Es martes, son las 7:15 a.m, y las calles de la ciudad están oscuras.
Camino a toda velocidad hacia el edificio de corporaciones Keller, el lugar donde tendré mi entrevista, que no queda a más de unas cuantas largas calles de casa.
Tomaría un taxi, pero siendo sincera no cuento con dinero suficiente como para hacer aquello.
En estos momento son en los que me arrepiento de no haber concluido mi tesis. Si obtuviera mi titulo como maestra de pre-escolar. Estaría con trabajo(con suerte) y apuesto a que mi situación económica seria mejor. Pero esto se ve truncado una vez más por mi situación económica, la cual no mejorará así porque si, ya que para hacer mi tesis debo abonar una suma importante de dinero, que claramente, NO TENGO.Al llegar al edificio, me quedo unos segundo boquiabierta viendo lo elegante y enorme que es la simple recepción. Una mujer joven me ve desde un escritorio ubicado casi en el centro del lugar. Camino hacia ella escuchando el sonido de mi tacón contra el suelo blanco y brillante de granito.
—Buenos días, vengo por la entrevista de trabajo.—Saludo a la mujer con una media sonrisa. Estoy muy nerviosa.
Ella me da una mirada sería y me escanea de pies a cabeza. Al parecer mi atuendo no le convence, y no le culpo. La verdad lo entiendo, ella va vestida formal y seria(acorde al lugar) con colores neutros y algo apagados. Mientras que mi estilo, es formal, ehh si, pero juvenil y colorido. Y la diadema amarilla en mi cabello no debe pasar por alto.
—Décimo piso, a la izquierda. La primera puerta, verá que en ella dice "Presidente".—Informa con seriedad.
—Gracias.—contesto antes de marcharme hacia donde indicó.
Use el asensor y mientra este subia al piso señalado, me concentré en ver mi reflejo en las paredes de la caja metálica.
Bajé mi falda tubo de color amarillo un poco más, casi a la altura de mis rodillas, y acomodé mi suéter fucsia.Las puertas del elevador se abrieron, y salí lentamente caminando hacia mi izquierda, tal y como lo había indicado la mujer del primer piso. Logré divisar a dos mujeres que estaban sentadas en unas sillas negras, a un lado de la puerta que tenia un cartel de madera que decía "Presidente Keller".
Aquí vamos...
—Buenos días, ¿Estan para...?
—El Presidente Keller esta entrevistando a una muchacha. Toma lugar ahí y espera tu turno.—Dice una de las mujeres de forma descortés.
La otra señora a su lado, me detalla de pies a cabeza y le da una mirada a su acompañante, de esas que dicen "ves lo mismo que yo". —¿Que le sucede a la generación de hoy en día?—Susurra hacia la mujer.
¿Y esta que...?
Siento la vergüenza en mi rostro, y solo paso de ellas, y me acomodo en una de las sillas libres. Detesto a la gente mayor, solo porque me visto con colores alegres creen que pueden humillarme o mirarme raro. Como estas señoras, que parecen de cincuenta años; y sólo por ir de falda marrón o negra, camisa blanca con saco a juego con la falda clásica, creen que pueden ser más que cualquier otra persona.
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Dulce Fantasía | +21
RomanceHistoria no apta para menores de 18 años, ni personas sensibles. •°•°•°•°•°•° Confundir amor con obsesión es el primer paso a la locura. Pero ninguno de nosotros estaba del todo cuerdo, y eso nos hizo perder todo... Si pudiera volver el tiempo atrás...