-31-

168 35 18
                                    

ARODMY.

Salgo del hospital junto a Dimitri quien insistió en acompañarme, al principio no entendía el porqué pero luego me explico que Loliery le había comentado acerca de lo sucedido con Ángela y Angelina.

—Sabes, Arnold siempre me resultó repugnante pero no lo creía capaz de hacerle algo a tu hermano—comenta.

—Ese infeliz lo único que amaba era el dinero— expresó.

Decidimos pasar por la empresa de Dimitri a recoger un par de armas que tenía resguardadas en su oficina.

—¿Cómo era tu relación con tu madre biológica?— pregunta de repente.

El tema me incomodaba, se que ella me odia por el simple hecho de ser hijo del hombre que la violó.

—Intento matarme cuando tenía diez años, ¿le harías algo así a uno de tus hijos?—.

—Un hijo es una de las pocas bendiciones que se nos otorga, es lo más puro que tenemos perteneciendo a este mundo—expresa con seriedad.

Hablar de mi madre siempre fue un tema delicado para mi, intentar matarme a los diez años, todos y cada uno de sus maltratos los años previo a su abandono fue algo que me marcó la vida. Pero así como ella no logró demostrar ni un poco de cariño a mi, entonces yo tampoco le daré el protagonismo en mi vida; decidió irse y estoy mejor sin saber de su existencia.

No soy bueno, lo sé, pero tampoco soy un monstruo, me costó mucho aceptar que no era lo que ella decía hasta que llegó Ariana la madre de mis hermanos. Ariana fue la única persona que me hizo sentir algo de cariño, fue la única que me brindó calor maternal aún sin compartir la misma sangre.

El elevador se abre y al abrirse mi mundo se paraliza. Ese cabello rubio, tan amarillo como el mismo sol.

—¿Arodmy?— pregunta la mujer frente a mi.

Por un momento no digo nada, verla parada frente a mi solo causaba dolor y rabia.

—Hola señora de Darotski— respondo con indiferencia.

—¿Ya no insistiras en llamarme madre?— cuestiona con cinismo.

—Nunca tuve una madre en mi niñez, por ende no la necesito ahora que soy un adulto.

—Pensé que ya estabas muerto— se que esta decepcionada porque sigo con vida.

—Para ti morí el día que decidiste encender esa habitación. Para mi madre murió en ese mismo día—expresó.

—No, no fui tu madre nunca lo fui, nunca lo deseé. Lastimosamente compartimos sangre, pero eso no quita que también eres un monstruo, un monstruo al que nadie amará jamás— cada palabra destilaba veneno.

Mentiría si digo que no duele, pero joder, es mi madre después de todo.

—Te equivocas, que tú decidieras ser infeliz no quiere decir que yo también lo sea. Tengo una mujer a mi lado, una que a demostrado quererme aún cuando vio como asesine a tu ex esposo, por cierto, ¿sabías que maté a Arnold?— la última pregunta parece tomarla por sorpresa— y pronto tendré a mi hijo, hijo al cual no le faltará ni un poco de cariño— digo.

Una sonrisa burlona se forma en sus labios, se perfectamente que está por decir algo hiriente como los que hacía cuando era un niño.

—Una putita que solamente desea tu dinero, dos meses, dos meses es el único tiempo que podrán disfrutar del monstrito que lleva en su vientre.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 16 hours ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

RED LOVE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora