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Narra Sebastián

Es increíble que hayan pasado tres meses, tres meses maravillosos, Cristian se ha portado tan bien conmigo, él es perfecto, claro me cela un poco pero es perfecto... aunque dicen que quien siente "celos" es porque está realmente enamorado. Dentro de dos meses y medio nos vamos a Canadá, la verdad es algo increíble, estaremos solos, sin mis padres, sin chofer, sin tantos deberes a los cuales acudir, me siento realizado.

- Siento que tocan la puerta interrumpiendo mis pensamientos.

- ¿Puedo pasar? - dice mi Papá al otro lado de la puerta.

- Adelante Papá - respondí con una sonrisa.

- Hijo, quiero que sepas que te amo, que estoy orgulloso de ti porque has demostrado que no importa las clases sociales, que solo debes seguir tu corazón, tan sencillo como eso, me has enseñado que no necesariamente un hombre y una mujer pueden ser felices juntos. - me dio un abrazo.

- Gracias por lo que dices Papá, siempre quise enseñarte eso y al final lo entendiste, el mejor Papá del mundo eres tú y gracias por todo lo que me has dado, tu apoyo incondicional - respondí mirándolo a los ojos con nostalgia. -
- Ten - saco una cajita de su bolsillo - ¿Qué es? – respondí.
- Cuando era niño tu abuelo me la dio, y me dijo que no importaba lo que pasara, porque el siempre estaría ahí para mí, y desde que partió siento que ha sido así - dijo entre lágrimas - ahora te la entrego a ti, ábrela – dijo.
- Papá gracias por regalarme esto, es hermoso. - le di un abrazo -

Hable muchas cosas con Papá, fue una de las pláticas más tranquilas que había tenido con él, normalmente siempre me dejaba solo en la oficina o incluso me decía que podía retirarme. Lo que mi Papá me había dado era una cadena de oro con un dije de estrella, era de oro y plata, era increíblemente hermoso y adentro tenía un mensaje que decía;

"No importa lo lejos que este, mientras lleves esto contigo estaré cerca de ti"

Iba a casa de Cristian, porque era sábado, y aparte íbamos a pasar un buen rato en la discoteca con Rocío que ya no era novia de Oliver.

- Amor al fin llegaste, te extrañe - dijo Cristian cargándome y dándome besos.

- Tranquilo tonto ya volví yo también te extrañe, pero bájame que me mareo jajaja - dije con una hermosa sonrisa -

- Sebastián de la Hoz. - dijo con un tono gracioso. 

- ¿Desea algo Cristian Blanco?

- ¡TE AMOOO INMENSAMENTE! - grito en todo el medio de la calle.

- Tonto, y yo a ti, TE AMO MAS CRISTIAN - grite y me sonroje.

- Te ves tan hermoso sonriendo - me frotó la mejilla.
- Amor quiero llevarte a un lugar especial - dije dándole un beso en sus hermosos labios rodados.
- Mmm, ¿Es lejos o cerca? - pregunto con una linda sonrisa y mordiendo su labio.

- No lo sé, solo vamos al auto - lo deje con la duda.

Cristian es un loquito, lo amo, lo amo, su forma de mirarme es tan tierna, es completamente hermoso y perfecto. Nos dirigíamos a un sitio especial, donde estaba un mirador, son esos lugares donde vas y se observa toda la playa, quedaba un poco lejos de la ciudad pero el viaje fue rápido aunque mi novio estaba fastidiado de tantas curvas.

- ¿Falta mucho? – preguntó.
- No - dije presionando el botón para hacer bajar el vidrio.

- ¿Y ahora? - dijo el con su mano en la barbilla mirando hacia la ventana.

- Tampoco - respondí dejando soltar una carcajada.

- Sebas si no llegamos dentro de un rato me voy caminando - respondió Cristian en forma de broma.

- Jajaja te amo - lo bese - ya vamos a llegar - oh mejor dicho, hemos llegado.

El día estaba hermoso, era uno de esos días de verano donde el sol está muy fuerte, y era perfecto para lo que iba a hacer.

- Señorito... Bueno ni tanto Cristian Blanco - dije riendo - Es un placer para mí que estés en este hermoso lugar conmigo - me acerque lentamente lo tomé por la nuca y lo bese con pasión.

- Sebas de mi vida, gracias por todas las cosas hermosas que me regalas y me enseñas día a día. - respondió el jadeando un poco por la falta de aire.

- Tú no tienes absolutamente nada que agradecer bebé, lo hago porque te amo, te amo, te amo ¿lo entiendes? - saque una cajita de mi bolsillo y la escondí detrás de mí

- Claro que sí, aunque lo material no me importa mucho, si no los valiosos momentos como estos que pasamos juntos. - me dio un piquito.

- Tengo algo para ti mi vida. - respondí nervioso.

- Sebastián, te pasas de hermoso - me abrazo fuerte.

- Quiero que siempre lleves este anillo, como símbolo de mi amor eterno y mientras estés con el jamás olvides que te amo, que eres lo mejor que la vida me ha regalado, te amo Cristian, te amo. - lo abrace y lo bese fuerte. -
- Eres perfecto, no sé cómo agradecerte tanto mi amor - me beso tiernamente.

El anillo tenía unos diamantes incrustados eran pequeños no se notaban mucho, era de oro y por dentro tenia grabado mi nombre y apellido y yo tenía uno igual a ese pero con su nombre y su apellido. Si, como los de las bodas, pero era un regalo maravilloso.

Pasamos dos horas contemplando el hermoso paisaje que nos rodeaba, ya iban a tocar las 8:30pm y era hora de regresar para salir a la disco con Rocío.

Un amor casi imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora