5.

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— Hola Vernon — Jihoon se elevó con las puntas de los pies para tener un mejor rango de visualización, tratando de encontrar a su esposo — ¿Y Cheol? — Inquirió nervioso. Sus talones regresaron al suelo al no encontrarlo y comenzó a jugar con sus manos al sentirse asustado.

— ¿No viene contigo?

Al escuchar eso último, Jihoon volvió a intentar contactarlo por su celular. El buzón de llamada volvió a interponerse. Lo intentó cinco, diez veces, todas las veces que fueran necesarias hasta que Seungcheol atendiera la llamada.

— Jihoon ¿Qué pasa? Abrirás un hueco en el suelo si sigues caminando de esa manera — Le dijo después de tomarlo por los hombros para detenerlo y encararlo.

— Seungcheol no llegó a la casa, tampoco responde el celular — Su respiración comenzaba a agitarse y sus ojos a nublarse.

— Tranquilo, de seguro llegará en cualquier momen…

— ¡No! — Interrumpió — Te estoy diciendo que SEUNGCHEOL NO REGRESÓ A LA CASA — Enfatizó.

Vernon frunció los labios comenzando a sentir desesperación — El vino a comprar helado y regresó al no encontrar el sabor que le pediste.

Aquello solo hizo que Jihoon sintiera un peso más sobre sus hombros, al grado de sentir culpa por un estúpido antojo que Seungcheol trataba de cumplirle.

— Después de confesarle que estamos esperando un bebé, él insistió en volver a salir a comprar — Ya no podía retener sus lágrimas por más tiempo y al terminar de hablar las liberó, su cuerpo temblaba de angustia y su corazón latía demasiado rápido. Por otro lado Vernon no sabía que hacer ante tal confesión ¿Felicitarlo o consolarlo?

— Debes de mantener la calma — Dijo con voz suave, frotando los hombros de su amigo para calmarlo un poco — Lo buscaré y lo voy a encontrar.

— Yo también voy a buscarlo.

Vernon sabía muy bien lo tenaz que podía llegar a ser el blanquecino, por más que tratara de convérselo para que no se agitara demasiado se negaría a hacerlo. Después de unos segundos asintió y antes de salir del establecimiento buscó a su esposo para explicarle la situación, dio unas órdenes y salió junto a SeungKwan.

Jihoon ya no soportaba el hormigueo en sus piernas, llevaba tanto tiempo caminando de un lado a otro con su celular en la mano, que el cielo comenzaba a oscurecer. Visitó locales, hospitales y las estaciones de policía que no le resolvían nada. Su pantalla mostraba la foto de Seungcheol y mantenía una esperanza de una llamada.

En el momento que el celular comenzó a vibrar, las manos de Jihoon y su corazón temblaron, respondió tan rápido que ni siquiera notó el nombre en la pantalla.

— Jihoon — al escuchar la voz, el rostro que se había iluminado por un segundo volvió a oscurecerse.

— ¿Lo encontraron? — Inquirió tan pronto guardó la compostura.

— ¿Dónde estás Jihoon? – Dijo evadiendo la pregunta del bajito.

— En el centro, por la fuente de luces.

“Está cerca, gira a la derecha… ¡No! Vernon, a la otra derecha” “Esa es la izquierda SeungKwan” se escuchaba en él fondo, durante la llamada.

— Espera ahí, nosotros estaremos en cinco minutos contigo.

— ¿Sabes algo de SeungCheol? — Insistió, pero él castaño no respondía.

Lo último que pudo escuchar es como la llamada se terminaba, dejando su pregunta sin respuesta. Sus nervios estaban al tope, tocó su vientre plano y la culpa volcó su corazón al no haber probado bocado en el día.

Al encontrarse con sus amigos, Jihoon fue arrastrado hasta su casa, tenía la ilusión de llegar y encontrar a Seungcheol, pero no fue así. El rubio y el castaño lo sentaron como si fuera un pequeño niño, se miraron por unos momentos logrando desesperar aún más al blanquecino.

— ¿Van a decir algo? — Su voz irritada y ceño fruncido volcaron dos corazones ajenos.

— Jihoon — Vernon dejó caer sus hombros en un suspiro — Seungcheol no va a volver.

Cross Memories (Jicheol) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora