Capitulo 34

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La respiración acompasada del número once japonés era lo único que resuena por toda la habitación, Tsubasa miraba embelesado a su compañero dormir plácidamente sin poder apartar la vista. Su rostro tranquilo y delicado lo hacía ver cada vez más hermoso conforme pasaban los minutos.

Habían pasado poco más de dos horas desde que regresaron al hotel y apenas entraron en la habitación de Misaki, este cayó rendido apenas tocó su cama. El doctor había explicado que los analgésicos podían provocar sueño pero que eso le ayudará a descansar sin problemas.

Tsubasa se había negado rotundamente a alejarse de Misaki, se ha mantenido a su lado desde que regresaron al hotel y no se ha apartado a menos que fuera muy necesario.

Tsubasa acariciaba con delicadeza la mano de Misaki, concentrándose en ese pequeño gesto que al parecer era de agrado para su compañero, ya que más de una vez, noto como este fruncia el ceño estando dormido cuando dejaba de darle pequeños y delicados toques.

A Tsubasa no le parecía molesto en lo absoluto, más bien lo disfrutaba en gran manera, teniendo la oportunidad de estar cerca de su querido Taro.

Taro...últimamente se le estaba haciendo muy natural decir su nombre.

Antes rara vez lo llamaba por su nombre, siempre había tenido la costumbre de llamarlo por su apellido, pero de repente sintió que quería ser un poco más íntimo y dejar las formalidades con el, así que decidió usar su nombre y al notar que Misaki parecía estar de acuerdo, comenzó a hacerlo más seguido, más que nada cuando estaban ellos dos solos.

Tsubasa recorrió el rostro de Taro con la mirada, admirando sus delicadas facciones como si fuera una obra tallada por un Dios. Para Tsubasa, Misaki era una obra maestra, y siempre iba a considerarlo como el chico más guapo de todos. Aun recordaba como se sintió cuando volvieron a encontrarse después de años sin verse, sintió como su corazón dió un vuelco en su pecho al ver como el Taro de doce años había crecido, su rostro seguía conservando la misma delicadeza y pureza, pero su cuerpo había cambiado significativamente, ahora era más alto, sus hombros anchos como los de cualquier adolescente en desarrollo, y aunque solo lo había visto sin camisa una vez — y por accidente — noto que tenía un abdomen bien trabajo.

Tsubasa sacudió la cabeza ahora con un prominente sonrojo en sus mejillas por sus pensamientos, no había nada inapropiado en ellos y aun así sentía que estaba haciendo algo imperdonable. Aun así no dejo de mirar a su compañero como si esa fuera su actividad favorita — estaba seguro de que así sería de ahora en adelante, y que lo haría cada vez que tuviera la oportunidad — y su recorrido terminó en los labios de Misaki.

El color carmesí en sus mejillas se hizo más intenso, pero no podía apartar la mirada de esa zona que cada vez se veía más apetecible para el. La necesidad de aprisionar los labios de Taro con los suyos se hacia muy grande hasta el punto de ser casi incontenible.

De forma inevitable, recordó aquel momento junto al río en Nankatsu, ese momento donde estuvieron a solo centímetros para poder dar ese primer beso, pero fueron interrumpidos por cierto portero de ojos esmeralda. Ahora mismo se preguntaba que hubiera pasado si hubieran llegado más allá, ¿Las cosas serían diferentes?, la verdad no lo creía, de todas formas Taro se habría ido con su padre.

Recordó también lo que le había dicho Matsuyama: tenía que sentir que era el momento para dar el siguiente paso, pero eso solo dió entrada a otro montón de preguntas, no estaba seguro de que debía sentir exactamente, pero tampoco quería sobre pensarlo tanto, no quería que eso le afectara en un futuro cercano.

No dejo de mirar los labios de Misaki en ningún momento hasta que sintió como se le sacaba la boca, remojo sus labios inconscientemente y la atracción cada vez era mayor.

Mi amigo balón ( Tsubasa x Misaki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora