Capítulo 13

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ADVERTENCIA ESTE CAPITULO CONTIENE ESCENAS DE SEXO CON CONSENTIMIENTO POCO ÉTICO. 

SE RUEGA DISCRECIÓN. 

SI NO TE SIENTES COMODO LEYENDO ESTO,
TE ACONSEJO SALIR DE AQUI.

LAS ADVERTENCIAS ESTAN POR ALGO, POR FAVOR, LEELAS, Y SI DECIDES CONTINUAR REPETIRÉ LO QUE DICE EN DICHO APARTADO:

"ESTO NO ES UNA P*TA PELI DE NIÑOS, SE COHERENTE EN LO QUE COMENTAS"

UNA COSA ES ATACAR AL PERSONAJE, Y OTRA MUY DISTINTA ES ATACAR A UNA PERSONA QUE NO CONOCES, SOLO PORQUE NO SABES LEER ADVERTENCIAS, Y QUIERES QUE TODO SEA CLICHÉ O PERFECTO, AUNQUE ME PARECE IRÓNICO, PUES EL MUNDO REAL ES MUCHO MÁS PERVERSO Y ENFERMO QUE ESTE LIBRO.

SIN MASCARAS.

¿TE INCOMODA? BIEN, PUEDES IRTE, CREEME, NADIE TE OBLIGA A QUEDARTE.

BESITOS♡♡♡🙃💞

Luego de recibir mi permiso por medio de recursos humanos

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Luego de recibir mi permiso por medio de recursos humanos. Salí de inmediato a la clínica más cercana. Tomé un taxi para que el camino fuese más corto, y cuando al fin llegue fui directo al área de análisis por laboratorio.

—Buenos días. ¿En que puedo ayudarle?—Una linda muchacha de cabello rubio y bata blanca se acercó a mi.

—Hola, quiero hacerme una prueba de embarazo.—Solté de sopetón y ella se quedó unos segundo en silencio para luego asentir e ir por un formulario.

—Muy bien, escriba sus datos aquí. Y aguarde a ser llamada, señorita.. —Sonrió entregándome un bolígrafo y luego se dio la vuelta para atender a otras dos mujeres.

Llené el formulario y tomé lugar en la sillas frente al consultorio de extracción. Mis manos sudaban y mi corazón latía al máximo. Era la primera vez que hacía esto por mi cuenta, aunque ya sabía el procedimiento mejor que nadie, pues acompañé a Jessica una cuantas veces. Digamos que mi mejor amiga no solía ser muy responsable cuando se trataba de tomar la píldora, por ello decidió colocarse la inyección trimestral, y desde entonces nuestras visitas al hospital solo son de chequeo de rutina y demás cosas "comunes".

—Valery Stein.—Un hombre con conjunto de enfermero en color rosa me llamó en voz alta. Alcé la mano y él sonrió levemente.—Pase por aquí, señorita Stein.

Caminé sintiendo mis piernas como gelatina, podía jurar qué el equilibrio no era algo que yo hubiese conocido alguna vez en mi vida. Entre en el consultorio, y miré al hombre frente a mi con una sonrisa incomoda.

—Siéntese en la silla, quíte la ropa que cubre su brazo, y estirelo sobre el reposa brazos—Obedecí con rapidez mientras él preparaba la jeringa de extracción.—Muy bien, ahora colocaré esto aquí, para poder acceder mejor..—Amarró un elástico un poco más arriba del dobles de mi codo.—Eso es, ¿Le impresionan las agujas?—Consulto suavecito.

Dulce Fantasía | +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora