—No.
—Hace frío.—Me ve con una media sonrisa.—Ella me pidió que te lleve a casa.—Señala el lugar a su lado.—Sube..
Suspiré pesado y caminé hacia el coche rendida. Di la vuelta y tomé lugar en el asiento del copiloto.
—Solo porque ella lo pidió.—Murmure rendida.
El asiente con una sonrisa, y comienza a conducir en silencio.
—Jessica me paso su dirección.—Avisa en un semáforo.
—Ya veo. Por un segundo creí que eras un acosador..—ironizo sin mirarlo mucho.
—Hey, ¿Creo yo o estas agresiva?—se carcajea divertido.
—No me conoces, tal vez siempre soy a si y no lo sabias..—Le digo con inferencia.
—Mentira, Angeles dice que eres la persona más dulce y tranquila que conoce.—Lo veo de reojo.—¿Me dirás que te tiene así?
—No soy dulce, ni mucho menos tranquila.—Aseguro con frialdad.
—¿No oíste mi pregunta?
—No quiero hablar de eso.
El asiente en silencio y espera unos segundos para volver a hablar.
—¿Es por el compromiso?—lo miré mal.—Oh, si. Es por eso.
—¡No es por eso!—contradigo molesta.
—Sabes la primera vez que te vi crei que eras más relajada...
—La primera vez que te vi creí que eras de pocas palabras...
—Na. Te coquetee desde que te vi..—se ríe ronco.—¿Que te hace pensar que soy de pocas palabras?
Suspiro rendida. No tiene caso, él es un coqueto empedernido.
—Almenos ya no estas llorando.—Me ve de reojo.—¿Soy bueno, no crees?
—Idiota..—Murmuro por lo bajo.
—Y guapo.—Dice egocéntrico.
—¿No sabes cuando cerrar la boca no?—Lo mire mal y él se río ronco.
—No. Mucho menos si la mujer que tengo alado me atrae.—Me vio de reojo acelerando un poco el coche. Vire los ojos y suspiré pesado.
—¿Asi coqueteas?
—Si.
—¿Y te funciona?—me burlo.
—Pues...tu dime..—Mordió su labio inferior malicioso.
Dios, es sexy. No puedo negarlo.
(***)
Sus labios eran gruesos, y se amoldan perfectamente a los míos.
Entre tropezones llegamos al sofá y él llevó sus manos al cierre de mi vestido, la tela cayó a nuestros pies y él acaricio mis caderas con sus grandes manos.
Yo le quíte el saco y lo empujé al sofá. Me subí a su regazo y el me recibió con una gran sonrisa.
Me frote contra su bulto, obteniendo un gemido de su parte. Él aprieta mi cuerpo contra el suyo y me besa con deseo, desabotono su camisa, y me deshago de su corbata arrojandola al suelo. Por su parte se encarga de mi brazier que va a parar alado de su corbata, aprieta mis pechos con sus manos y luego baja su boca a mis pezones.
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Dulce Fantasía | +21
RomanceHistoria no apta para menores de 18 años, ni personas sensibles. •°•°•°•°•°•° Confundir amor con obsesión es el primer paso a la locura. Pero ninguno de nosotros estaba del todo cuerdo, y eso nos hizo perder todo... Si pudiera volver el tiempo atrás...