Un amor no superado puede llevar a tantas cosas... Especialmente si tras él vive el sentimiento de rencor por un rechazo.
¿Hasta dónde sería capaz de llegar en busca de venganza? O... si realmente puede llevar a cabo su plan.
Después de todo... Dond...
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A la una, cuando ya las mujeres del servicio terminaron su jornada Seungmin fue hasta la habitación matrimonial pasó sin molestarse en tocar y lo vio dormido tranquilo.
Sonrió y se acercó.
Que sea una persona egoísta e indecisa al punto de dañar a los demás no le quitaba lo atractivo que era, ni lo lindo que se veía con sus labios en aquella mueca.
Se acercó y besó sus labios en varios picos suaves, el mayor fue despertando de a poco, sonriendo al verlo frente a él.
-Buenos días, Minnie.- dijo y el mencionado se permitió reír.
-Buenas tardes, Chan. Vamos a comer, anda.- dijo y el mayor asintió, se sentó en la cama y jadeó poniendo una mano en su cabeza. -En la mesa dejé unas pastillas para la resaca, come y te la tomas, para que no te pegue en el estómago.- dijo y entonces el mayor asintió.
Bajaron juntos al piso de abajo.
-Siéntate, yo traigo la comida.- se dirigió a la cocina y a los pocos minutos volvió con dos platos. Luego se pasó por dos vasos y el jugo.
Almorzaron en un silencio que no resultaba incómodo, no hacía falta hablar ya que en silencio cada uno estaba mirando a un punto fijo, perdidos en sus propios pensamientos.
Seungmin recogió los platos y los puso en el lavavajillas, sentándose con Chan en la mesa por unos minutos ya que tendría que irse pronto.
-¿Por qué estabas en ese estado cuando llegue, Chan?- cuestionó y él se alzó de hombros.
-Estaba estresado y fue la mejor forma que vi para desahogarme.- dijo y el menor tomó su mano sobre la mesa, acariciando la misma.
-No me... gustó verte así.- admitió en un susurro, el mayor hizo una mueca.
-Lo siento, no lo volveré a hacer.- dijo en un hilo de voz. - Y lamento haberte hecho sentir mal en la mañana, no... no quería seguir lastimándote.- dijo y el menor acercó un poco su silla.
-El problema no es que me lo ocultes... es que no quiero que lo hagas.- admitió, el mayor entonces asintió.
-Ya no lo haré más.- dijo, seguro de sus palabras.
-¿Me lo prometes?- cuestionó en un suave susurro, el mayor asintió, besando sus labios en un ligero beso.
-Te quiero a mi lado...- dijo y el alto asintió.
-Te amo.- besó sus labios en un beso lento, el mayor sonriendo en medio de este, antes de tomar su cadera y sentarlo en las suyas tras separar sus labios un momento.
-Yo te amo más, Minnie.- volvió a unir sus labios mientras acariciaba su cintura de manera tierna.
Sus labios se movían con cuidado, no buscando subir el tono de sus acciones mientras compartían un suave beso.