We are killers

CAPÍTULO 21

Luego de salir me quede pensando en lo que dijo, es halagador y algo incómodo que los demás desarrollen sentimientos pasionales por mí, no es como deberían ser las cosas.

Los efectos de la adrenalina se desvanecieron y me siento agotada además de adolorida por causa de Min Ki ¿Quién le dijo que lanzarse sobre mí era menos doloroso que una silla contra mí? Maldito, me salvo de una pero me hubiera podido romper un hueso ¿Cuánto pesara? No menos que yo, espero.

— ¿qué haces aquí? — pregunto Minhyun y no me di cuenta a qué hora entre a su habitación tenía planeado ir a la habitación vacía y tirarme en la cama a descansar.

¿Cómo es que pienso una cosa y hago otra? ¿En qué mundo vivo?

— ¿qué haces aquí? — pregunte luego de ver que no había equivocado de habitación

— Me levantaron el castigo y ya pude volver a mi celda — hablo sereno y tranquilo mostrándome su maleta indicando que acaba de entrar

— ¿le llamas a esto celda? —

— Es una celda, el hecho de estar aquí no quita el hecho de que estoy preso — él se acostó en la cama al lado mío disfrutando la sensación de estar de nuevo en su propio espacio

— ya quisiera yo haber tenido una celda así — cerré los ojos maldiciéndome internamente por hablar de más

— ¿estuviste presa? — él se sentó de un salto ante mi involuntaria confesión

— No presa, solo pase una noche en la estación de policía — dije sin querer darle mucha importancia

— Explícate — exigió

— Estaba trabajando para una empresa de modas y me culparon de robo pero pude probar que no fui yo que todo fue un mal entendido.

— Tuvo que haber sido duro — me dijo acostándose de nuevo con una mirada de comprensión

— Sí que lo fue — susurre.

— Cuando me detuvieron también fue duro — él sonrió con amargura — no lo podía creer

— ¿estas arrepentido? — el guardo silencio un rato ordenando sus ideas y pensamientos

— desearía decirte que si lo estoy, pero hice lo que hice con la plena conciencia de lo que implicaba y lo hice igual. Sé que no era la mejor manera de arreglar las cosas pero para mí fue la única salida y la mejor manera de arreglar las cosas — de nuevo se quedó en silencio, luce como avergonzado — hasta antes de llegar aquí solo lamentaba que me hubieran atrapado pero... ahora agradezco que lo hicieran, yo hubiera acabado con todos si me hubieran dejado y lamento haberle hecho daño a quienes quería con ello.

—Lamentas algo... al menos — dije optimista, ambos sonreímos.

— No quiero hacerlo de nuevo — él no me miro a los ojos viéndose afectado, al borde del llanto.

—No lo harás — le tome la mano — te lo aseguro.

Sonreímos y de nuevo el silencio se apodero de la habitación. Es uno de esos silencios cómodos.

— ¿sabes algo? — él me miro tratando de confesar algo

— No, no sé nada — intervine antes de que continuara con lo que presiento será una confesión

— hablo en serio — se quejo

— yo también — sonreí de forma involuntaria y el también — sigue hablando, solo bromee para aligerar la tensión