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Hyunjin se movió asegurándose de no hacer ningún ruido que pudiera despertar a Felix, quien descansaba profundamente sobre su cama. El omega, que estaba completamente agotado. Su rostro lucía tranquilo, aunque aún se percibía un leve sonrojo en sus mejillas, señal de lo que causó Hyunjin.

El alfa dejó escapar un suspiro mientras se acercaba. Observó a Felix desnudo en las mantas, su cabello desordenado pegándose a su frente y su piel húmeda al igual que las sábanas. A pesar de su cansancio evidente, seguía exudando aquel dulce aroma que llenaba toda la habitación, dejando a Hyunjin con un nudo en el estómago.

"Debo limpiar un poco," pensó Hyunjin mientras iba al baño y tomaba un paquete de toallitas húmedas. Se sentó al borde de la cama y, con movimientos cuidadosos, comenzó a limpiar suavemente a Felix. Cada toque era cuidadoso, asegurándose de no despertarlo. El omega gimió levemente, pero no abrió los ojos, lo que permitió a Hyunjin continuar.

Cuando terminó con su rostro, bajó un poco para limpiar los rastros de resbaladizo que aún quedaban en su piel. El alfa tragó con fuerza al notar lo vulnerable que Felix lucía así, pero rápidamente desechó esos pensamientos. "Es Felix. Es mi responsabilidad cuidarlo" se recordó mientras terminaba de limpiar las zonas más delicadas e íntimas con la mayor suavidad posible.

Hyunjin se levantó y abrió uno de sus cajones, sacando una camiseta amplia que solía usar para dormir. Pensó que sería mejor si Felix llevaba algo con su olor, algo que pudiera reconfortarlo en medio del caos. Con sumo cuidado, deslizó la camiseta por la cabeza del omega, vistiendo su cuerpo delgado con la prenda. Era un poco grande para Felix, pero eso solo reforzaba la idea de que estaba envuelto en las feromonas de Hyunjin, esta le llegaba hasta los muslos.

Cuando terminó, tomó las mantas y las acomodó sobre el omega, asegurándose de que estuviera cómodo. Felix, inconsciente del cuidado que recibía, murmuró algo incomprensible en sueños y se acurrucó más entre las mantas inundadas de feromonas del alfa. Hyunjin sonrió con suavidad, sintiendo un extraño calor en el pecho al ver a Felix tan tranquilo, incluso después de todo lo que había pasado.

Antes de acostarse, Hyunjin se detuvo un momento para ordenar un poco su habitación. Se llevó el consolador al baño para después lavarlo mañana, también tomó la caja de supresores y la puso en el cajón al lado de su cama con una botella, así mañana desde temprano, podía estar controlado en caso de emergencia. Abrió una ventana para permitir que el aire fresco circulara un poco. Cuando todo estuvo en orden, finalmente se tumbó al lado de Felix.

El omega, sin embargo, pareció percatarse de su presencia incluso en sueños. Moviéndose instintivamente, se acercó a Hyunjin, buscando su calor. Hyunjin permaneció inmóvil, sintiendo cómo Felix se acomodaba contra su costado. "necesita sentir que estoy aquí," pensó, aunque su propio corazón comenzaba a latir con fuerza.

Poco a poco, el alfa relajó su postura. Colocó un brazo protector alrededor de Felix, asegurándose de que el rubio estuviera completamente cubierto por su aroma, incluso si alguien llegara, pensarían que son pareja de lo marcados que estaban el uno con el otro de sus aromas. Cerró los ojos y respiró profundamente, dejándose envolver por el olor que aún impregnaba la habitación. Sabía que sería una noche larga, pero no le importaba. Felix estaba como gatito satisfecho, y eso era lo único que realmente importaba ahora. Aunque Hwang todavía se sentía en un sueño, no podía creer lo que estaba ocurriendo, mucho menos asimilar que acababa de tocar a Felix de esa manera y el omega no se opuso en lo absoluto o se quejó.

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La luz del mediodía entraba por las cortinas semiabiertas de la habitación. Hyunjin fue el primero en abrir los ojos, sintiendo un suave peso contra su costado. Bajó la mirada y vio a Felix acurrucado contra él, con su cabello desordenado esparcido sobre la toalla que había puesto la noche anterior en la cama húmeda. El omega aún dormía profundamente, respirando de manera pausada y tranquila, sin rastros de dolor apartente.

Convivencia peligrosa | HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora