Capitulo 19

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Es miércoles y son las 7:15 a

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Es miércoles y son las 7:15 a.m. Hoy regreso a mi trabajo después de dos días de reposo absoluto. La verdad me hizo muy bien el descanso, al menos ya me siento mucho mejor. Lastima que aún no recuerdo todo lo que pasó esa noche, empezando por el hecho de que no se si me lastimé mientras tenia sexo con Alexander, o después de eso.

Me perturba la idea.

—Buenos días...—Jess entró en la cocina somnolienta.—¿Vas al trabajo?

—Así es...

—¿Qué cojones traes puesto?—Indagó curiosa.

—¿Me veo mal?

—No, pero es raro. ¿Esa es mi falda?—Preguntó curiosa luego de frotar sus ojos, como si fuese algo sumamente anormal.

—La tomé prestada...es que no tengo faldas de este tono.—Asegure sonriente bebiendo un sorbo de café amargo.

—¿Puedo saber a que se debe el cambio?—Extiende su mano pidiendo la taza de café en mis manos. Sonrío de lado y comparto mi bebida con ella.

—Solo creo que es momento de vestirme acorde a el lugar.—Simplifico sin mucho ánimo. No me agrada mi atuendo, pero sentí que debía cambiar. No quiero que sigan murmurando a mis espaldas.

Suficiente humillación por dos meses y medio.

Por ello opté por una camisa blanca clásica, una falda tubo por debajo de mis rodillas, de color azul marino; elegí tacones negros, sin detalles ni brillos, medias finas de color beige, y mi saco sobre todo de color negro.
Peine mi cabello en una coleta de caballo baja, y esta vez no utilicé ninguna cinta o moño como decoración. A su vez, evité usar aretes, pulseras o collares llamativos. ¿Quieren formalidad? Bien, la tendrán.

—No sé si sea lo adecuado. Me gustas más cuando te vistes como tu..—Jess se cruza de brazos pensativa.—¿En verdad estas bien? ¿O el golpe te dejo mal? Es que tu jamás dejas que cambien tu estilo.

—Estoy bien, créeme.—Sonrío ampliamente dejando un beso en su mejilla.—Solo es porque destacó mucho, y quiero pasar desapercibida...—Ella se encoje de hombros.

—Vale, si tu lo dices.—Sonríe bebiendo no sorbo de café.—Cuídate, y recuerda tomar tu medicación...

—Si, lo haré. Tu igual cuídate.—Me despido tomando mi bolsa.—Te veré más tarde...

—Te quiero.

—Te quiero más.—Lance un beso en su dirección antes de salir de la cocina y dirigirme a la entrada.

Tomé mis llaves, y mi paraguas, pues hoy el día amaneció con una leve llovizna, pero nada me detendría de estirar las piernas y caminar hasta la oficina. El camino fue tranquilo, pase por el desayuno de Agustus y él de Ander, pedí un frapuchino y una porción de tarta de arándanos para el menor, y café amargo y negro, para Agustus.

Dulce Fantasía | +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora