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Narra Sebastian

Me levante a las 11:00a.m del Sábado y todo porque mi Madre me llamo por teléfono y ya eran ya 20 llamadas registras, igual no le conteste ya sabría qué le diría. Fui a la ducha y me di un buen baño dure como media hora. Al salir me vestí y me arregle para ir a la fábrica, sabía que, por más feriado que fuese mis padres me llamarían para probar algún bombom o algo así. Pero en esta ocasión pasó algo distinto... mis padres me avisaron que cuando terminara mis estudios de bachillerato, que ya faltaba poco, me enviarían a un curso de inglés en Canadá, en ese momento mi mundo se vino abajo. No lo podía creer, pensé que hoy sería un día excelente pero no es así.

Al principio tome la noticia con calma pero luego pensé en Cristian, en mis amigos, en todas las cosas que he vivido aquí. Le pedí a Matías que me llevara a mi casa y me acosté inmediatamente pensando que no podía hacer absolutamente nada contra las decisiones de mis padres. Ellos lo controlaban todo. No quería avisarle a Cristián y muchos menos a Rocío ya se los diría con tiempo. De pronto sonó mi teléfono.

Conversación telefónica.
- Hola Roci ¿Cómo estás? - lo dije calmado.
- Hola guapo estoy muy bien ¿y tú?
- Bien bebé - no quise decirle nada de lo del viaje a Canadá - ¿paso por ti esta noche para ir a la disco?
- Si, te llame para eso jajajajaja sabes que no tengo chofer y bueno hay que aprovechar a Matías por eso le pagan ¿no? - lo dijo en tono burlón.
- Ok entonces paso por ti a las 9, un beso.

Fin de la conversación.

Quería ver a Cristian así que fui a su casa necesitaba un abrazo y un beso que sólo él sabía darme. Por dentro yo estaba triste pero no quería expresarlo ya que sería una noticia muy fuerte para Cristian y para Rocío aunque tenía ganas de decirles pero algo me decía que no lo hiciera.

Baje del auto y toqué el timbre, inmediatamente salió él, mi chico y se sorprendió al verme.

- Hola amor - le di un beso sin importarme quien estaba a nuestro alrededor.
- Sebas ¿qué haces aquí? - pregunto sorprendido y mostrando su hermosa sonrisa - por suerte estoy sólo, imagínate si mi Mamá me ve besándote.
- Quería verte, o qué ¿no puedo ver a mi novio? - dije con una mirada picara.
- Claro que puedes verme tonto pero me hubieses avisado que vendrías, ven pasa - dijo abriendo más la puerta.
- Que caballeroso es mi novio - dije bromeando.
- Tu mereces que sea así y más Sebas - dijo cerrando la puerta.
- Te quiero tonto - le deje un poquito en sus hermosos labios - Rocío me hablo para decirme que la pasara buscando y a ti también, no creas que con lo que pasó dejaré que te vayas en taxi.

En ese momento entraron a la casa, era la Mamá de Cristián y noté que venía muy alegre. Era una señora alta, blanca con los ojos azules y cabello castaño por su apariencia parece extranjero – pensé.

- Hola hijo veo que tienes visitas - dijo la Mamá de Cristian.
- Ma él es Sebastián de la Hoz, Sebas ella es mi Mamá - lo dijo en forma de saludo y yo le estire la mano.
- ¿En serio eres el hijo de mis jefes? Es un placer conocerte Sebastián, Cristian dice que eres un excelente amigo - dijo con una sonrisa extraña en su rostro. 
- El gusto es mío ¿señora?... - antes de terminar la frase me interrumpió -
- Carmen, disculpa mi mala educación me impresionó mucho verte aquí.
- ¿Ya te dieron el trabajo Mamá? - dijo Cristián emocionado.
- Si, desde hoy soy la secretaría de la gerente de recursos humanos y hoy me fue muy bien pero algo agotador - dijo yendo a la cocina.
- Me alegra muchísimo que tu Mamá trabaje para nosotros, creo que tú debes hablar con ella Cristian por lo de su trabajo y así... te paso buscando a las 9:30pm - me despedí.
- Tranquilo Sebas, yo aquí esperaré - me dio un beso rápido antes de que su Mamá llegara.
- Me despides de tu Mamá Cristian. - le dije cerrando la puerta.

Cuando llegue a mi casa ya eran las 7:40pm y mis Padres estaban esperándome para la cena, me senté y esperé a que sirvieran sin decir una sola palabra porque sabía que iba a explotar con respecto al viaje.

- Me parece bien que te vayas Sebastián, así hasta conocerás al amor de tu vida - dijo mi Papá riendo. 
- ¿Por qué siempre lo hacen? - respondí enojado sin saber lo que decía.
- ¿Hacer qué Sebastián? - respondió mi madre mirándome fijamente.
- Hacer de mi vida un juego para ustedes Mamá, hacer que siempre me utilicen a su manera y que nunca me escuchen - no sé cómo tuve valor para hablar de ese modo a mis padres – pensé – ¿por qué no me dejan vivir? Me he perdido de muchas cosas a lo largo de toda mi vida y sólo por ustedes, por qué no se cansan de jugar conmigo, por qué no les gusta que yo quiera vivir - lo dije y las lágrimas empezaron a caer sin darme cuenta.
- Lo hacemos porque queremos lo mejor para ti Sebastián, porque no queremos que te equivoques en tu vida, sólo queremos que hagas las cosas correctas, como deben ser - dijo mi Madre alterada.
- ¿Y cómo deben ser las cosas?, ¿las cosas deben ser viviendo en un mundo donde el qué dirán importa más que lo que su hijo siente?, ¿es eso? - me levante y tire la servilleta en la mesa con rencor.
- No toleraré tu comportamiento en la mesa Sebastián, te retiras y no saldas a ningún lado - dijo mi Padre más alterado aún.
- No les seguiré su juego - salí hacia mi habitación llorando.

Llegue destrozado a mi habitación y quería huir de mi casa así que lo que hice fue tomar una ducha para relajarme un poco. Después de ese mal momento con mis padres y me puse a pensar en cómo iba a salir de la casa ya que en este momento avisarían a la entrada para que no me abrieran los portones de la casa, pero mis padres iban a dormir temprano hoy porque mañana iban a viajar y supuse que ya le habían dicho a Matías que se retirara porque yo no iba a salir y esa era la oportunidad perfecta para tomar el auto y los conocimientos en el volante que Matías me había enseñado hace algún tiempo sin la autorización de mis Padres.

                                         ·  ·  · 

Eran las 9:00mp y yo ya estaba listo así que fui a asegurarme que mis padres estuvieran durmiendo y para mi suerte ya toda la casa tenía las luces apagadas y baje a buscar el auto.

Ya en el auto me dirijo hacia el portón principal y les dije que mis padres habían dicho que si podía salir hasta les tuve que "llamar" para que me dejaran salir, fue fácil sólo tuve que decir una mentira. Yo no tenía licencia de conducir porque apenas tenía 17 ya faltaba poco para mi cumple así que no tenía ningún problema. Llegue a la casa de Rocío y le toque el pito del auto. Y ella llegó un par de minutos más tarde.

- Ostras Sebas ¿por qué Matías no está contigo? - pregunto Rocío sorprendida.

-  Roci le dije que ya no lo necesitaba así que tomé yo mismo el auto y me vine - mentí no quise que se enterara que yo estaba escapado. 
- Bueno pues en ese caso vamos a Buscar a Cristián – gritó.

El reloj marcaba las 9:54pm y ya todos estábamos en el auto hacia la disco y le había explicado a Cristian porque tenía yo el auto y no Matías.

- Tenemos que buscar un sitio donde estacionarlo - dijo Cristian.

- Si allá esta un estacionamiento - respondió Rocío señalando. 

Bajamos del auto y Oliver el novio de Rocío estaba haciendo la fila para entrar a la disco por notros, yo no lo conocía pero si era guapo.

- Tienes buen gusto Roci - dije bromeando.

- Oye no digas eso que me pongo Celoso amor - dijo Cristian y todos reímos.

- Sabes que sólo te quiero a ti mi amor - le deje un beso en sus ricos labios. 

- Yo creo que hoy voy a perder mi virginidad - dijo Rocio riendo.

- Estas loca Rocio jajaja pero usa protección - respondió Cristian mientras íbamos a la entrada de la discoteca.

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Un amor casi imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora