Me enamore de un criminal (SIRIUS X RON)

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A medida que la noche avanzaba, Ron y Sirius intercambiaron más miradas y sonrisas, y fue evidente para todos que una conexión especial comenzaba a formarse entre ellos. Ron, entre risas y anécdotas, se sintió más cómodo y comprendió por qué su amigo Harry valoraba tanto a su padrino y a estos amigos de su padre.

Pasaron los días cuando una noche Ron vio que Remus estaba solo asi que decidió acercarse a el.

Ron se sentó junto a Remus, sintiendo una extraña conexión que lo impulsaba a escuchar al hombre con atención. Cuando Remus mencionó a su esposo e hijo, Ron no pudo evitar sorprenderse un poco, pero lo ocultó rápidamente, y asintió con empatía.

Debe ser duro estar lejos de ellos —dijo Ron en voz baja, tratando de imaginar lo que sería estar separado de quienes más amaba.

Si, lo es Mi esposo, Lucius, y nuestro hijo, Draco... son mi vida. Pero, como ves, esta es la mejor forma de protegerlos. Aunque... eso no quite el vacío.- Remus miró a Ron y sonrió, agradecido por su comprensión, admitió, suspirando ligeramente. Remus hizo una pausa, mirando las estrellas con una expresión nostálgica.

Ron sintió una especie de respeto profundo hacia Remus. Saber lo que el hombre sacrificaba para proteger a su familia era algo que lo conmovía.

Tal vez pronto las cosas mejoren . Y cuando sea seguro, podrás estar con ellos. Draco es un chico afortunado de tener un padre como tú.- dijo Ron, intentando animarlo

Remus le dio una suave palmada en el hombro a Ron y le sonrió, su mirada agradecida.

Gracias, Ron. Eres un buen chico, Y tener amigos como tú y Harry aquí hace que las cosas sean más fáciles.- murmuró Remus, visiblemente aliviado

Ron se quedó mirando el cielo, reflexionando sobre lo que Remus le había contado. La idea de que alguien tan amable como él estuviera casado con Lucius Malfoy, alguien que siempre había parecido distante y arrogante, le resultaba difícil de comprender. Sin embargo, de alguna forma, la imagen de Remus y Lucius juntos era intrigante, y no podía evitar preguntarse cómo había sido su historia.

Mientras meditaba sobre esto, otro pensamiento le vino a la mente: ¿Draco sabía realmente que Remus era su padre? Si lo sabía, seguro no se lo había contado a nadie en Hogwarts; incluso Harry habría notado algo tan importante. Draco siempre hablaba de su familia con una mezcla de orgullo y desprecio, pero jamás había mencionado a Remus.

"Debe ser raro tener una familia secreta y no poder hablar de ella,"- pensó Ron. Al mismo tiempo, una curiosidad creció en su interior. Quería entender más, conocer más de esa historia oculta.

3 días después

Una noche, después de cenar, Ron salió a dar un paseo por el jardín iluminado por la luz de la luna. Estaba distraído, pensando en todas las revelaciones de aquellos días, cuando se topó con Sirius, quien estaba sentado en un tronco caído, mirando el cielo con una expresión pensativa.

Hey, pelirrojo, ¿qué haces aquí a estas horas? —preguntó Sirius, esbozando una sonrisa traviesa al verlo.

Sólo... quería despejarme un poco. Son muchas cosas —respondió Ron, encogiéndose de hombros mientras se sentaba junto a él.

Sirius lo miró de reojo, percibiendo la mezcla de confusión y emoción en el joven Gryffindor. En silencio, le dio una palmada en el hombro y suspiró.

¿Sabes? A veces, las cosas en el mundo mágico son... complicadas . A tu edad, yo también me sentía perdido y cargaba con secretos que nadie me había pedido guardar.- comentó Sirius, con un tono de voz que denotaba nostalgia

Ron lo observó, interesado en su historia. Sirius rara vez hablaba de su pasado, y escuchar eso lo hacía sentir una conexión inesperada.

¿Y cómo lo sobrellevabas? —preguntó Ron, con un deje de preocupación en su voz.

Lo sobrellevé gracias a mis amigos. James, Remus, Peter... ellos me dieron el coraje para ser yo mismo. Supongo que eso es lo que tú y Harry también están haciendo. La amistad es un refugio que no tienes que entender para que funcione.- Sirius se echó a reír suavemente y le revolvió el cabello.

Ron sonrió, sintiendo una calidez que alivió sus dudas. Por primera vez, veía a Sirius no solo como el padrino de Harry, sino como alguien en quien también podía confiar. Y Sirius, al notar la tranquilidad en los ojos de Ron, comprendió que tal vez estaba ayudando al joven pelirrojo a encontrar su propio camino.

Después de ese momento en el jardín, Ron y Sirius regresaron a la casa, donde la calidez del hogar contrastaba con la brisa fresca de la noche. Al abrir la puerta, el bullicio de risas y charlas los envolvió como un abrazo cálido.

En la sala, Harry estaba en el suelo, riendo mientras jugaba a las cartas con Remus y James, quien no podía evitar hacer comentarios graciosos que provocaban carcajadas en todos.

¡Mira, un Weasley más!, ¡Ven a unirte a nosotros!- exclamó James, señalando a Ron con una sonrisa amplia

Sirius se unió a la broma, lanzándole una carta a Ron como si fuera un jugador de Quidditch. Ron se rió y se arrodilló junto a Harry, quien le explicó rápidamente las reglas del juego.

Mientras jugaban, la atmósfera se llenaba de alegría y camaradería. Ron se sintió afortunado de estar allí, rodeado de personas que lo aceptaban sin reservas. La risa resonaba en las paredes, y los recuerdos de los tiempos difíciles se desvanecían momentáneamente, dejando espacio solo para la felicidad.

¿Qué tal si hacemos una pausa y contamos historias de nuestros años en Hogwarts? —sugirió Remus, inclinándose hacia adelante con interés.

¡Sí!, ¿Recuerdas aquella vez que casi nos atraparon por intentar hacer una broma en la clase de pociones?- exclamó Sirius, sonriendo de oreja a oreja

Las historias comenzaron a fluir, desde travesuras en el aula hasta emocionantes aventuras en el bosque prohibido. Ron escuchaba con atención, riendo y asombrándose de las locuras que habían hecho sus amigos. Cada relato estaba lleno de lecciones, risas y, a veces, de un poco de nostalgia.

Cuando Sirius se puso a contar sobre su primer encuentro con un joven Remus, el ambiente se volvió aún más ligero. Ron se dio cuenta de que cada uno de ellos había pasado por sus propias luchas, pero juntos habían encontrado la manera de disfrutar la vida. Y en ese momento, rodeado de risas y juegos, se sintió más como parte de una familia que nunca.

¿Estás listo para la próxima ronda? —preguntó Harry, extendiéndole una carta a Ron.

¡Definitivamente! —respondió, con una sonrisa de oreja a oreja.

La noche continuó con más juegos y risas, y Ron no podía evitar sentirse agradecido por el vínculo que se había formado con ellos, una conexión que lo llenaba de esperanza y alegría.

Continuara...