CAP. 2 - Episodio 33 - No hay nada de malo en ti

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CAPÍTULO 2 - El Luto de las Plantas

EPISODIO 33: No hay nada de malo en ti





Palacio Wiecznego Śniegu - Szczyrk, Polonia

El vasto palacio de Fryderyk se alzaba majestuoso en la lejanía de la nieve, muros blancos resplandecían bajo la luz del sol invernal, y los jardines que lo rodeaban parecían una obra de arte viviente, con arbustos perfectamente recortados y flore...

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El vasto palacio de Fryderyk se alzaba majestuoso en la lejanía de la nieve, muros blancos resplandecían bajo la luz del sol invernal, y los jardines que lo rodeaban parecían una obra de arte viviente, con arbustos perfectamente recortados y flores inusuales que se mantenían radiantes incluso en aquella época del año.

Yuki caminaba por el sendero principal, las manos hundidas en los bolsillos de su chaqueta. Su cabello verde se movía al ritmo del viento suave, pero su expresión delataba la tormenta interna que lo consumía desde hacía ya tiempo. Los sirvientes que lo conocían bien lo saludaban con sonrisas amables, aunque él apenas hacía un movimiento de cabeza y alguna que otra sonrisa incómoda en respuesta.

Sirviente agradable: Bienvenido, joven maestro. El señor Fryderyk estará encantado de saber que ya llegó.

Sirviente diligente: ¿Le llevamos algo para calentarse? Un té, tal vez...

Yuki: Levantó la mirada por un instante, su rostro intentaba componer una sonrisa forzada, pero el chico se mantenía evitativo. - No, gracias... Estoy bien. Y eh... este, no le digan a Fryderyk que ya llegué... quiero darle yo la sorpresa.

El tono de su voz distante, vacío y evitativo no pasó desapercibido por los sirvientes, aunque ninguno se atrevió a comentarlo. Continuaron con sus labores mientras Yuki seguía avanzando por el camino de piedra. Al llegar a uno de los jardines laterales, se detuvo de golpe. Frente a él había un pequeño estanque que reflejaba el cielo grisáceo, rodeado de sauces llorones cuyas ramas parecían acariciar la superficie del agua. Yuki dio un paso hacia adelante, sus ojos estaban fijos en su propio reflejo distorsionado por las ondas que provocaba una brisa ligera.

Se llevó una mano al cabello, despeinándolo con frustración mientras exhalaba un largo suspiro. Su mente era un caos: la reprimenda de Beatriz, la sensación de constante insuficiencia, los recuerdos que parecían perseguirlo últimamente. Poco s poco, su aparente fachada se desdibujaba.

Yuki: *Murmurando para sí mismo* ¿Qué estoy haciendo...? ¿Por qué me afecta tanto?

-El joven miró el agua, pero en lugar de su reflejo, su mente evocó imágenes de su infancia confusas: rostros borrosos, un llanto infantil que se mezclaba con risas, la sensación de ser empujado, rechazado, olvidado. - ¿De veras estoy delirando? ... Ay no tiene sentido que piense en gente que ni conocí... -Sacudió la cabeza con fuerza, intentando ahuyentar aquellos pensamientos, pero solo logró que el nudo en su pecho se apretara más.

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