la casa en medio de una, con su radiante sonrisa y su amable "Buenas noches" que casi nunca faltaba.

La mesa tenía una tensión rara que era arrastrada por el mayor, esa tensión que era capaz de contagiar a todos en la mesa.

Jihyo habló un poco acerca de su día y ambos chicos también, el mayor sólo asentía en señal de que escuchaba, pero abría la boca sólo al llevarse la comida.

Entre ambos recogieron la mesa y Jihyo se despidió de él con un suave beso en su mejilla.

-Voy a darme una ducha.- dijo y él sólo asintió mientras aún lavaba los platos.

Pasó minutos en el patio, usando su teléfono al escribirle múltiples mensajes a Seungmin, pero al parecer este lo había bloqueado, porque no recibía ninguno de estos y las llamadas caían directamente al buzón. En realidad sólo había apagado su teléfono.

Estaba nervioso, al día siguiente sería su última oportunidad para hablar con él y tal vez lograr que recapacite acerca de su decisión... no podía haberle mentido en cada "Te amo"... ¿Cierto?

Rendido subió a la habitación, encargándose de borrar todo registro de mensajes y llamadas.

Su ceño se frunció cuando Jihyo, que esperaba estuviera dormida, estaba leyendo un libro sentada en la cama con su espalda en el respaldo.

-¿Y eso que no te has dormido?- cuestionó curioso, dejando sus pertenencias en el pequeño gabinete destinado a sus relojes y de más... donde vio el que Seungmin le había dado por su cumpleaños...

El sonido seco del libro siendo cerrado con nula delicadeza despejó sus ideas y volteo a ver a Jihyo, quien correspondía su mirada seria... demasiado para su gusto.

-¿Qué hiciste hoy, Chan?- cuestionó. -No hablaste de tu día abajo...- tras aquella mención él se alzó de hombros.

-No creo que sea demasiado interesante el contarles que pasé todo el día sentado en mi oficina frente a la computadora.- dijo normal, cambiándose sus ropas por su pijama.

The secret revenge ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora