Narra Sebastián
Desperté no como todos los días, desperté con miedo, con rabia, llorando. ¿Por qué amar duele tanto? o ¿Es que acaso no soy lo realmente fuerte? Ignorando todas esas preguntas abrí las ventanas para que entrara la luz a mi habitación, hacía frío pero no me importaba, me iba a la empresa con Papá quería tener la mente ocupada, no quería hablar con él... Tome una ducha, me prepare bien, seque mis lágrimas y oculte todo con una hermosa sonrisa como la que tenía los días anteriores y baje a desayunar con mis Padres, espero que no sospechen nada.
- Buenos días - dije sentándome.
- Buenos días Sebastián - dijeron ellos al unísono.
- ¿Como la pasaste en la fiesta de ayer hijo? - Pregunto mi Papá.
- Bueno en realidad no hubo fiesta para mí, estaba cansado y no me sentía bien por lo del viaje, ¿Mamá no te explico? - dije tomando un jugo de naranja.
- No anoche estaba durmiendo pero si sentí cuando tu Mamá salió de la habitación - dijo el levantándose para ir al estudio.
- Papá hoy iré a la oficina contigo - dije terminando de desayunar.
- Pensé que saldrías con Cristian, Sebastián - dijo mi Mamá.
- No podremos salir, el estará ocupado con su Mamá - mentí no quiero decirles nada a ellos hasta no poder hablar con Cristian y esperar que pasa.
- Entonces hoy no necesitas a Matías. - dijo caminando conmigo por los pasillos de la casa.
- No, avísale que tiene el día libre - respondí serio, mi humor no era el mejor.
- ¿Listo Sebastián? - pregunto Papá saliendo del estudio con unos papeles en sus manos.
- Si Papá, me pongo el sweater y nos vamos - dije "motivado".
Me puse mi Sweater gris, eran tan cálido para este día tan frío, antes de irme a la empresa fui y revise mi teléfono tenía muchas cosas, pero no lo lleve a la empresa, tenía una idea y creo que sería mejor seguir mi instinto porque no quisiera que me pasara otra cosa como la de anoche. De camino a la empresa miraba tantas cosas por esa ventana del auto, miraba a las personas felices, amándose, a otras atareadas por su trabajo, a cosas como de "tanta apariencia" y me di cuenta que estaba estancado a vivir ese amor con Cristian que no se si tendría futuro, además era el primero, o sea mi primer amor, y creo que será muy difícil de olvidar o no sé lo que realmente pasaría.
- Buenos días Martina - dije entrando a la fábrica -
- Buenos días Señor de la Hoz - respondió la secretaria de mi Papá.
- Papá voy a la bodega a chequear como va todo - dije algo fastidiado.
- Hoy sale un envío a Ecuador, te dejare todo lo que debes hacer en la oficina hijo - dijo padre yendo a su lugar de trabajo.
- De acuerdo atenderé eso Papá - fui a mi oficina, si aunque no lo crean tengo una oficina.
Llego la hora del almuerzo y decidí salir a comer con mi Papá y mi Mamá, normalmente no hacia eso pero estaba en un momento de renovación pero antes de salir a almorzar...
- Señor de la Hoz, su amiga Rocío está en el living de la fábrica, dice que quiere verlo con urgencia. - dijo Nohemí por el teléfono.
- En estos momentos no puedo verla Nohemí, voy a salir con mis Padres, infórmale por favor - no lo hacía por ser mal educado pero no quería ver a nadie.
Me estaba poniendo mi sobretodo cuando de pronto entraron bruscamente a mi oficina.
- Sebastián - dijo Rocío con una voz chillona.
- Señor no quiso entender la indicación que usted me dio - Repico Nohemí.
- Retírate Nohemí - me senté en mi cómoda silla.
- Sebastián, tenemos que hablar. - dijo desesperada.
- Rocío, no quiero ver a nadie, quiero estar solo, me imagino que Cristian está muy bien por lo que hizo anoche - me levante e iba a la oficina de mi Papá.
- Pues no Sebastián, Cristian está muy mal, está preso, ¿lo entiendes? porque golpeo al chico que lo beso ayer, y créeme que no lo dejo nada bien. - lo dijo enojada.
- ¿Qué?, ¿En cuál delegación lo tienen? - de pronto me di cuenta que era la peor persona del mundo y se me escapo una lagrima.
- En la del sur de la Ciudad, Sebastián será mejor que te apresures la está muy mal y si su Mamá se entera de eso... - no deje que terminara de hablar.
- Todo es mi culpa Rocío - la abrace y solté mis lágrimas.
- Sebastián, deja de lloriquear y vamos a la delegación. - me soltó y seco mis lágrimas.
Le avise a mi Papá de que no podría ir a Almorzar con ellos y pedí un auto en la empresa para poder ir a buscar a Cristian, no iba a ir en transporte público para hacer una cosa tan importante y seria para mí.
2 horas después
Llegamos a la delegación, Rocío no se separó de mí en ningún momento ella me daba fuerzas para hacer todo eso, era increíble lo feo que era ese lugar, lo único que se respiraba era "esperanza" para que las leyes no cumplieran su trabajo.
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Un amor casi imposible.
RomansaSebastian de la Hoz viene de una familia adinerada y unos padres que jamás están pendiente de él por atender más su trabajo. Sus Padres viven en esa burbuja donde los prejuicios sociales siempre serán más importantes que otra cosa. Por otro lado C...