Ella, solo quería ser su amiga. Sin saberlo, se había convertido en el centro de sus pensamientos, en su razón para contener explosiones internas y externas. Cada gesto suyo, cada intento por acercarse a él, lo hacía caer más profundo, hasta perders...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
THE SOUND OF YOUR SOUL el sonido de tu alma 𓇢𓆸
━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Eso no sería varonil.
━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━
Las cuerdas flojas cuelgan frente a mí. Parecen moverse con el viento, burlándose de mi incapacidad para siquiera intentarlo. ¿De verdad esperan que cruce esto? Estoy al borde del colapso y todavía no he dado ni un paso. Todos avanzan, tropezando, recuperándose, pero yo sigo plantada en el mismo lugar, congelada.
Mis piernas tiemblan y la frustración me pesa como cuando intentas levantar algo que tiene más que tú propio peso. Cada segundo que pasa me convenzo más de que no pertenezco aquí. Una heroína que no puede ni pasar un obstáculo tan simple no tiene futuro. Suspiro, tragando las lágrimas que amenazan con salir. Rendirme comienza a parecerme la única opción.
—¡¿Qué haces ahí parada, inútil?! —la voz retumba detrás de mí, tajante y cruda, imposible de ignorar.
No necesito girarme para saber quién es. Ese tono áspero y molesto pertenece a Bakugo. Era obvio, es el único que llama de esa manera despectiva a las personas de todos modos. Levanto la cabeza y lo veo con los brazos cruzados, mirándome con superioridad.
—¿Piensas quedarte ahí todo el día? —sigue, su ceño fruncido como si mi mera existencia lo irritara—. Pensé que tenías más agallas, pero parece que solo eres una cobarde.
Sus palabras me recuerdan todo lo que odio de él... y de mí misma. Mi pecho se aprieta con vergüenza. Abro la boca para responder, pero no me salen las palabras. Mis manos se aprietan en puños temblorosos mientras intento procesar lo que acaba de decir.
—Tch, esto es patético —Suspira como si el mundo entero fuera una molestia—. Escucha, no pienso quedarme aquí viendo cómo eres una inútil. Si no puedes hacerlo sola, voy a ayudarte, pero más te vale que no me arrepienta de hacerlo. Hago esto solo porque quiero ver cuánto mejoraste.
