26

16 4 2
                                    

La mañana llegó demasiado pronto, trayendo consigo el momento que Ron había estado temiendo. Las maletas estaban listas, y el carruaje que lo llevaría a su casa.

Harry fue el primero en despedirse. Lo abrazó con fuerza, dándole unas palmadas en la espalda.

No te olvides de escribirme, ¿vale? —dijo Harry con una sonrisa, aunque sus ojos reflejaban tristeza.

Lo haré —prometió Ron, devolviéndole el abrazo.

James, Remus, y Peter también se acercaron para despedirse. James le dio unas palabras de aliento, Remus le palmeó el hombro con calidez, y Peter simplemente le sonrió, deseándole un buen regreso.

Finalmente, Sirius se acercó. Sus ojos tenían un brillo especial, mezcla de melancolía y algo más que no quiso poner en palabras. Sin dudarlo, lo abrazó con fuerza, un gesto que Ron devolvió con igual intensidad.

 Sin dudarlo, lo abrazó con fuerza, un gesto que Ron devolvió con igual intensidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuídate, Ron Y recuerda, no importa dónde estés, siempre puedes contar conmigo.- murmuró Sirius, apartándose un poco para mirarlo a los ojos

Ron asintió, su garganta apretada por la emoción. Quería decir algo, pero las palabras no salían, así que simplemente sonrió, aunque sabía que esa sonrisa no ocultaba del todo su tristeza.

Mientras subía al carruaje, Ron se dio la vuelta para mirar a todos una vez más. Harry le agitaba la mano, y Sirius estaba ahí, de pie junto a los demás, con esa mirada que Ron sabía que nunca olvidaría.

El carruaje comenzó a moverse, y mientras se alejaba, Ron sintió una mezcla de tristeza y esperanza. Aunque se iba, algo dentro de él sabía que ese lugar, esas personas, y sobre todo Sirius, siempre serían parte de él.

Ron llegó a La Madriguera, sintiendo el aire familiar que siempre lo recibía en casa. Sin embargo, esta vez algo se sentía diferente. Su madre estaba en la cocina, meciendo a Ginny en sus brazos mientras tarareaba suavemente una canción. Al verlo entrar, le dedicó una breve sonrisa antes de volver toda su atención a la bebé.

Hola, mamá —saludó Ron, dejando su maleta junto a la puerta.

Ronald, llegas justo a tiempo para cenar, Espero que tengas hambre.- dijo Molly distraídamente, sin apartar los ojos de Ginny

Ron se acercó, tratando de captar su atención. Estaba emocionado por compartir todo lo que había vivido durante las vacaciones: las aventuras con Harry, la magia de estar en un lugar tan especial, y, aunque no podía decirlo abiertamente, los momentos que había compartido con Sirius.

Mamá, ¿sabes? Estas vacaciones fueron increíbles. Fui a casa de Harry, conocí a su familia y... —empezó a decir, pero se detuvo al notar que Molly apenas le prestaba atención.

Eso está bien, querido. Ahora, ¿puedes ir a decirles a tus hermanos que vengan a cenar? —dijo Molly, con la misma distracción de antes, ajustando la mantita de Ginny.

Ron sintió cómo una punzada de decepción le atravesaba el pecho. Quería insistir, contarle más, pero sabía que sería inútil.

Claro, mamá —respondió en voz baja, dando media vuelta y subiendo las escaleras.

En su cuarto, mientras se sentaba en la cama, no pudo evitar pensar en cómo siempre parecía ser invisible para su familia. Ginny era la pequeña consentida, y sus hermanos mayores siempre habían destacado en algo. Él, en cambio, sentía que apenas era una sombra.

"Al menos con Harry y Sirius, alguien me escucha", pensó, suspirando mientras su mente volvía a los momentos felices de las vacaciones.

La noche anterior a su regreso a Hogwarts, Ron se sentó en el sillón frente a la chimenea, mirando las llamas danzar en silencio. La casa estaba tranquila; todos los demás dormían, pero su mente no dejaba de repasar los momentos vividos durante el verano. Recordó las historias de Sirius, las caminatas en el bosque, el calor de su abrazo y la forma en que lo hacía sentir visto, importante. Ahora que estaba en casa, esa sensación parecía lejana, como un sueño que se desvanecía.

Sumido en sus pensamientos, apenas notó cuando su padre entró a la sala. Arthur se detuvo en la entrada, observando a su hijo con una mezcla de preocupación y ternura. Se acercó y se sentó en el sillón frente a él.

¿Todo bien, Ron? —preguntó Arthur con suavidad.

Sí, papá... Solo estoy pensando.- Ron parpadeó, saliendo de sus pensamientos, y se encogió de hombros.

Arthur no se dejó engañar por la respuesta. Conocía a su hijo lo suficiente como para notar cuando algo lo preocupaba. Se inclinó un poco hacia adelante, apoyando los codos en las rodillas.

Hijo, desde que volviste, te he notado un poco apagado. ¿Quieres hablar de eso?

Ron dudó por un momento. No estaba seguro de cómo expresar lo que sentía sin sonar egoísta, pero la mirada paciente de su padre lo animó a intentarlo.

Es solo que....Desde que Ginny nació, siento que... no sé, como si no existiera. Mamá siempre está ocupada con ella, y cuando intento contarle algo, parece que ni siquiera me escucha.- comenzó, jugando nerviosamente con el borde de su suéter

Arthur asintió lentamente, dejando que Ron continuara.

Sé que es mi hermana y la quiero, pero... . A veces siento que nunca voy a ser tan importante como los demás. Bill, Charlie, Percy... incluso los gemelos siempre destacan en algo. Y ahora Ginny. Pero yo... solo soy Ron. Nadie nota cuando estoy aquí o cuando no.- Ron hizo una pausa, luchando por encontrar las palabras adecuadas

Arthur se recostó en el respaldo del sillón, procesando las palabras de su hijo. Le dolía escuchar aquello, pero estaba agradecido de que Ron confiara en él lo suficiente como para compartirlo.

Ron, entiendo cómo te sientes. Y quiero que sepas algo: el hecho de que las cosas parezcan así no significa que no seas importante.- dijo finalmente, con un tono lleno de sinceridad

Ron lo miró, con algo de escepticismo en los ojos.

Tienes un corazón enorme, hijo. Eres valiente, leal y siempre estás ahí para los demás. Tal vez no lo notes, pero eso es lo que te hace especial. No tienes que ser como tus hermanos ni como nadie más. Tú eres Ron, y eso es más que suficiente.

Ron sintió que un peso en su pecho se aliviaba un poco. No estaba completamente convencido, pero las palabras de su padre le dieron algo de consuelo.

Gracias, papá —murmuró.

Cuando regreses a Hogwarts, recuerda esto: puedes hacer grandes cosas, hijo, si confías en ti mismo.- Arthur sonrió y se levantó, acercándose para colocar una mano en el hombro de Ron.

Ron asintió, sintiéndose un poco más ligero. Esa noche, mientras subía las escaleras hacia su habitación, se prometió a sí mismo que haría todo lo posible por demostrar que era más que una sombra, no para los demás, sino para él mismo.

Continuara...

Me enamore de un criminal (SIRIUS X RON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora