Ella, solo quería ser su amiga. Sin saberlo, se había convertido en el centro de sus pensamientos, en su razón para contener explosiones internas y externas. Cada gesto suyo, cada intento por acercarse a él, lo hacía caer más profundo, hasta perders...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
THE SOUND OF YOUR SOUL el sonido de tu alma 𓇢𓆸 ━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Deja de darle vuelta a todo.
━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━
Camino por los pasillos del edificio con la mente a la deriva. La idea de que tengo un novio me persigue. Lo pienso y no sé si reír o ponerme más nerviosa. ¿Qué significa realmente tener un novio? La palabra suena más grande de lo que siento que es nuestra relación. Espera. Nos besamos, sí, pero ¿eso nos convierte automáticamente en novios?
Me detengo un momento, fingiendo que reviso algo en mi celular, aunque realmente sólo estoy buscando un respiro. Bakugo jamás me pediría que fuera su novia. Es demasiado orgulloso, demasiado complicado... demasiado él.
Me muerdo el labio mientras sigo caminando. Entonces me pregunto: ¿debería ser yo la que dé el primer paso? La sola idea me hace estremecer. No, no podría. No tengo el valor para algo así. Suspiro profundamente, dejando que el aire alivie un poco la presión en mi pecho.
De repente, giro en una esquina y siento un impacto. Choco contra alguien.
—¡Ah, lo siento! —digo rápidamente, dando un paso atrás.
Es Kaminari. Me mira por un segundo, y su expresión me desconcierta. Sus ojos están abiertos de par en par, como si acabara de ver un fantasma.
—¿Estás bien? —le pregunto, intentando romper el silencio.
Parpadea varias veces, como volviendo a la realidad, y de repente suelta una risa nerviosa.
—Estás completamente roja —dice, señalándome con un dedo.
Llevo las manos a mi rostro instintivamente y siento el calor ardiendo en mis mejillas. ¿En serio estoy tan roja?
—¿En serio? —le pregunto, tratando de ocultar mi vergüenza.
