Hoy me levanto con ganas de hacer un gran almuerzo. Pero como de costumbre no había nada en la nevera, que pudiera acabar con esas ansias de comer algo.
Así que... me vestí, me puse un chándal gris de manga corta y me recogí el pelo con una coleta alta, me puse mis bambas y cogí las llaves de coche.
Subí al coche y fui a mi supermercado favorito. Donde hay de todo, puedes encontrar cualquier cosa que se te pase por la cabeza. Y va enserio.
Al llegar fui directa a la sección de bollería y pastelería. Cogí unas pastas de chocolate, ya que no había nada que me gustara lo suficiente, además últimamente intentaba bajar un poco de peso. Un poco contradictorio, ya que venia al supermercado a propósito para tortitas...
Estuve echando un vistazo, y me decidí coger lo necesario para hacer tortitas... además cogí frutas de bosque para adornarlas. Cuando lo tenía todo, pagué. Subí al coche, y todo iba normal hasta que oí un ruido extraño que procedía de mi coche. Me asusté un poco pero lo dejé pasar. Hasta que... la tragedia llegó.
Mi coche se paró en medio de la carretera...sí, de la carretera. Era secundaria así que no había muchos coches.
-¿Qué voy a hacer?- dije hablando sola.- Mis padres no están en casa, y tampoco Robin...Meg estaba de vacaciones... así que solo tenía una alternativa. Llamar a John.
-¿John?- dije con dudas.
-Ahh hola Carly- dijo él alegre.
-¡Te necesito!- dije chillando ya que cada vez me asustaba más.
-Ohh yo también te necesito, conmigo. En mi vida.- dijo todo romántico...
-No bobo. He ido a comprar y estoy en medio de una carretera con el coche estropeado y no sé qué hacer... mis padres están trabajando y Robin... no tiene coche.- dije desesperada. Lo que había comenzado con una mañana perfecta y relaja se estaba volviendo una mañana de locos.
-Ohh tranquila que voy hacía allí. Por cierto... ¿Dónde es allí?- preguntó con tono graciosillo.
-Te paso una ubicación. Por favor no tardes.- pedí. En cierto modo le debía mucho a John. No cualquiera se habría levantado y arreglado a las nueve y media de la mañana para ir a buscar a una chica que se ha quedado en la carretera. Nunca había sentido esa sensación de saber que alguien va estar ahí para lo que sea. Era simplemente nuevo para mí.
......
-Hola preciosa- oí a alguien decirlo por la ventanilla del coche. ¿y quien más iba a ser?
-Uff hola.- No aguanté más así que sin darme cuenta lo abracé como si no hubiera un mañana.
-Uii esto de ser tu héroe me está empezando a gustar...- dijo mirándome.- suerte que eres más lista de lo que pensaba y has apartado en coche a un lateral cariño.- dijo riéndose de mí.
-Oyee, no te rías...- dije golpeándolo en el brazo.- ¿Has venido a ayudarme o a reírte ehh?
-Vaya... perdón señorita Griffith. No sabía que usted era una aburrida... o no, me he enamorado de una aburrida jajaja.- dijo riéndose a pleno pulmón. Y me besó tiernamente.
-Pongámonos manos a la obra hombre. –dije graciosa. Empezó a tocar no sé qué del coche... estuvo como un cuarto de hora, y de repente... milagro.
-¡Lo has conseguido!- le chillé.- Eres increíble de verdad. ¿Cómo te lo voy a agradecer?- dije exaltada.
-Se me ocurren muchas maneras, pero no me tienes que agradecer esto con nada. Lo he hecho porque eres importante para mí y te quiero. Ya está. No necesito otro motivo. –dijo con sus increíbles ojos azules.
En estos momento no sé qué hacer...me gusta, y me gusta mucho pero no estoy enamorada. Solo estuve enamorada una vez y de su HERMANO. Esa sensación que sientes cuando lo ves, ese cosquilleo que te recorre todo el cuerpo cuando te toca, o simplemente escuchar su nombre y saltar de emoción. Son cosas que nunca pensé que sería porque estaba enamorada pero... ahora que siento lo que siento por los dos... sé que no es lo que sentía al principio con Jake. No tengo ni idea de lo que voy a hacer... pero ahora no puedo pensar en otra cosa que en John.
-Oye... ven a mi casa, y así almorzamos juntos...si quieres claro...-dije
-¿Cómo no voy a querer ehhh Carly?
-Bueno pues sígueme. Espero que te gusten las tortitas.-dije contenta.
-No creo que me vaya a morir, aunque las hagas tu jajaja. Es broma cielo.-dijo él chistoso.
......
-Bienvenido a casa- le dije haciendo un gesto para que pasara...
-No sabía que vivieras sola- dice confundido.
-Y no lo vivo...vivo aquí con mi padre.
-Ahh jaja ¿y tu madre?-pregunta
-Ya te lo expliqué...
-Cierto. ¿Bueno vamos a cocinar?- preguntó entusiasmado.
- ¡Venga!- lo animé.
Fuimos a la cocina, empecé a sacar todo tipo de artilugios, y la mayoría de ellos... pues como que no sabía para qué servían.
-Por qué lees las instrucciones?-preguntó.
-Es la primera vez que hago tortitas...-confesé sonrojándome.
-Jajaja la mía también.-dijo llorando de la risa. Empezamos a mezclar todos los ingredientes, cuando de repente recibo un golpe... John me acababa de tirar un trozo de la mezcla de tortitas. Empezamos a tirarnos harina y agua y todo lo que pillábamos por ahí, mientras esperábamos a que se hicieran las tortitas. Típico de las películas...
Mientras reíamos y jugábamos como niños pequeños... me acerqué a él. Le agarré de la nuca, y lo puse enfrente de mí. Lo besé y John me siguió el beso, y le dije te quiero, entre besos. Nunca le había dicho te quiero a nadie que no fuera de mi familia o a Meg. Fue un momento un tanto extraño, pero lo dije, no fui consciente de lo que acababa de decir.
-Yo más- dijo él.
De repente oímos unas llaves.
-Oh no, mi padre. – Habían pasado ya tres horas des de que llegamos a casa... era la una y no me di cuenta de que era cuando llegaba mi padre de trabajar.
-Bueno... no pasa nada.-dijo él.
-¿Qué no?- dije yo.- no sabe nada de lo nuestro... corre ponte ahí.- lo cogí del brazo y lo llevé hacia detrás del sofá.
-Cariño... ¡estoy en casa!- chilló mi padre.
-Hola papá ¿Cómo ha ido?-pregunté.
-A mí bien... ¿y a la cocina?- se puso furioso al ver la cocina...
-Em ehem ehem... que me apetecían unas tortitas...-le confesé.
-Aii hija... ¿Qué haré contigo?
-¿tortitas?- le ofrecí pícara.
-Anda hija recoge todo esto que voy a buscar un kebab al pueblo para comer y vengo. Recógelo todo ehh.- dijo serio.
-Adiós.-me despedí con la mano.
-¡Jake! Se ha ido... sal.
-Uff... por fin... ¿la ducha?- dijo él relajado.
-¿Ducha? Oohh no bonito... ahora te vas a ir a tu casita... ya sabes.-dije dominante.
-¿pero me has visto? Estoy todo pegajoso y... uuugg.- dice con cara de asco.
-Lo siento Jake... ¡hasta mañana!- dije feliz.
-Esta te la devolveré Griffith. Te quiero.-dijo dulcemente.
-Yo también te quiero Tommson.- dije en voz baja cuando cerré la puerta.
¿Cómo no me había dado cuenta de lo románticas que pueden llegar a ser unas tortitas quemadas?
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Llámame Carol
Teen FictionCarolina es una chica de 16 años que vive en un barrio de California. Como toda chica de 16 tiene trabajo y va al instituto. En el colegio no destaca por ser la más guapa ni la más popular, eso sí, es una alumna excelente. A través de un conflicto q...