Capitulo 10:¿Cuál es su pasado?

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Luego del lindo desastre que pase frente al hijo de mi jefe, me quede sentada en la barra, con la mente en blanco, esperando a que trajeran la orden que debía entregar.

-Chloe, ¿vamos a ir?-pregunto Gin. 

-está bien, vamos- dije largando otro de mis famosos suspiros, no tenía ansias de que me doliera la cabeza tanto negarme a sus peticiones en estos momentos.

-genial- dijo dando saltitos mientras aplaudía.-por cierto- dice.

-¿Qué pasa?- pregunte al notar que juntaba y separaba sus dedos, como en señal de estar demasiado nerviosa por algo.

-bueno, creo que ya conociste al hijo del jefe, ¿verdad?- pregunto mirándome.

-sí, es un idiota, lo trate mal y luego me entere que era el hijo de mi tan querido jefe- le dije con sarcasmo.

-bueno, él va a ir con nosotras- dijo mirándome.

-¿Qué mierda?- pregunte-¿estás loca? Es el hijo del jefe.

-no es lo que piensas, no me interesa ni nada.- aclaro ella.- es solo que me escucho mientras hablaba por teléfono y quiso venir. – Dijo mientras se balanceaba sobre sus pies- ya sabes, lo de siempre.

-me estas mintiendo, te conozco Gin- dije.- te pones toda nerviosa y transpiras un montón- Y es verdad la conozco demasiado como para saber cada vez que me miente o me es sincera.

-está bien, lo admito. Cuando vi que lo insultaste, y me lleve la enorme sorpresa de que era el hijo del jefe, decidí invitarlo. Como una disculpa, por cierto señora biblioteca, solamente con vos transpiro para mentirte, debido a que te das cuenta cada vez que lo hago.

-está bien, te creo, ya verán ustedes como se las arreglan, yo voy a seguir trabajando.-dije tomando la orden para entregarla.

*******

Ahora nos encontrábamos yendo al departamento en el auto de Brad, ¿Cómo llegamos a este punto tan crucial en la historia? Bueno, permítanme contarles. Resulta que hoy habíamos decidido ir a trabajar en el auto de Ginger, por cierto, nunca más iba a dejar que me convenza, lo tengo anotado como nota mental número 1, ya que sus ideas generalmente terminan mal o solo la de la mala suerte soy yo. Una de dos. En fin, no hubo forma de hacer arrancar su bello auto a la salida del trabajo.

Definitivamente no era mi día, Evan quiso ser mi amigo, y no pude resistirme a decirle que sí. ¿Qué mal me podía hacer? Aparte de que sea un sacrificio tonto de mi parte, porque ya saben lo más doloroso es un amor no correspondido, y lo peor es el masoquismo de la gente por intentar cambiar algo que desde un comienzo no tiene solución. Peor aún, ser la amiga del chico que te gusta y te provoca terremotos cada vez que te sonríe o te mira.

Y para terminar mi día, Insulte a un idiota rubio, el cual resulto llamarse Brad y ser el hijo de mi jefe. Y ahora el auto de Gin no quiso encender, y por ende tenemos que ir a casa en su auto. ¿Increíble no? Parecía que la vida se pusiera de acuerdo y digiera:

-vamos a complicarle todo a Chloe, total tiene paciencia, es una estúpida, y que le duela el doble por hacerse la fuerte.

Gracias vida cruel. Gracias dios. Gracias mundo. Gracias a las vueltas de la vida.

Cuando llegamos al departamento, fuimos a cambiarnos, no tenía ganas de vestirme bien ni nada. Quiero estar lo más normal posible para que nadie se acerque a hablarme.

Quiero privacidad. Y como soy tan estúpida, voy al único lugar donde no voy a encontrarla nunca, una fiesta. Aplausos para mi poca inteligencia.

Me puse un jean ajustado, un top blanco suelto y en los pies unas vans. Vestida así me sentía tranquila, no era lo que acostumbro a usar, pero tampoco voy vestida vulgar. No quiero vestidos, no quiero minifaldas. No quiero hombres. No quiero nada.

Recuerdos de mi primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora