CAPÍTULO 25- Cosas de hermanos

23 3 0
                                    

JAKE

Entré en casa cabreado. Sabía que compitiendo con mi hermano tendría pocas oportunidades de enamorar a Carol... pero ahora ya no me queda ninguna. No quiere saber nada de los dos, y por una parte la entiendo. No puede estar toda la vida eligiendo a uno o a otro y ahora con lo de Meg no puede estar pensando en tonterías como estas. Pero me duele, porque aunque no lo parezca la quiero. La quiero como a mi vida, ella es mi vida. No sé ni cómo puedo decir estas cosas, cuando he estado pasando de ella todo el instituto, es egoísta por mi parte, pero como nunca se acercaba a ningún chico la tenia olvidada, pero al verla con John... se me partió el corazón. Y entonces fue cuando me di cuenta de que la necesitaba.

-Vaya... aquí está don Romeo... ¿vienes de ver a tu Julieta?- dijo mi hermano nada más verme.

-Mejor que te calles John.

-¿Qué ya te ha dejado por el primero que ha encontrado en el campamento?

-¡Cállate! Te he dicho, no sabes nada.- le grité, mientras se levanta del sofá y se pone a mi altura.

-No me chilles hermanito... te lo digo por tu bien. Ya sabes lo que pasó la última vez.

-¿Cómo se pudo enamorar de ti?- le pregunto mirándolo con asco.

- Entre tú y yo es lógico. No te va a querer nunca, no estás a mi altura.

-¿A tu altura dices? ¿Pero cómo puedes tener el morro de...? Cuando te enteraste de lo nuestro me pegaste y te fuiste con otra... o otras... a saber. Mientras yo aguantaba todos vuestros besos, caricias... y yo os respetaba, la respetaba. Eres un monstruo. – digo chillando e inconscientemente lo tiro al suelo. Me pongo encima de él y le empiezo a pegar sin cesar.

-Por mucho que me pegues no te va a elegir.- dijo entre golpe y golpe con una sonrisa malvada.

-¡Jakeee!- oigo a mi madre chillar desde la puerta.- lo vas a matar.

-Vete mamá- chilló sin cesar de pegarlo.

-Por favor hijo... suéltalo.- dijo llorando.

-Lo siento mamá.- le dije mientras me levantaba y me iba de casa. No podía soportar mirarlo, estaba lleno de sangre, al igual que mis puños. Pero no podía irse de rositas.

-Jake. Ven aquí ahora mismo.- dijo mi madre intentando despertar a mi hermano.

-No pienso acercarme a él.

-Jake por favor, está inconsciente. Llama a la ambulancia.- pidió llorando. Cogí el teléfono y empecé a marcar, cada número que marcaba más culpable y miserable me sentía. No tendría que haberlo pegado, pero la rabia me había vencido esta vez.

......

Al cabo de unos diez minutos llega la ambulancia, cogen rápido a mi hermano y se lo llevan con mi madre. Ahora mismo me siento solo, herido y culpable. No tendría que haber hecho nada de esto, y con eso me refiero a que no tendría que haberme entrometido en su relación, ella ahora tendría un hombre en el que apoyarse y llorar. Pero no lo tiene, por mi culpa. Y cuando se entere de lo que he hecho se va a enfadar, y mucho.

¿No podría tener una vida normalita?

Llámame CarolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora