CAPÍTULO 62

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Como diseñador de accesorios, Seo Ji obtuvo mucha fama en el mundo de la moda que unida a la de Class&Style le hizo aún más famoso por lo que su cuerpo ha estado en cámara ardiente por un día, llegaron flores enviadas de todos los lugares del mundo. Todas las casas de moda de Asia y Europa enviaron sus condolencias y las decenas de modelos que han trabajado en Class&Style asistieron al entierro, sin contar los innumerables amigos que tenía Seo Ji de la universidad.

Hay tanta gente que me sentí pequeña e insignificante. La señora Kang no ha parado de llorar y su esposo aunque trata de ser fuerte tampoco ha estado diferente, ninguno se ha separado del ataúd. Gwi Ji, por su lado es quien ha estado a cargo de todo, hablar con las personas, logística del funeral, ordenar las coronas de flores y aunque le he ayudado un poco no ha descansado un minuto. La entiendo, cada que se toma un descanso se desmorona y de no ser por ella estaría peor, me sorprende lo amable que ha sido conmigo, yo debería consolarla pero no se ha dejado.

— ¿Por qué enviaste una corona de flores? ¿No ves que ya no sé dónde ponerlas?— me reclama Gwi Ji con una libreta en la mano, se la ha pasado garabateando el cómo acomodar las tantas flores que le dan a Seo Ji de manera que no se arrojen a la basura sin que las vean antes. Una tarea estúpida pero que la mantiene ocupada. — ¿Ni en el funeral de mi hermano vas a dejar de fastidiarme?

—He estado aquí todo el tiempo ¿en qué momento iba a pedir una estúpida corona de flores?

— ¿Pues cuantas Julie Echeverry conocía mi hermano entonces?

— ¿Segura leíste bien? No he pedido nada.

—Por cierto, quéjate con la florería solo la dejaron en la puerta y ya. — al terminar de hablar ambas nos miramos pensando en lo mismo, esa corona de flores no son condolencias, no mías al menos.

— Espero que no sea lo que estoy pensando. —ambas casi corremos hasta la entrada de la sala de velación en donde un hermoso arreglo floral de rosas amarillas de poco más de metro y medio obstruye la entrada. Una enorme tarjeta negra con mi nombre escrito en letra cursiva de color blanco destaca en medio del arreglo.

La misma letra de las amenazas y el típico papel negro. Lo tome y en la parte de atrás hay otro mensaje.

Disfruta este funeral,

Pronto será el tuyo.

Gwi Ji me quito la nota y llame a Tashy de inmediato.

— ¿Qué no puede al menos respetar nuestro dolor? Debe estar muy confiado ese imbécil para burlarse así de nosotras.

Me acerco al guardaespaldas que tengo más cerca y le pido que revisen las cámaras y den con la persona que dejo la corona de flores. Tashy contrato a veinte hombres para que cuidaran el lugar durante el funeral. Los mismos hombres se llevan el arreglo de flores con discreción ya que según me informan, será tomado como evidencia.

Gwi Ji se queda refunfuñando y en algún momento se desaparece de mi vista, supongo que se habrá encerrado en un baño a llorar. Así ha sido todo el tiempo.

Me siento en la primera silla que veo y me quedo viendo a las personas que entran y salen durante un tiempo hasta que mi celular suena. Es Jong In. Me ha llamado mucho desde que supo lo de Seo Ji, dijo que me llamaría cuando llegara a Seúl.

—Hola ¿paso por ti al aeropuerto? —miro la hora en mi reloj, 3:23 pm— El entierro es en cuarenta minutos

—Lo siento — hace un pausa, suena a que está llorando y me temo que no está en el aeropuerto — no he podido viajar

We are killersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora