Mi Mejor Amigo [1] ✔ e d i t a n d o

8

Los días pasaron volando, y en un abrir y cerrar de ojos, se hizo viernes.

Eran las ocho y cincuenta de la mañana, y estaba en mi casillero guardando mis libros. Al cerrarlo, apareció una persona frente a mi: Diego.

- Buen día - dijo él sonriéndome.

- Buenas.

- Cómo esta la señorita Smith el día de hoy? - el peli rubio arqueó una ceja, reposando su cuerpo en la pared.

- Muy bien, y usted? - respondí usando el mismo tono.

- Exactamente igual, pero debo preguntarle algo. - Hurley se inclinó levemente hacia mi, luciendo cauteloso.

- Dígame.

- Bueno, ya hablando en serio - comenzó a decir mientras sonreía - Sabes que mañana es el baile...

- Si. 

- Y hay que llevar pareja - continuó.

- Ajá.

- Te gustaría ir conmigo? - preguntó arqueando ambas cejas.

- Am, es que yo ya tengo pareja. - respondí con algo de timidez.

- En serio? - Diego se mostró algo decepcionado, pero no se quejó. - Cómo puede ser que yo no tengo pareja y tu si?

- Lo sé, lo sé - dije siguiéndole el juego - Es muy envidiable lo mío.

- Con quién irás?

- Con Axel.

Diego me miró sin decir nada por unos segundos, más luego soltó una carcajada.

- Qué? - pregunté.

- Nada - dijo terminando de reír - Es solo que... - agregó ya serio - Vamos Lola, desde que Axel llegó no has dejado de estar con él.

- Eso no es verdad - me defendí - Solo somos amigos.

- Y muy buenos - aclaró. - Oye, te seré sincero. Han habido rumores de que tu y él son novios.

- Novios? - me sorpendí ante lo que oía. - Qué? No es cierto.

- Bueno... Eso es lo que dicen. - mi amigo se encogió de hombros, pareciendo querer terminar con esa conversación. 

- Quién lo dice?

- Todos hablan de eso. Supongo que tendrás que averiguar de dónde se generó ese rumor. - comentó Diego - Si es que te interesa saber, claro.

- No, no me importa - respondí. - Y...  Ahora que yo estoy ocupada, con quién irás?

- No lo sé, supongo que con alguna de las chicas que mueren por ir conmigo.

- Qué gracioso.

El timbre sonó y ambos fuimos a clase, cambiando de tema.

+

Era sábado. Precisamente las cinco de la tarde. 

Hacía un par de minutos me había terminado de duchar y en estos momentos me estaba pintando las uñas.

Luego de veinte minutos, decidí comenzar a peinarme. Hice dos trenzas con mis rulos rubios, dándole más volumen y me puse la vincha que venía con el disfraz.

A las siete y media, me vestí. De calzado, las sandalias sin taco, marrones, que de hecho, quedaban bastante bien con el disfraz.

Finalmente en la media hora que me quedaba, me puse un poco de rimel en mis ojos y una sombra color café claro en los párpados, combinando con mi atuendo.