Capítulo 8

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Despertar sola fue una terrible cachetada de realidad, no habían rastros de ninguno de los dos

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Despertar sola fue una terrible cachetada de realidad, no habían rastros de ninguno de los dos. Era una cama vacía y fría.
Por un segundo dudé si en verdad fue real, o solo fue un sueño. Pero al sentir mis piernas adoloridas supe que no era mi imaginación, además todavía vestía el polo de uno de ellos dos, y tenia marcas en mis muñecas y muslos, eran sutiles, pero no pasaban desaparcibidas.
Me senté en la cama, y miré la habitación en silencio.

—Despertaste.—Jess entró con una leve sonrisa. Traía su uniforme y un café en su mano.—¿Hoy no tenias que ir al trabajo?—Se sienta en mi cama y me entrega el café. Me sobre salto y cojo mi móvil asustada, ya son las 9:45 a.m. Voy más que tarde. Agustus estará de los nervios.—No me veas así, yo también estoy molesta, no me has dejado nada de lemon pie...

¿Que? Pero, si nisiquiera comí...

Fueron ellos..

Malditos.

—Mierda, mierda, mierda...—Me levanté y le dí un sorbo al café, antes de dárselo a mi mejor amiga de regreso. Corrí al closet y tomé la primer pila de ropa, que constaba de unos jeans azules, un suéter rojo con perlitas de colores y brillos, unas botas negras con tachas(Odio el negro, pero mejor básico que fuera de lugar), y mi bolso de siempre de color marrón oscuro.—¿Por qué no me despertaste?—me quejé mientras terminaba de arreglarme.

—Porqué llegué hace media hora...—Se ríe divertida y me ve de pies a cabeza.—Te ves bien. Cuidado con al sábana..—Señala al suelo y sigo su mirada, pero solo esta jugando conmigo. Le lanzo un cojín y ella se ríe.—¡Hey, no es mi culpa!

Ruedo los ojos y corro al baño, hago mis necesidades más rápido que nunca y termino con una coleta alta y dos mechones de cabello a los lados. Al salir Jess esta de pie en el lumbral de la puerta, me da la taza de café y la tomo con una sonrisa forzada, tengo deseos de gritar.
Cojo mi móvil, pido un Uber, y mientras ella me cuenta su noche con Dylan, bebo el café a sorbos largos.
Estoy perdida en mis adentros, no se como reaccionar a los pensamientos intrusivos en mi cabeza.

Me usaron, manipularon y dejaron como nada. Aunque yo queria, me sentía extraña, era una sensación nueva, algo que no se como explicar.

—¿Me estas escuchando?—Jess ve con reproche al notar que estoy divagando dentro de mi.

—Lo siento..—Me disculpo avergonzada.—Es que... yo..

—Déjalo.—Se levanta de la cama de un envión, toma la taza que tenía entre mis manos, y se dirige a la salida. Claramente esta molesta, y tiene razón. Acabo de ignorarla.

—Jess por favor deja que te explique...—Intento detenerla, pero se gira secamente mirándome con una mueca no muy amigable.

—No, Valery. Estoy cansada, últimamente me ignoras. Te puedo contar miles de cosas, y tu ni al corriente.—Comenta con un tono de voz un tanto demandante.—Siempre dices que te importo, pero comienzo a dudarlo.

Dulce Fantasía | +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora