Cross Memories (Jicheol)

32.

— ¡¡Echeol!! — Gritó Yoongi con todas sus fuerzas atravesando el gran patio para abrazar al mayor.

SeungCheol al verlo sonrió de felicidad, su corazón dio un vuelco en el momento que vio aquella sonrisa del menor. Por primera vez cayó en cuenta de lo grande que era Yoongi. Una sonrisa amarga se dibujó en su rostro, había perdido tanto tiempo.

Y lo seguía haciendo, desde aquél día  no había buscado a Jihoon; ganas no le faltaban, tenía tantas ganas de correr y amarrarlo su fuera necesario, pedirle ayuda, contarle lo que realmente había pasado, poder pedirle que lo esperara un poco más. Pero antes de hacerlo, necesitaba asegurarse de lo que realmente estaba pasando con su salud. Por esa razón había buscado algún especialista que no fuera el amigo de su padre.

— Yoongi — Pronunció débilmente, sintiendo un nudo en su garganta. Se inclinó para recibirlo gustoso, para fundirlo en sus brazos. Podía sentir su cuerpo temblar por tantos sentimientos encontrados.

Aquel pequeño que sostenía en sus brazos, aquel de piel pálida y ojitos gatunos, se robaba los latidos de su corazón.

— ¿Echeol? ¿Etas bien? — Inquirió preocupado al ver las tenues marcas que aun restaban del enfrentamiento anterior, tocando con sus pequeñas manitas la leve hinchazón — ¿Duele?

SeungCheol negó con la cabeza, tirándose al pasto sin importar que su traje se ensuciara. Sentando a Yoongi en una de sus piernas.

— Yoongi, discúlpame por no poder quedarme contigo aquéldía.

— Mi papi dice que tú tenías otla cosa que hacel.

— Tu papi tenía razón — aspiró una gran cantidad de aire, tratando de controlar sus nervios.

— Echeol, tus ojos tienen agua — Se quitó la mochila, buscando algo dentro de ella y dando un grito al encontrarlo.

Era una mantita que utilizaba para secarse las manos, la dobló por la mitad y sin pedirle permiso comenzó a secar las lágrimas de SeungCheol que se habían escapado sin su permiso.

Esa acción lo rompió por completo, su cabeza dolía y su impotencia estaba por las nubes. Yoongi era perfecto, travieso, feliz, amable, respetuoso y lleno de amor. Sin duda alguna Jihoon era un excelente  padre.

Jeonghan se negaba a hablar, se negaba a responder cada pregunta que le hacía y estaba dispuesto a mantener la farsa de un matrimonio.  Así que tomó la decisión de salirse del departamento y mudarse a uno nuevo, lejos del rubio, en dónde pudiese estar solo para poner su mente en orden.

Después de unos abrazos y una plática dónde Kumamon era el centro de atención, Yoongi tuvo que regresar con su maestra, SeungCheol no le quitó la vista hasta que el pequeño se metió al salón y dejo de estar visible.

Su cita con el especialista  era dentro de muy poco tiempo, pero, había valido la pena totalmente el pasar antes a ver a Yoongi, por un momento pensó que Jihoon no mandaría a Yoongi a la escuela o que simplemente lo cambiaría, pero el no haberlo hecho era un alivio para el pelinegro.

Se escapó del guardia que su padre le impuso para poder asistir al hospital sin que nadie se percatara de ello.

— Buenos días SeungCheol — Saludó el doctor Chan — toma asiento.

— Gracias — Se limitó a responder, observando al joven Neurólogo que tenía frente a sus ojos.

— Explícame tu problema.

— Hace cuatro años y meses tuve un atentado, dos sujetos me golpearon y uno de ellos me golpeó con un objeto en la cabeza, no recuerdo nada más, solo que al despertar estaba en un hospital rodeado de gente desconocida para mí y por más tiempo que pase no tengo recuerdo alguno.

— Ok SeungCheol, hay un padecimiento en las personas que suelen tener una contusión, hay algo llamado Amnesia regresiva , la llaman así por qué el paciente tiene dificultad para recordar acontecimientos pasados, necesito hacer unos estudios antes de dar un diagnóstico, pero puedo asegurar que tú problema puede ser a causa de daños en las regiones del cerebro.

— Puede ser permanente — Inquirió un poco asustado.

— Antes de responder debemos realizar varios estudios para dar un diagnóstico concreto, de esa manera podemos ver que tan dañada está la región afectada.

SeungCheol llevó una mano hasta su rostro, ocultando su desesperación.

Después de despejar todas sus dudas SeungCheol le agradeció al doctor Chan.

Caminaba por los blancos pasillos observando a más personas que visitaban al doctor, algunas con vendas en sus cabezas quejándose por el ruido o el dolor. Estaba a punto de poner un pie fuera del lugar cuando alguien Pronunció su nombre.

— Que bueno que volviste, con tu regreso podré recuperar a Wonwoo fácilmente.

SeungCheol observó al hombre alto y de piel canela que le sonreía gustoso. Frunció el ceño confundido.