POV MINHO
La casa de Hyunjin, o más bien la de sus padres, es exactamente como la imaginé.
No sé bien cómo explicarlo, pero hay algo en ella que habla de excesos sobrios y lujos innecesarios. Una colección de vinos en la entrada exhibe etiquetas cuyo precio podría rivalizar con el de un collar de oro; bellas, sí, pero absurdamente superfluas. En el pasillo, un retrato solemne de sus padres ocupa un lugar de honor, mientras que de Hyunjin no hay rastro alguno, como si la idea misma de ser pintado le resultara insoportable. Y, siendo honestos, no necesito preguntárselo para saberlo.
En la cocina, dos manchas de pintura con forma de manos pequeñas decoran la pared, un contraste infantil en medio de tanta elegancia. El centro de mesa sostiene una canasta de uvas; otras frutas, al parecer, no tienen cabida aquí. Hay un tocadiscos en la sala. No hay ningún disco. Según Hyunjin, el tocadiscos no funciona de todas formas.
Hay una biblioteca. No hay vasijas porque Hyunjin las rompe. Alfombras mullidas en cada habitación; una manta descansa en el sofá junto a la chimenea, testigo de las siestas invernales de Hyunjin, aunque ya no encaje cómodamente en ese espacio estrecho. Cuadros de diplomas adornan las paredes; un trofeo de ajedrez de 1975 corona una repisa olvidada. Es de Hyunjin. Le pregunté si aún jugaba. Me dijo que no. No recuerda ni las reglas.
Toda la casa tiene un ritmo, una lógica, una simetría casi obsesiva. Pero luego, en el medio, está el caos de la existencia de Hyunjin. Y eso me hizo sonreír.
No importaba a donde iba, no había forma de no saber que Hyunjin pisó ese lugar. No es el desorden, es su existencia. Es la forma en que pisa las maderas porque sabe cuales rechinan y cuáles no. Es la manera de mirarse en el mismo espejo del pasillo cada vez que le pasa por enfrente. La forma en que toca con la punta de los dedos las hojas del helecho en la entrada como si lo saludara. La manera en que abre la ventana rota de su habitación y la traba con un viejo diccionario de coreano como si supiera exactamente dónde ponerlo para que el viento no la azote.
Eso es Hyunjin. Es la presencia silenciosa. El ruido de su orden caóticamente destinado a desordenarte. A ti, a tu zona de confort y a todo lo que creías que él era. Y eso es lo que me vuelve loco.
Mi viaje por Italia no fue solo un acto de rebelión contra mi padre o un intento de darle a mi hermana una vida mejor. Fue muchas cosas, pero cada noche, sin falta, al hundir la cabeza en una almohada desconocida, me encontraba pensando en cómo sería hacerlo con Hyunjin a mi lado.
Quisiera tener en mi cabeza el momento exacto en que me enamoré. Quizás fue la primera vez que nos vimos, pero estaría mintiendo. Fue antes. En las cartas que le mandaba a Cirella y ella me mostraba entre risas pensando que el pobre chico se había confundido. Era ridículamente romántico. Forzado, y a la vez, temeroso de no entender de lo que hablaba.
¿Es fácil ser la primera experiencia de un inexperto en el amor? Que absurda manía de adjetivar algo como «fácil» cuando ni siquiera un experto podría estar preparado para enamorarse de una persona distinta. No fui primerizo en el amor, lo fui en Hyunjin. En sus vaivenes. En sus dudas. En sus inseguridades haciendo temblar las mías. En sus palabras entre líneas. En su marea alta ahogando la estabilidad de mi castillo de arena a prueba del sol. ¿No es cierta esa frase que nos explica que huyendo de algo, nos encontramos con otra cosa?
Y aquí, mientras Hyunjin se despide de Felix por décima vez, prometiéndole escribirle cada mes, entiendo algo con una claridad dolorosa: hay futuro en lo que gané dejando atrás el pasado. Dejar ir a mamá es difícil. Dejar atrás el pueblo, la casa y las condenadas galletas de limón... No es algo que tenía en mente. Pero si algo que no me arrepiento de tener que hacer si al otro lado está Hyunjin, Cirella y el mundo esperando.
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Una copa y tres canciones - [Hyunho] [✓]
FanfictionEn medio de la gran presión familiar, el desespero por no entender lo qué busca en el espejo y el miedo a fallar como futuro heredero de la gran bodega de vinos de su dinastía... Hyunjin ha recurrido a la mentira. Afirmando estar saliendo con una mu...