CAPÍTULO 30- ¿Estoy preparada?

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Cuando salgo por la puerta del supermercado me siento rara. No me siento dolida, ni con miedo. Simplemente vacía. Ya no me queda nadie, mis padres y Robin. Pero he perdido dos, bueno, tres de las personas en las que más confiaba. Es verdad que aun tengo a Jenny, pero no es lo mismo que con Meg.

Había una cosa en la que no había caído, era que si venía en bici... ¿Cómo me iba a llevar la compra? Aunque ahora es en lo que menos debo preocuparme.

-Bueno, pues caminando.- digo en voz alta, dejando la compra en el suelo mientras saco la bici.

-¿Necesitas que te lleve?- dice una voz masculina, pero suave.

-¿Max?- digo con un hilo de voz.

-Así me llaman. ¿Bueno sigues necesitando coche?

-Em... bueno... no sé si...- digo dudosa.

-Tengo sitio de sobras, y tiempo también. – dice tranquilo.

-Venga va.- digo aunque en el fondo sé que no es buena idea. -¿Este es tu coche?- digo al ver esa chatarrilla.

-Si... no tengo tanto dinero para un Audi o un BMW, como os gustan a vosotras.- dice sonrojándose.

-No, no no. Lo decía porque me sorprende, eres medico.- digo nerviosa.- además no soy nadie para criticarte. ¿Has visto mi coche?

-Estoy en prácticas. ¿Recuerdas? Además no coy tan mayor- dice haciéndome un gesto para que entre en el coche. Y es verdad, aunque aparenta más edad.

Estamos unos minutos en silencio, casi todo el trayecto. Y me siento incomoda, aunque no es nada del otro mundo. Siempre lo estoy.

-¿Y esto?- pregunto señalando a una bailarina que se mueve en el salpicadero.

-Tonterías mías. Solo es una bailarina, para decorar este coche más que nada.

-Vaya... es que... mi mejor amiga, lo tenía.

-Ohh vaya. Dale este si quieres, lo tengo para llenar esto un poco.

-Mi mejor amiga... era la del coma.-digo entrecortada.

-Lo siento, he sido un tonto. No me acordaba. Perdón enserio. -dice incomodo.

-Tranquilo, no pasa nada.

-No sí que pasa. Te debo una comida.

-¿Y eso por qué?

-Porque lo digo yo. Además ya hemos llegado, y me he quedado con ganas de hablar más contigo.

-Muchas gracias. Ya nos veremos. – no recuerdo haberle dado mi dirección. Supongo que se la debí dar antes...

......

-Papá, estoy en casa.

-Hola, has llegado muy pronto ¿no?

-No tenía mucho que comprar.- miento.

- Ah bueno, pues llegas justo para comer. He hecho lasaña.- dice contento.

-Lo siento, no tengo hambre, y tengo que preparar todo lo del instituto.

-Oh, bueno. Pues nada, a la basura va.- dice con tristeza. Me siento mal, él nunca cocina nada, y si lo ha hecho es para animarme un poco, y yo... lo estoy fastidiando.

-¿Sabes? Me voy a llevar un poco a la habitación. -Digo guiñándole un ojo. E inmediatamente veo el brillo en sus ojos de nuevo.

Cuando entro a mi habitación estoy tranquila. Me saco la ropa, los zapatos y me pongo cómoda. Aunque simplemente sea medio día, estoy tan cansada como si hubiese estado toda la noche en vela. Cuando me voy a estirar a la cama, oigo mi teléfono.

Llámame CarolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora