Capítulo 22: "Creí poder ser nuevamente el héroe" (Evan)

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Evan.

Siete años y siete meses atrás.

Recuerdo exactamente como si fuese ayer ese día. Aquel día en el cual la cuenta regresiva comenzó, ya no había posibilidades de frenar nada, en ese día, se detono todo.

Mi mentalidad, mi forma de pensar y mis esperanzas se expandieron como polvo, simplemente bailando y viajando atreves de una simple ráfaga de viento. Todas alejadas de mí, en un pausado y lento vals.

Ese día, desperté porque oí a mi madre hablar por teléfono mientras lloraba.

-¿Cómo es eso posible?- escuche que preguntaba a la persona que se encontraba del otro lado del teléfono. Estaba escondido, escuchando detrás de la pared. -Él era una persona fuerte- dijo mientras lagrimas comenzaban a caer, empapando por completo su rostro.- ¿nadie logro darse cuenta?- volvió a preguntar mientras lentamente secaba sus lágrimas con el dorso de su mano- está bien, no te preocupes, ya llamo a Evan y estoy allí- dijo nuevamente a la voz detrás del teléfono.

-Oh, papá, lo siento demasiado- comenzó a decir entre suspiros y lamentos, y ahí recientemente reaccione, algo había pasado con el abuelo Noah y lagrimas comenzaron a bañar mi rostro.

"Debiste sentirte solo abuelo, prometí acompañarte eternamente y disfrutar de ti lo que restara de vida. Pero te adelantaste, me dejaste atrás. Perdón". Susurre en un tono apenas audible para mí. Seque mis lágrimas y mire hacia el techo. Tenía que ser fuerte por mi madre.

Entre lentamente a la habitación de mi madre y la abrase.

-Tranquila mamá- decía en susurro- él ahora se encuentra bien- continúe diciendo- esta con la abuela.

-Lo se cariño, pero paso por todo el solo, nunca nos contó nada.-comenzó a decir en llantos.

-Las cosas sucedieron por algo mamá- dije mientras la miraba.

-Me hubiese gustado decirle adiós, hay tantas cosas clavadas en mi garganta.

-Lo sé, yo también hubiese querido escuchar sus quejas, sus anécdotas, por mucho tiempo más, pero el destino no lo quiso así mamá.

-Lo se cielo, ve a cambiarte que tenemos que irnos.

-Está bien.

****

En el funeral, mi madre no lloro. Solo se quedó mirando al cielo y largando pequeños suspiros cortados con angustias, aquellas que la atoraban por dentro pero que no dejaba salir.

También hizo lo que al abuelo Noah, tanto le gustaba, sonreír.

"Amo cuando mi muchacha sonríe, me hace pensar que ante cualquier adversidad, puedo encontrar la salida y solución, amo que ella sea feliz. Pero lo que más me gusta, es que al verla sonreír, recuerdo mucho a su madre y la esperanza que alberga en esa mueca que tanto bien le hace a la gente. Para la próxima Evan, recuerda que la verdadera felicidad, comienza por una sonrisa, no te niegues nunca el placer de hacer y ser feliz". Esto solía decir mi abuelo cada vez que venía a verme, cada vez que me llamaba por teléfono.

Ahora que soy adulto, que aquello esta tan lejano en mi mente, me pregunto si mi abuelo siempre supo lo que pasaría, o si tan solo supiese que algo cambiaría nuestras vidas y quería que fuéramos eternamente felices, con aquella sonrisa que el tanto amaba. Con la nuestra.

****

Cuando estábamos volviendo a casa, mamá comenzó a hablar, con una sonrisa melancólica en su rostro acompañada de lágrimas.

-He decidido que tu hermano se llamara Noah, en nombre del abuelo.

-El abuelo estaría realmente feliz de saberlo, mamá- le dije mientras lagrimas caían por mi rostro.

- Lo se cariño, él está feliz, el siempre estará acá- dijo mientras tocaba su pecho- acompañándonos en nuestras vidas, siempre estará en nuestro corazón.

-Gracias mamá- dije mirándola con una sonrisa.

-De nada cielo.

Mi padre se encontraba en casa, no quiso ir, ni siquiera se molestó por abrazar y consolar a mi madre. El solo se encerró en su oficina como si no hubiese vida detrás del alcohol y el cigarrillo. Como si el mundo se hubiese acabado con su fama. Culpando de todo a su familia, lo único que siempre lo apoyo

Cuando entramos, escuchamos bastante ruido proveniente de su habitación. Si hubiese sabido que pasaría ese día, que empeoraría todo, no hubiese permitido que llegáramos. Hubiese demorado en algún lado. Le hubiese dicho a mamá, que ya no quería llegar nunca más a casa.

Mi madre asustada comenzó a gritar el nombre de mi padre.

-¡¡¡¡PATRICK!! ¡¿Qué SUCEDE PATRICK?!- gritaba desde abajo bastante asustada- Evan, quédate aquí- dijo mientras ella subía.

No pensaba hacerle caso, así que subí corriendo las escaleras. Y llegue en primer lugar.

Golpee tres veces la puerta- *tock tock tock*. Recuerdo cada hecho, cada segundo.

-¡LES HE DICHO QUE NO SE ATREVAN A VENIR AQUÍ! - grito mi padre mientras abrió la puerta.

-Estábamos preocupado- dijo mi madre.

-Te dije que no te metieras en esto, que me dejaran tranquilo.

-¿Eso es lo único que te importa? ¿Estar tranquilo?-comenzó a preguntar mi madre entre llantos.- ¿acabo de perder lo que más quiero y eso es lo único que te preocupa?-

No lo vi venir, el puño de mi padre golpeo contra su mejilla, provocando que ella cayera al piso, llorando desconsolada. No podía creer lo que había presenciado, un fino hilo de sangre callo desde el labio de mi madre.

-¡No vuelvas a tocarla ¿me oyes?!- le grite mientras lo empuje, fue lo único que pude hacer. Pero el solo me devolvió un golpe. Seque la sangre que callo de mi boca.

-No vuelvas a meterte en lo que no te incumbe mocoso- dijo mi padre completamente rojo por el alcohol y la furia que tenia dentro. del miedo que ocasiono en mi, levante a mi madre y me fui con ella de casa.

Pensé que la había salvado de todo, pero este fue solo el comienzo. Pensé que la había alejado del dolor. Pero no fue así, lo único que hice fue creer en una estúpida ilusión. Sentía que nuevamente podía ser el héroe. Pero solo fui un payaso demasiado inocente.

Sentía que quien tenia la culpa de que el fuera así, era yo. Ahí, me di cuenta que por mas que intentara ser todo, nunca iba a ser nada. todos y cada uno de mis esfuerzos, por hacer que el fuera el mismo que antes fueron en vano.

Todos los días, desde aquel, siento el deseo de sacar aquella sangre que me hace ser su hijo de mi, tuve que crecer y madurar de golpe, nunca me permitió ser feliz, el me arrebato todo. Tengo miedo, miedo de ser como el.

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Recuerdos de mi primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora