Tres días después.
Mi ánimo estaba por los suelos los últimos días. Tenía que hacer un esfuerzo sobre natural para poder ordenar mis pensamientos y no dejar que la angustia me dominara. Por otro lado Liam no dejaba de poner trampas en camino, y Kalen lo apañaba, ambos eran un completo martirio. No entendía porque les caía mal, pero tampoco intentaba cambiar eso. ¿Que se supone que haga? Rogarles que se detengan... jamás. Nunca fui de suplicar, y mucho menos ahora. Les daría una cucharada de su medicina, solo debía esperar el momento adecuado.
Regresaba a casa, terminando la jornada de un largo dia en la oficina, cuando un coche se detuvo delante de mi. Me quedé de pie unos segundos, y cuando abrieron la puerta trasera dí un paso atrás chocando contra un fornido torso. Giré asustada, pero ya era tarde, me levantaron del suelo y me subieron al vehículo de un solo envión. Grité y quise huir, pero al ver al frente guardé silencio asustada.
Un hombre canoso me apuntaba con una pistola directo a la cabeza.—Cállate.—Asentí levemente comenzando a ver cada vez más borroso debido a las lagrimas que nublaban mi vista, no puedo creer que esto me esté pasando.—Andando.—Dijo hacia el conductor que emprendió marcha de inmediato.
El vehículo era bastante amplio, y estaba equipado como una mini limusina lujosa. Sin duda es uno de esos tantos mafiosos que se rumorea por ahí, pero desconozco cual de todos es.
El anciano bajó el arma, y la dejó a un lado. Mientras sostenía en sus manos un bastón de negro de madera, con un mango dorado, que deduzco es de oro.
Maldición. ¿Ahora que se supone que haga?
Nos dirigimos a un lugar apartado en silencio, no podía dejar de llorar y preguntarme que era lo iba a pasar conmigo.
—¿Por que lloras? Nadie te hará daño.—Trague pesado.—¿Eres Valery Stein, cierto?—Asentí levemente.—Muy bien, tenemos a la muchacha correcta.
—¿Que quiere de mi? No tengo dinero, ni a nadie que le importe gastar dinero en mi rescate...—Dije en un tartamudeo, sintiendo mis mejillas húmedas por mis abudantes lágrimas.
—Oh... no creo que eso sea del todo cierto.—Se rió ronco con diversión.—Pero de todos modos no quiero eso de ti.—Aseguró sonriente.—Más bien te tengo un trato...
—¿Un trato?—Repeti sorbiendo mi nariz.
—Asi es.—Su semblante se volvió serio.—Se de buena fuente que eres secretaria de Agustus Keller...
—Asi es...pero no entiendo...
—A eso voy, niña.—Me reprende secamente logrando que me encoja en mi sitio.—Quiero que me vendas información, acambio de medio millon de Euros...—Mi boca se entre abrió en sorpresa.—¿Que dices?
¿Como dijo?
¿He oído bien?
Medio millon...
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Dulce Fantasía | +21
RomansaHistoria no apta para menores de 18 años, ni personas sensibles. •°•°•°•°•°•° Confundir amor con obsesión es el primer paso a la locura. Pero ninguno de nosotros estaba del todo cuerdo, y eso nos hizo perder todo... Si pudiera volver el tiempo atrás...