Los vengadores son el nuevo presente de Alexandra Romanoff. La adolescente de ya casi 15 años tiene la mente fija en que debe ser parte del equipo y considera desde que obtuvo sus poderes que puede ser una gran adición, pero su madre está completame...
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14 de diciembre de 2017
P.O.V. Nat
No han sido semanas fáciles. Tener tres niños pequeños a los que cuidar no era lo que había planeado para estas vísperas de Navidad, especialmente ahora que en Wakanda comienzan a celebrarse grandes eventos, a los que asisten empresarios reconocidos que no pueden vernos, ya que somos uno de sus principales objetivos. Intenté convencer a Steve de irnos a la casa de seguridad en Escocia para estar más tranquilos, pero tanto él como Shuri me dijeron que era una mala idea irnos al medio de la nada, en pleno invierno, con tres niños pequeños que parecen empeñados en meterse en problemas todos los días.
Finalmente, lograron convencerme. Steve se las arregla para sacar a los niños todos los días a jugar y gastar su energía. Incluso se lleva a Rajah, a quien los primeros días le habíamos pedido a Shuri que cuidara, ya que es un poco brusco y temíamos que pudiera lastimar a los niños. Pero no fue así. Él es tan delicado con ellos que no parece el mismo perro loco que conozco. Incluso no se separa de Alex, siempre la está cuidando.
Estaba mirando a Alex dormir su siesta mientras pensaba en alguna solución para nosotros. Ya me cansé de estar encerrada en el palacio, pero al mismo tiempo sé que no podemos ir a un lugar donde no tengamos ayuda o que esté demasiado alejado. Entonces, una idea loca llegó a mi cabeza. Quizás, con la ayuda de Shuri, podríamos lograrlo.
—¿En qué piensas, cariño? —preguntó Steve, haciéndome saltar un poco. No me había dado cuenta de que me estaba observando.
—En nada... —respondí evasivamente.
—No mientas. Tienes esa cara de cuando se te ocurre una idea —dijo con una sonrisa.
—Estaba pensando en algo... —admití.
—¿En qué? —preguntó, intrigado.
—¿Y si vamos con Clint?
—Nat, yo siempre te apoyo, pero esta vez creo que es una mala idea. ¿Ir al país donde somos los más buscados? ¿Para qué arriesgarnos así?
—Clint y Laura podrían ayudarnos. Además, con la tecnología de Wakanda, sé que podemos pasar desapercibidos.
—Sabes que a Clint lo revisan todas las semanas para asegurarse de que cumpla con su arresto domiciliario.
—Con velos fotostáticos y nuevas identidades, no sabrán que somos nosotros.
—Amor, es muy arriesgado. Vamos con los niños. Si algo sale mal, podría terminar en desastre.
—Esta vez siento que lo lograremos sin problemas. Además, si ocurre algo, nos subimos al jet y en menos de 10 minutos estamos fuera.
Él suspiró antes de responder.
—Intentémoslo, pero a la mínima amenaza, nos devolvemos.
—Acepto —dije, tal vez un poco más fuerte de lo que debía, lo que despertó a Alex de su siesta. Terminó llorando porque aún tenía sueño, pero, ¿por qué si tiene sueño no se vuelve a dormir? Los bebés a veces son muy complicados.
