Capitulo 9:"Amigos"

149 11 2
                                    


Es increíble que a pesar de verlo con distintas mujeres, me siguiese gustando igual. Supongo que el mejor adjetivo para mí en estos momentos es tonta, o estúpida. No, ya se, el mejor es masoquista.

Ginger entra más tarde hoy a la universidad, asique voy yo primero y luego ella va junto a Nina. Cerré la puerta con cuidado, no tengo necesidad de ser brusca con Ginger, anoche se desveló practicando su guion, así que debía dejarla dormir.

Luego de conducir ocho minutos, ya estoy en la universidad. Largo un suspiro frustrado y creo que mi nuevo nombre o apodo también seria, "suspiros". Evan me hizo romper mi record en suspirar. Evan sonríe, yo solo suspiro. Evan me mira, yo tan solo vuelvo a suspirar. Evan me ignora, y le respondo con otro suspiro. Cada vez que me mira, cada vez que el sonríe, me siento débil. Con ganas de abrazarlo, a pesar de que el pasee con una zorra distinta cada día, siento la terrible necesidad de abrazarlo y decirle que voy a ayudarlo. Pero no lo conozco, no se de sus problemas, no sé por qué evita que la gente lo ayude. Me gustaría saber que le quita el sueño. Pensando así, llego a la terrible conclusión de que no lo conozco ni siquiera un poco.

Abrí mi casillero y agarre los libros para las clases de hoy, intentando que el perfecto Evan salga de mi mente, y buscar la simple respuesta de por qué no puedo odiarlo, y sin evitarlo otro suspiro sale de mi boca.

Cierro la puerta del casillero frustrada, necesito sacarlo de mi mente, De una u otra manera.

Comencé a caminar hacia mi aula, pero una mano se posó en mis hombros, y un olor a jabón mezclado con menta y crema de afeitar inundo mis fosas nasales. El simple roce hizo que mis piernas se aflojaran y por cinco segundos quedara débil y vulnerable.

Gire mi rostro para ver quién era el, lo vi. El perfecto Evan. Dios, hasta su aroma natural era perfecto, pero mi tonta timidez no me ayuda así que un rubor me allano por completo.

Saque su mano de mis hombros, simulando estar molesta aunque eso me dolió mucho más a mí que a él, quien sabe cuándo el volvería a tocarme así. Por más de ser un simple roce, ya me sentía feliz.

-no me toques- le dije molesta.

- en vez de un "no me toques"- dice-¿no sería un hola?- pregunto sonriendo.

-así que ahora me saludas- dije molesta- y luego me tratas de una cualquiera-termine de hablar mientras lo mire furiosa. Pero, me tome mi tiempo para observarlo, esa camisa roja a cuadros que se pegaba a los músculos de sus brazos, el cabello despeinado y ese jean negro que definitivamente le favorece a cada parte de sus piernas, trasero, y todo lo demás.

-si quieres puedes tomar una foto- dije interrumpiendo la maravillosa vista.

-¿de qué?- pregunte confundida.

-de mi Chloe, no estabas mirando esto- dijo señalándose, dios, odio que sea así de creído, a pesar de que tenga razón. Y otra vez un rubor cubrió mi rostro.

-vete a la mierda Evan- dije mientras abrece con fuerza mis libros y seguí caminando.

-no te enojes- dijo tomándome del brazo.

-¿puedo preguntarte algo?- pregunte mientras lo miro furiosa y aparto mi brazo de su agarre.

-¿no estas preguntando ya?-pregunto mientras sonreía- ¿Qué quieres mi numero?- dijo sarcásticamente.

-Eres un imbécil, ni soñando te pediría tu numero.-dije intentando no sonar desilusionada por lo que dije, era obvio que quería su número, pero eso no era lo que quería decirle.- ¿Qué mierda quieres de mí?-pregunte sacando todos aquellos pensamientos que me impedían ser firme ante él.

Recuerdos de mi primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora