Evan.
10 años atrás.
Todo comenzó aquel 10 de mayo del 2005, a mis 10 años. Cuando le comunicaron a mi padre Patrick Black, un reconocido escritor, que su nueva obra, aquella en la que había apostado todo ciegamente, todo lo que el tenia fue a parar en la edición de aquella obra. Había pasado días encerrado en su oficina, días enteros o noches enteras. Solía salir solamente para comer o si llegaba a venir visita. cambios de humor repentinos, pero todo aquello era por nuestro bien. o eso solía decir el.
Lo que más me gustaba de su oficio, era que escribía cortas historias para mí. En ellas, me hacia el actor principal, en ocasiones era un súper héroe, en otras detective, en algunas era hasta un animal. Amaba que mi padre hiciera eso, escribía largos poemas a mi madre, era increíble en lo que hacía. La que mas me había gustado, fue en la que me hizo ser un mago, era fuerte, valiente y orgulloso. "un héroe de verdad" dijo mi padre cuando me entrego aquel libro para mi. estuve meses enteros intentando hacer magia, explorando mi casa buscando monstruos imaginarios, para acabar con ellos y poder evitar que hicieran algo con mi familia.
Pero esta vez fue la excepción.
No podían poner su novela en el mercado, no recuerdo bien el porqué, y como si fuese poco. La editorial que tenía su novela fue en quiebra. Fue el mayor fracaso de su carrera.
Aquel suceso, marco un largo y profundo hueco en toda su carrera y en nuestra vida. Aun sabiendo que todo desde ese día cambiaría, mi madre, Molly Peterson, no perdía su sonrisa, esa felicidad que era su mayor característica. Recuerdo que ella amaba cantar, tenía una hermosa voz, todo arreglaba con una canción. "vamos a salir de esta", "no es el fin Patrick", "todavía estamos juntos". Esas palabras fueron las que nos ayudaban a seguir. O eso creí. Pensé que todo seguiría igual. Era tan solo un niño de 10 años inocente.
¿Quién podría en su sano juicio pensar que ese día marcaría el inicio de una vida llena de miserias y muy pocas alegrías? Yo no podría ni haberlo imaginado.
A mi padre parecía molestarle que mi madre fuese así de positiva y alegre. En ocasiones lo escuchaba hablar por teléfono en su oficina diciendo que ella se alegraba de su desdicha. Se estaba volviendo paranoico. Pero no pensé que eso cambiaría algo. Ese fue mi primer error. Si tan solo me hubiera dado cuenta hubiera podido evitarlo.
Desde ese día, comenzaron sus peleas, todas ellas comenzaban por él.
Desde ese día, dije adiós, a todo lo bueno que había en mi vida.
Desde ese día, mi familia cambio.
Desde ese día, todo lo bueno fue, lentamente volviéndose un infierno.
Al mes de aquel día, nos vimos obligados a mudarnos a una casa un poco más pequeña, en otra ciudad, ya que mi padre cayó en los vicios del alcohol, el casino y las horribles apuestas. Todavía recuerdo como si fuese ayer, el olor a tabaco mezclado con alcohol que solía tener cada vez que llegaba a casa. Perdía en vicios, todo el dinero que teníamos, pero aun así mi madre no perdía su sonrisa, para mí era un Ángel.
A mi realmente no me interesaba tener que mudarme, era tan solo un crió de 10 años, que quería jugar con amigos, hacer algunos nuevos, salir a jugar en la tarde y luego cenar con mis padres en la misma mesa. Era realmente inocente.
La nueva casa era de dos pisos, tenía tres habitaciones, la cual una de ellas iba a ser su nueva oficina, dos baños, cocina, living y comedor.
Apenas llegamos junto al camión de mudanzas, a mi madre y a mí nos encantó, sentimos inmediatamente la conexión con la casa. Desde ahora iba a ser nuestro hogar. Pensé que todo mejoraría. Fui inocente y quise creer que todo iría mejor.
-¿Esta es nuestra casa mamá?- pregunte con una gran sonrisa en mi rostro, mientras jugaba con mi nuevo juguete, un avión.
-Si cariño, ¿te gusta?- pregunto sonriendo, como siempre lo hacía.
- Me encanta mamá, me encanta- dije corriendo alrededor de ella mientras seguía jugando con mi avión.
- Me alegro cielo- dijo mi madre mientras entraba a la nueva casa.
Nadie pudo ni siquiera imaginar que desde ese día, desde aquella noticia, desde el fracaso de mi padre. Que todo cambiaría.
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Recuerdos de mi primer amor
Lãng mạnEl, una montaña de problemas, la persona con menos autoestima a pesar de su fachada de "mujeriego", tiene el pasado más despreciable de todos, y en sus acciones se reflejan las ganas de olvidar y seguir adelante. Pero los vicios lo llevan a alejars...