Capitulo 5: "Celos"

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Todavía no podía sacarme de la mente al niño con el que lo vi. Tenían un gran parecido físico, su color de cabello, algunos rasgos en su rostro. Solo que el pequeño, tiene ojos azules. Un azul tan profundo y hermoso. Viéndolo sin conocerlo, te brindaba tranquilidad, y también rebelaba una gran madurez.

En estos momentos solo tengo una duda, ¿Qué son?

Ahora mismo me encuentro en el bar de Joe, junto a Ginger. Nos tocó trabajar de noche, como somos nuevas es normal que se nos exija demasiado. Se preguntaran por la tarde en la universidad, pero no lo vi, solo estuvo su amigo, o supongo que lo es. El muchacho estaba sentado solo constantemente revisando su celular.

Las clases fueron geniales, fisiología, otra vez inglés y un poco de psicología. A la próxima semana, ya estaban por enseñarnos a medir la tensión, presión arterial, y todo eso. Me encantaba.

Algo me saco de mis pensamientos, fue el ruido de un vaso al romperse. Un pequeño niño, había roto un vaso, así que fui a juntar los pedazos de cristales.

-Chloe deberías prestar más atención- dijo Ginger, mirándome el dedo que me había lastimado juntando los pequeños cristales.

-lo siento, es solo que tengo la mente en otro lado.- dije levantando los hombros mientras me ponía una pequeña curita en la herida.

-Solo respóndeme algo-me dijo mirándome, luego de haber largado un suspiro.

-sí, ¿Qué?- pregunte mirándola.

- ¿te sientes atraída por Evan?- su pregunta me tomo por sorpresa, cuando quise responder me interrumpió y siguió- lo digo porque desde que lo viste hoy con ese niño, te quedaste aislada, en tu mundo, pensando. O no sé qué harás ahí- dijo Ginger poniendo un dedo sobre mi cabeza.

-oh, no- conteste- es solo que me pareció raro que estuviese con un niño.

-mmm, suponiendo que es eso, te dejo tranquila. Pero si algo pasa, por favor cuéntamelo. Soy tu amiga. Pero ese chico me da el parecer de que es problemas.- dijo- me da miedo que te lastime.

- Ese es un miedo tonto Gin, ya sabes. No voy a fijarme en él, ni él va a fijarse en mí. Es solo que es atractivo, y tiene una sonrisa muy linda- dije completamente seria.

-mierda, te gusta Chloe.- dijo soltando una risa.- pero en ese sentido no puedo hacer nada, tan solo quiero que seas sincera contigo misma, y si algo sucede me lo cuentes.

-bueno Gin.

-por cierto su amigo esta buenísimo- dijo.

-el que está todo el tiempo con el- pregunte.

-sí, ese mismo, es jodidamente sexy- continuo mordiéndose su labio.

-¿te gusta?- pregunte.

-no, solo pienso que es sexy, ya sabes.

-bueno- dije entre risas- ahora vamos a seguir trabajando por que Joe nos está buscando.

Y así seguimos, eran ya las diez de la noche, nuestro turno llegaba hasta la media noche. Trabajábamos bastante, pero las propinas eran generosas, mientras mejor los atiendas, más te daban. Así que yo y Ginger prácticamente estuvimos todo el tiempo con grandes sonrisas en el rostro.

Me encontraba acomodando una bandeja para llevar a la mesa 13, 2 sodas, y dos hamburguesas.

Cuando estaba llevándola casi se me cae de las manos. Evan estaba entrando, junto a su amigo, chico "x" vamos a decirle así, porque no se su nombre. Pero no estaban solos, entraban con dos muchachas, una era rubia, y la otra morocha, bastante provocadoras para mi gusto. Con esa ropa poco quedaba a la imaginación. Supongo que tenía novia, pero esta no era la misma que la de la otra noche. Lo único que agradecía era que mañana era sábado y no tenía que ir a la universidad.

Estaban sentadas en la mesa al lado de la 13, así que fui y les deje el pedido, dándoles una gran sonrisa.

Mire de soslayo a la mesa de Evan, y esa tonta rubia que lo acompañaba, está tocando su pierna. Sentí una punzada de celos que me invadió por completo.

Cuando iba a dirigirme a la barra, porque no tenía la mínima atención de estar toda la noche pendiente de ellos alguien me grito.

-oye, ¿no vas a atendernos?- como conocía esa voz, esa linda y sexy voz ronca, fue Evan.

-pensé que vendría otra camarera- dije sonriendo.- ¿Qué van a querer? Pregunte dándole una sonrisa a todos en la mesa.

-Yo quiero una coca cola light- dijo la rubia que estaba al lado de Evan- y una ensalada- termino su oración rebajándome.

Dios, que agradezca que me haga falta el trabajo si no la mato. Así que continue preguntándoles a los demás.

La morocha, pidió exactamente lo mismo que la rubia.

-¿y usted?- pregunte al amigo de Evan.

-Logan- dijo- nada de usted, yo quiero una cerveza y una hamburguesa.

- bueno.- conteste y me gire hacia Evan esperando que hiciera su pedido.

-A mi tráeme lo mismo que a Logan- contesto mirándome con una sonrisa.

-bueno, ya les traigo sus pedidos.

Me gire y deje el pedido sobre el mostrador, y busque a Ginger.

-acá estoy- me dijo asustándome por detrás.

- Mierda Ginger- conteste riéndome.

-¿así que señor problemas y su sexy aliado, vienen con sus zorras?- pregunto mirándome.

-algo así- dije levantando mis hombros- por cierto, el nombre del chico- dije mirando hacia el amigo de Evan- es Logan.

-Mmm, Logan- dijo mientras pensaba un rato- es sexy- dijo sonriendo.

-pero esta junto a su zorra- le dije.

-eso es verdad.- dijo haciendo un mohín.

- ¿serán muchas?- pregunte.

-¿las zorras?- pregunto Ginger mirándome.

- sí, ellas.- conteste mirándole.

-digamos que puede ser un sí, ya que por algo le dicen, el chico problemas. Alias sexo.

-eso lo acabas de inventar vos- le dije mirándola.

- eso es cierto- contesto levantando sus hombros- pero les quedan.

Las dos comenzamos a reírnos y luego de varios minutos sus pedidos ya estaban así que fui a llevarles sus cosas.

Lo que menos recibí fue atención de su parte, ya que estaban muy ocupados besándose. Dios, hay lugares más privados para hacer todo esto.

Me estaba cabreando. Esto era increíble. Él era un engreído, sexópata. Dios, lo odio. De Evan tengo que mantenerme eternamente alejada. Termine de dejar las cosas, pero ninguno lo noto.

Primero me sonreía seductoramente, ahora se está comiendo literalmente a una rubia en frente a mí. Esto era increíble, o la vida se reía en mi cara.

Terminaron de comer y pidieron la cuenta. Solo pude escuchar que la rubia agua oxigenada pregunto.

-¿y ahora dónde vamos? Mordiéndose el labio.

-vamos a un hotel.- contesto Evan

Y diciendo eso, se fueron. Y yo ya quería morirme, era una completa estúpida. Me sentía tan celosa, como era posible, sabia que el era así, un cerdo, para ponerle otro apodo mas aparte de "problemas", pero a pesar de saberlo, los celos que sentía eran imposibles de explicar.

la única y coherente explicación lógica era que el, ya había comenzado a gustarme. y eso me molestaba demasiado.

Cuando termino nuestro turno, nos fuimos a casa con Ginger estábamos demasiado cansadas, pero igual llamamos a Nina, porque íbamos a ver unas cuantas películas en nuestro apartamento.

Y así iba a ser constantemente, mientras el señor problemas tenia sexo con una rubia distinta cada puto fin de semana, yo iba a ver películas hasta el amanecer, era una completa vergüenza.

Recuerdos de mi primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora