Convivencia peligrosa | Hyunlix

29

El sonido de golpes contra la puerta lo arrancó bruscamente del sueño. Hyunjin entreabrió los ojos, parpadeando varias veces mientras su vista borrosa se adaptaba a la penumbra de la habitación. El mareo golpeó de inmediato, pesado y espeso, como si hubiera estado sumergido en agua durante horas. 

Pero rápidamente sintió algo a su lado y bajó la mirada. Felix estaba acurrucado contra él, respirando suavemente, su cabeza apoyada en el espacio entre el cuello y el hombro de Hyunjin. El omega ya no desprendía ese aroma intenso de celo que lo había envuelto todo los días anteriores. Ahora su olor era más suave, más natural. 

"Se terminó... Pero, ¿en qué momento me dormí? Ni siquiera logré cambiar las mantas, limpiarnos, nada".

No queria admitirlo, pero tener a Felix en una faceta tan tierna y sumisa era algo que quería alargar durante más tiempo, cuidarlo sacó el lado más cariñoso de ambos y no tenía muchas ganas de soltar eso.

El rubio seguía profundamente dormido, aferrado al abdomen del alfa con su cuerpo pegado al suyo, buscando calor. 
Hyunjin se removió un poco, y en ese momento fue consciente de sus estados. 
Estaban desnudos los dos.

Como Felix tenía su rostro pegado al cuerpo de su hyung con su cabello cayendo, no pudo darse cuenta de la marca de su cuello, tampoco recordaba hacerla, mucho menos haberse desesperado al final y clavarle sus colmillos. Pero si notaba el cuerpo del más pequeño lleno de marcas por todas partes, incluso daría un poco de miedo si no supiera que fue él quien las hizo.

"¿En qué momento lo marqué tanto?"

Pero antes de seguir observando la piel desnuda del omega, el golpe en la puerta se repitió, esta vez con más insistencia, recordándole porqué despertó repentinamente.  

Hyunjin cerró los ojos por un momento, inhalando con lentitud mientras el mareo lo tambaleaba. Despegó con cuidado el brazo que tenía enredado en el rubio y se deslizó fuera de la cama. Pero el frío lo golpeó enseguida por todo su cuerpo.

Rápidamente tomó una manta al pie de la cama y la estiró sobre Felix con movimientos torpes pero cuidadosos.

—Duerme un poco más...

Murmuró sin pensarlo, su voz áspera por el sueño. El omega suspiró, pero no despertó, la manta al menos estaba llena de feromonas de ambos, lo cual incluso fuera de su celo lo calmaba de sobremanera, lo hacía sentir protegido.

Hyunjin se pasó una mano por el rostro mientras caminaba hacia su armario, sintiendo los latidos pesados en sus sienes. "Se siente como una resaca," pensó mientras se ponía una camiseta y una pantaloneta.

Pero a la vez estaba feliz, no podía creer todavía que ese chico tan hermoso tuvo su primera vez con él. Incluso se sentía en un sueño, se acostó con Felix, su compañero de piso y antes, un ser insufrible. Se folló a ese dulce y tierno chico de cuerpo hermoso, de todo estaba pasando por su mente. De una menera algo extraña de explicar, se sentía como un verdadero macho alfa después de haber cuidado al omega. Sentía que su energía alfa se enriqueció al proteger a un omega qué consideraba suyo; lo mantuvo calmado, le quitaba su dolor, le daba mimos, le daba cosas con su aroma, lo cargaba a todos lados, se encargaba de su cuidado personal, le lavaba los dientes, le metía los dedos, le daba masajes, de todo.

Quería a ese rubio para él, sobretodo sabiendo que habían más alfas atrás de él.

Pero mientras tenía una sonrisa boba en su rostro, se tambaleó un poco mareado mientras caminaba.

Los golpes en la puerta seguían resonando cuando Hyunjin la abrió de mala gana, entrecerrando los ojos por la luz del pasillo que lo cegó momentáneamente. El mareo seguía ahí, pesando en sus hombros como una carga imposible de sacudir.