Capitulo 23

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Verdades dolorosas.

Stephannia Slounguer.

- No - niega con la cabeza - es imposible Steph, lo hemos visto hablar de ella con amor.

- Eso pensé yo Ad...pero - me levanto y voy por las cartas - ten, lee.

Pasan varios minutos en los que lee las cartas con una expresión de dolor y rabia absoluta.

- ¡Es un desgraciado! - se levanta - ¡un malnacido!,¡un casquivano!, ¡un sinvergüenza!,¡¿como se atreve?! - grita.

Me acerco a el y lo abrazo.

- Tranquilo Ad - lo abrazo más fuerte - se como te sientes, pero tienes que mantener la mente fría.

- No puedo Stephannia, el, el...

- Lo se, pero no puedes actuar de forma impulsiva.

- ¿Como pudo? - dice con la mirada perdida.

- No lo se, pero tenemos que investigar y el no debe sospechar o puede ocultar todo.

- Tienes razón, ¿donde encontraste las cartas? - cuestiona todavía molesto.

- No te gustará saberlo - aclaro, me duele recordar donde las tenía.

- ¡Habla ya Stephannia! - retrocedo automáticamente, nunca había usado ese tono de voz conmigo, brusca, fuerte, autoritaria, ordenando - lo siento Steph - me mira con suplica - pero necesito que me digas.

- Estaba en una caja fuerte...detrás del retrato de nuestra madre - susurro.

- ¡Es un hipócrita!, ¡¿como se atreve a profanar la memoria de nuestra madre?! - cuestiona iracundo.

- Estoy igual de furiosa que tú - aclaro - pero trato de mantener la calma.

- Voy a ver que puedo investigar, come algo y descansa - dirige a la puerta.

- Adrian - se detiene, voltea- no vuelvas a usar ese tono de voz conmigo - nuestras miradas se conectan - que sea la última vez, no quieres verme enojada.

- Esta bien - se marcha.

Me recuesto de nuevo en mi cama, ¿como pudo nuestro padre hacer eso?.

Busco la fotografia que guardo en mi cajón, es de mi madre, se ve tan feliz, se ve su panza grande, ahí ya estaba embarazada, tenía unos cinco o seis meses.

Sus ojos se ven brillantes, sus manos están en el vientre, y una hermosa sonrisa adorna su rostro.

¿Como pudo alguien romperle el corazón?, se ve tan angelical, ¿como pudo engañarla?. ¿Lo habrá sabido?, ¿sospechó alguna vez que padre la engañaba?. Espero que no.

Yo no podría soportar que alguien ne engañe así, no lo perdonaría, no podría.

Me levanto y voy hacia mi clocet, habro la puerta secreta que da a los pasadizos.

***.

- No se que pensar Fanny - dice Alejandro mientras me abraza. Estamos en el bosque, en un claro no muy lejos de su casa. Siempre nos vemos en este lugar. Nunca quiso ir al palacio, decía que no quería que pensaran que era mi amigo por conveniencia.

- Yo tampoco - sonrío con tristeza.

- No lo conozco en persona, pero has hablado tanto de él que puedo decir que nunca lo había imaginado.

- Yo tampoco.

- Se que debe doler, pero deberías averiguar bien antes de reprocharle algo, ¿estas segura de que son de el? - asiento con la cabeza - ¿crees que ella lo supo? - se que se refiere a mi mamá.

Algo indebido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora