Amistad

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El curso empezó y fue avanzando con normalidad, sin demasiadas cosas a destacar.

La gente de su nueva clase parecía menos cabrona aunque de todos modos se llevase alguna hostia por parte de ciertas personas por culpa de hacer amistad con quien no debía.

Había ido desde el primer día con Gwen e Ibai, lo cual al principio había sido algo forzado y hacía muy probablemente sentir a ambas partes incómodas, pero poco a poco se había ido afianzando su relación.

Especialmente con Gwen.

Ibai era buen tío, pero era tío, y tenía sus amigos tíos y Ele no era capaz de relacionarse con ellos tanto como hacía con Gwen.

Y era en realidad Gwen quien ponía mayor empeño en hacer de aquello una buena relación.

A los tres días se había intercambiado los números y de vez en cuando Gwen le enviaba algún mensaje, ya fuese para enseñarle una foto graciosa, para contarle un chiste malo o para cotillear sobre su grupo.

Al final, y a pesar de ser considerados los marginados, eran un grupo enorme, con gente de todos los cursos.

Al ser un grupo tan grande, había subgrupos dentro de él, los cuales solían quedar más entre ellos o a veces incluso iban a otra parte en los patios.

En el que iba Ele, se encontraban Gwen, Ibai, Peter, otro amigo de la infancia de ellos con el que Ele había compartido clase hasta marchar de la ciudad, Evan y John.

Los dos últimos eran desconocidos para Ele, aunque no por completo, Evan solía ir a la clase de al lado en primaria y John era un chico varios años mayor, repetidor, que iba en el autobús con ella ya el año pasado.

Las cosas iban bien en ese sentido, ahora tenía gente con quien estar en los patios a pesar de no sentirse aún por completo parte del grupo, y Gwen era muy buena con ella.

En cuanto a Ali, su relación era mejor a la de principio de curso en el otro instituto.

Ahora ella estaba acostumbrada a tenerla en clase y, como nadie sabía que eran familia, podían actuar como simples compañeras y hablarse lo justo y necesario.

O eso creyó Ele al principio, porque en cuestión de dos días casi todo el instituto sabía ya que eran primas.

Ali había sido quien lo había ido gritando como si fuese algo verdaderamente importante que dar a conocer.

Al pedirle su opinión a Gwen e Ibai, no coincidieron, pero era obvio cuál de los dos llevaba razón.

-Lo que pasa es que debe estar acojonada de que os vean hablando mucho y se crean que es porque sois amigas. Debe creer que vas a estropearle su preciosa reputación, vaya estúpida, si eres un encanto -esa fue la teoría de Gwen.

Ciertamente con ello todo encajaba.

Pero dolía lo suyo, como casi todo lo que rodeaba su relación con Ali en el último año.

Volviendo a Gwen, habían pasado tres semanas desde el principio de curso, y desde entonces había quedado con ella tres veces, una cada semana, los viernes.

La primera vez que quedaron fueron apenas tres horas, y en ellas se contaron todo cuanto les había pasado en esos cuatro años.

Creo que Gwen fue completamente sincera, pero Ele no, hubo cosas que Ele no se atrevió a contar.

Le habló de Derek, de todo cuanto pasó con él, le habló de lo mal que se llevaba con Jessica, de cómo fue su vida en la otra ciudad y de que había sufrido de anorexia, pero no le dijo nada sobre su anónimo o Spencer, ni una sola palabra.

Cartas a un anónimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora