Narra Sebastián
Cristian y yo estábamos caminando por la orilla de la playa, pasamos horas hablando de nosotros y jugando como niños, este ha sido el mejor cumpleaños que había tenido jamás porque estaba con las personas que aprecio mucho y siempre han estado cuando las he necesitado.
Ya eran más de las 6:30pm y teníamos que subir a la habitación para ducharnos e ir a cenar y estaba nervioso porque yo iba a compartir la habitación con Cristian, o sea muchas ganas de hacer cositas con mi novio...
- Amor no te voy a comer si no quieres - dijo Cristián con una mirada seductora.
- Tengo miedo sabes. - respondí algo triste.
- ¿Por qué?, ¿Me tienes miedo a mí? - dijo mientras tomaba mis manos.
- Obvio no es por ti tonto, es por mi familia, por los reporteros, por todas esas cosas que para ellos no son "correctas" - de pronto mis lágrimas comenzaron a bajar sin darme cuenta.
- No tengas miedo Sebas, mientras yo este contigo, nada malo pasará - me dio un abrazo.
- Tengo miedo de no poder demostrarle a mi Papá como soy en realidad, miedo de no decirle que no me gustan las chicas, si no tú... - me interrumpió antes de que terminara lo que iba a decir.
- Amor ya, pronto llegará el momento. Por ahora como estamos me siento muy bien - me miró fijamente y limpio mis lágrimas - vamos a cenar que seguro Rocío nos está esperando.
Bajamos al restaurante y cenamos. Me divertí muchísimo, sobre todo cuando trajeron el pastel, hicimos un desorden al momento de picarlo. Creo que al mesonero no le agradó eso pero lo hicimos.
- Te amo Sebastián, te amo como nunca lo había hecho - dijo Cristian dejándome un beso mientras todos nos miraban.
- Cristian, gracias por hacer este cumpleaños el mejor de mi vida, jamás lo olvidaré - seguimos besándonos sin que nada nos importara, nada.
- Chicos creo que deberíamos seguir celebrando - dijo Rocío interrumpiendo el momento.
- Bueno solo si mi novio quiere - respondió Cristian.
- Yo conozco un lugar donde podemos seguir celebrando - exclamó Oliver. -
- Bueno entonces déjenme buscar unas cosas en la habitación y bajo - respondí emocionado -
- ¿Quieres que te acompañe amor? - dijo Cristián.
- Tranquilo gordo voy rápido – respondí. En ese momento voy subiendo a la habitación y me dicen:
- Mira, tú - dijo una voz desconocida - eres el maricón del restaurante he... No estas con tus otros amigos maricones.
- Déjame en paz, a ti no te conozco - respondí de forma brusca.
-¿Sabes que les pasa a los maricones?, ¿verdad?
- No sé, ni quiero saberlo - seguí caminando ignorando su pregunta - De pronto sentí que me dieron un fuerte golpe en la barriga y me lanzaron al piso mientras me daban de patadas, yo le decía que me dejara en paz pero él seguía, sentía rabia e impotencia hasta que las luces se apagaron...
Horas después...
- Cristián, Cristián... ¿dónde estoy? - decía medio abriendo mis ojos noté que no estaba en el hotel por el ambiente -
- Sebastián, te encuentras en el hospital recibiste grandes golpes y tienes algunos hematomas. - respondió alguien, alomejor era un doctor -
- Sólo quiero ver a Cris... - me dormí.
Narra Cristian
Estaba en el hospital esperando noticias sobre Sebastián, no podía contener mis lágrimas, no debí dejarlo sólo, tenía que ir con el así no le hubiese pasado nada. El culpable soy yo... Miles de cosas pasaban por mi cabeza hasta que recibí una llamada.
Conversación telefónica
- Guapo ya sabemos quién fue el que golpeo a Sebas - dijo Rocío desesperaba.- De ese me encargaré después yo Rocío, sólo quiero ver a Sebastián.
- Voy al hospital guapo.
Fin de la conversación
- ¿Es usted Cristian Blanco? - dijo una voz femenina que desconocía.
- Sí, soy yo. - respondí rápidamente dando un respingo.
- El paciente Sebastián De la Hoz se encuentra dormido, le pusimos un calmante para estabilizarlo. - dijo fría y con una mirada cansada.
- ¿Cuándo puedo verlo? – pregunté.
- En cuento el paciente despierte autorizaremos las visitas, de momento está bajo vigilancia médica, nosotros le avisaremos Señor Blanco.
Sentí que algo en mí se calmaba, yo sólo quería ver a mi novio sentirlo, abrazarlo y no dejarlo jamás, me sentía culpable y tenía mucha impotencia de no haber hecho nada.
- Cristian, ¿cómo sigue Sebastián? - dijo Rocío.
- Rocío - le di un abrazo y empecé a llorar - él está bien, pero yo siento impotencia por no haber ido con él a la habitación, no debí dejarlo sólo - mis lágrimas corrían.- Tranquilo guapo que todo va a estar bien, además ya la persona que lo golpeo lo anda buscando la policía. – respondió.
- ¿Donde esta Oliver? – pregunté.
- En la policía poniendo una denuncia, yo sólo espero que los padres de Sebastián no se enteren de esto porque si se formaría la de san mungo - dijo ella nerviosa.
- Ellos no se enterarán todavía falta mucho para irnos de aquí y Sebastián se va a recuperar eso lo sé - mis lágrimas seguían corriendo sin parar.
- ¿Cómo sigue Sebastián? - dijo Oliver mientras se sentaba.
- Él está bien amor, se está recuperando - respondió Rocío - el que no se encuentra bien es Cris.
- He hombre, sabes que Sebastián se va a mejorar - dijo Oliver.
- Sé que él se va a mejorar pero yo no voy a estar bien si no lo veo en este momento.
Pasaron 3 horas.
Familiares de Sebastián De la Hoz ya pueden entrar a verlo - dijo el doctor. -
Inmediatamente fui a ver a mi novio y ahí estaba él, golpeado, con muchos morados... no pude resistir verlo así y largue el llanto y me acerque a él.
- Amor ¿cómo te sientes? - dije entre lágrimas -
- Me siento bien, algo adolorido pero bien bebé - respondió alegre al poder verme.- Te amo - le deje un beso en sus labios.
- Y yo a ti, gracias por no dejarme - me siguió besando.
- Ustedes no se despegan ni porque Sebastián este así - dijo Rocío y todos largamos las risas -
- Sabes que no puedo vivir sin mi Cristian gordis - respondió Sebastián.- Me alegra que estés mejor Sebastián - dijo Oliver.
- Gracias Oliver - respondió él.
- Amor ya la persona que hizo esto lo está buscando la policía - le dije.
- ¿Por qué hicieron eso? Mi Papá se puede enterar - dijo algo sorprendido.
- Tranquilo Sebastián, yo hable con el comandante y él dijo que tendría mucha discreción - respondió Oliver.
- Pero también está la prensa y mis padres pueden ver eso. - respondió él asustado.
- Tranquilo amor que no pasará nada - le deje un beso.
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Un amor casi imposible.
RomansaSebastian de la Hoz viene de una familia adinerada y unos padres que jamás están pendiente de él por atender más su trabajo. Sus Padres viven en esa burbuja donde los prejuicios sociales siempre serán más importantes que otra cosa. Por otro lado C...