CAPÍTULO 45

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Con una sonrisa que parecía tatuada en mi rostro me aplique el brillo labial mirándome en el espejo del baño de chicas del instituto. Mire los pies de mi enemiga de turno por debajo de la puerta de un cubículo, la imagine llorando y sonreí.

—tranquila Julie, ya no seré un obstáculo en tu vida— comento luisa dentro del cubículo del baño

— ¿tú eres un obstáculo para mí? —me contuve de reír girándome en dirección al cubículo en donde esta oculta recostándome al lava manos— eres tan poca cosa que ni para una cucaracha lo serias— la escuche sollozar y una ola de satisfacción me recorrió —una palabra que se aplica a ti es estorbo, no eres linda, tampoco inteligente, ni talentosa, tus padres lo saben, por eso te ignoran pero eres tan estúpida que ni lo notas—

— ¡Basta!— grito llena de rabia aun sin salir del baño —ya me los has hecho saber no es necesario que me lo sigas recordando —

Ah no, apenas empiezo, le advertí que no sabía cuándo detenerme y me ignoro. Esto es lo que quería.

— ¿que no puedes hablar sin gritar? — Camine hasta quedar junto a la puerta del cubículo junto al de ella y abrí la puerta de golpe provocando que el fuerte sonido del impacto inundara el baño, vi sus pies temblar de la impresión — a nadie le importa lo que te pase o lo que sientas —

— debería dejar de ser un estorbo ¿cierto?— pregunto con nostalgia

— ¿y cómo piensas hacerlo? por qué le harías un gran favor a la humanidad —

—Adiós, Julie — iba a preguntarle el por qué se despedía si seguía en el baño hasta que varias gotas de sangre mancharon el suelo alrededor de sus pies — gracias por abrirme los ojos — luego no fueron gotas si no un chorro de sangre el que caía formando un charco.

—Esto debe ser una broma — me acerque al cubículo y me agache con cuidado de no ensuciarme con su sangre y antes de verla por completo de su mano derecha cayo una pequeña y delgada cuchilla llena de sangre —esto no está pasando —

Me levante lo más rápido que pude y use el baño de al lado para poder verla desde arriba ya que el charco de su sangre era cada vez más grande.

Luisa estaba sentada con la cabeza hacia atrás dejando ver un profundo corte en el lado izquierdo de su cuello de donde salía sangre a choros y otro en su mano izquierda del que brotaba menos sangre que por su cuello pero igual era mucha en realidad.

Me apoye en el inodoro y salte para entrar en el cubículo donde estaba Luisa cayendo con cuidado para no hacerle más daño del que ella ya se hizo. Le di varios golpecitos en la cara para ver si seguía consciente pero no fue así. Sus ojos no se abrieron, cada segundo se veía más pálida y también pesaba más.

Grite para pedir ayuda pero nadie llego, me quite el la camisa del uniforme para ponerla en su cuello y frenar la salida de sangre en su cuello y me quite la cinta de mi cabeza para atarla en su mano, seguí pidiendo ayuda pero nadie entro por lo que tuve que cargarla y salir con ella del baño debido a su peso solo pude arrastrarla.

Antes de salir del baño me choque de espaldas con alguien — al fin llego alguien— comente aliviada — necesito llevarla a un hospital — comente tratando de no perder la calma y creo lo logre. Al girarme solo vi la mirada de horror de Vero y de Cristian.

No pude decir nada, un enorme nudo se formó en mi garganta impidiéndome pronunciar algo, nadie me había visto así jamás, sus miradas eran una mezcla entre horror, odio, desprecio, decepción y tristeza.

We are killersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora