NOTA: antes de empezar, ¡FELIZ NAVIDAD! estoy emocionada de compartir esta parte de la historia, es otra de mis favoritas y cuando la lean me encantaría conocer su opinión, o si les gusta tanto como a mi. ¿Recuerdan el prólogo de la historia? Pues les aviso que se acerca esa parte, espero publicarlo antes de año nuevo pero no prometo nada. los amo.
♥♥♥
—Bien. ¿Cómo empiezo? — comento luego de un largo suspiro, Ren empezó a jugar con sus manos de forma nerviosa. — Mi padre es militar, y mi abuelo y bisabuelos, el padre de mi madre también lo fue y mi madre es abogada—
—Como tu hermano — añadí
—exacto, solo que ella es abogada fiscal, yo me salte la tradición haciéndome asesino ¡Qué deshonra! Ellos luchando por mantener el orden del mundo y yo haciéndolo trizas bajo sus narices.
—solo asesinaste a cinco personas ¿no? Eso no es hacer trizas el mundo, te das mucho crédito — me puse a acariciarlo de nuevo siento como si lo tranquilizara.
—Fueron once, de hecho — me detuve, de pronto siento a un gato un tanto más salvaje de lo que imagine — nunca he sido muy honesto que digamos
— ¿Cómo es que...? —
—Iba en que no soy lo que esperaban — no es como que un padre espere con ansias que su hijo sea un asesino en serie, ironice mentalmente — mi papá me esperaba mmm ¿Cómo decirlo? más hombre, ya sabes alguien rudo y viril, que desbordara testosterona por cada poro y lo cierto es que desde que tengo memoria eso me dio igual, su obsesión era tanta que en una ocasión hasta dude de la posición de mis genitales, no sé, creí que se caerían si me crecía el pelo o algo así — no pude evitar reír y me regañe mentalmente por reírme en un momento serio — dale, ríete con ganas, sé que es gracioso. — se quedó mirándome esperando a que me riera más y no pude contener la risa.
— ¿Dónde quedo esa inocencia? — se reacomodo y quedo viendo a la pared frente a nosotros, volví a acariciarlo, después de todo no es una novedad que es asesino.
—súmala a la lista de asesinatos; bien, como te decía, mi padre es muy paranoico, busco ayuda con su hermano, él era entrenador en un instituto y deportista, nunca llego a los olímpicos y nunca me importo el por qué, en la enferma mente de mi padre, su hermano me haría más hombre y resulta que la estrategia de mi tío fue abusar de mí, tenía ocho años por si te lo preguntas.
Cuando me dijo que no era la primera vez que lo violaban nunca imagine que fuera de pequeño, ni menos un familiar. Sentí una punzada en el pecho por la pena de saber lo difícil que tuvo que ser para Ren experimentar algo así.
— ¿se lo contaste a tu padre? —no pude evitar preguntar
—sí, fue el primero es saberlo y lo ignoro, en cambio me regaño, me culpo y me golpeo — la pena paso a ser indignación, recuerdo haber visto al señor Choi diciendo que Ren está muerto, yo me quejaba de mis padres pero ese hombre es peor que Ren, y su familia...
— ¿tu madre y tu hermano...?
—No lo saben—respondió terminando mi pregunta — nunca me dejaron decirles, mi madre estaba muy ocupada y era inútil meter a mi hermano en todo eso.
—lo siento tanto. — exclame totalmente afligida, en cambio Ren está tranquilo ¿Cómo puede decir algo así sin inmutarse?
—quien debió sentirlo ya murió.
—Muero por saber cómo — añadí con la indignación a flor de piel.
—los abusos de mi tío fueron constantes durante mucho, si me dejaba el pelo largo ese era mi castigo o si no obedecía a mi padre, cuando tuve doce años empecé a dejarme crecer el pelo de nuevo, me di cuenta de que los abusos no eran mi culpa, mi tío estaba enfermo y que yo no quisiera ser el próximo macho alfa de la familia Choi no me hacía culpable, siempre fui consiente de mi orientación sexual y esa no estaba influenciada por mis gustos en ropa o cuan largo estaba mi pelo, así que decidí hacer realidad mis fantasías, en más de una ocasión había soñado con matarlo y añoraba verlo sangrar y gritar hasta su último aliento, me contuve respecto a eso, entre más sangre haya en un asesinato más difícil es cubrirlo y después de todo, lo importante era verle muerto, lo planee meticulosamente, estuve practicando su caligrafía por meses hasta que logre igualarla, mi tío tenía un yate, el legado de militares había acumulado muchas riquezas y el sabia disfrutarlas. Me llevo de paseo tío- sobrino en su yate, durante el paseo, lo sede, con las pastillas contra el insomnio que me habían recetado, los médicos dijeron que era estrés y ansiedad académica, lo cierto es que imaginarlo muerto era mucho mejor que dormir aunque mi cuerpo dijera lo contrario, el tomo las pastillas mezcladas en whiskey y luego amarre un disco de pesas en su cuello, encendí el yate y lo arroje al mar, de regreso escribí la carta de suicidio de mi tío y luego llame a mi padre para que me recogiera como cada vez que abusaban de mi —
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We are killers
FanfictionEn esta historia no se puede catalogar a los personajes como buenos y malos, eso no significa que no hay villanos y víctimas. Aquí, como en el mundo real todos son buenos y malos en proporciones distintas. Esta historia nace de la pregunta que me...