Reencuentro

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Ele no pudo levantarse esa mañana de viernes, no tuvo ni la fuerza ni el valor.

No quería ver a Jessica, no quería ver a Ibai, se moría de vergüenza.

Lo único que merecería la pena de ir, sería su anónimo, pero aún así no fue incentivo suficiente, y le dijo a Carla que se encontraba mal y que quería quedarse en casa durmiendo.

Para su sorpresa -y en realidad miento, porque llevaba largo tiempo siendo así-, ella no opuso resistencia alguna, y la dejó quedarse en casa sin preguntar ni qué era lo que le dolía.

A Ele ya ni le importaba.

Vivir con ellos no era como vivir con una familia de verdad, a veces ni la miraban al pasar, a veces le gritaban por gritar, a veces la trataban con tanto cariño que no sabías si era que querían algo de ella o si simplemente se les había olvidado que ya no merecía la pena esforzarse, que por su parte Ele no quería fingir más que se sentía cómoda ahí, que seguramente les odiaba aunque les quisiese por ser, bueno, su familia.

Y, a veces, les daba también por preguntar tonterías sobre las cuales la respuesta era más que obvia.

Como esa tarde, semanas atrás, cuando, sentados todos en el sofá mirando una película por puro aburrimiento, le preguntaron a Ele si tenía novio.

Como si no hubiese estado llevando durante meses a Jessica a dormir a su casa cada día que le había sido posible.

Como si no las hubiesen visto entrar y salir juntas de la ducha.

Como si no hubiesen podido ver de casualidad más de un beso de saludo o de despedida.

Puede que en esos días muchas mejores amigas llegasen a tales extremos, ya fuese por experimentar o por simple cariño, pero estaba claro que ellas dos no eran mejores amigas.

Esa tarde, frente a esa pregunta, Ele respondió que no tenía novio, pero sí novia.

A lo que Mike y Erin no reaccionaron, pero Carla sí.

-¿Cómo vas a ser lesbiana?

-No he dicho que sea lesbiana, simplemente que mi pareja es una chica.

-¿Entonces? ¿Bisexual? Eso no existe, sólo son gente depravada que no sabe ni lo que le gusta, y tú no eres así.

-¿Y tú qué vas a saber cómo soy yo?

-Lo sé porque soy tu madre y por algo te he parido. Sino, ya me dirás quién es tu novia.

-Oh, vamos, como si no lo supieses.

-No, no lo sé -paró la película indignando a Mike y haciendo así que Erin se fuese a su habitación.

-Pues no seré yo quien te lo diga, ella aún no quiere salir del armario.

-Ves, no eres lesbiana. No puedes decirme quién es porque no existe.

-Por Dios... -Ele empezó a enfadarse de verdad.

-Además, sé que en abril estuviste saliendo con ese chico al que mandaron a un reformatorio. Si te gustaba un hombre no puedes ser lesbiana.

-Mamá, las cosas cambian en cuestión de meses, es algo que aprendí de alguien a quien debo mucho -al final se rindió con lo de la bisexualidad porque sabía que Carla no daría su brazo a torcer.

-Dile entonces a ese alguien que se equivoca. Las cosas cambian mucho en pocos meses cuando no se tienen las ideas claras, cuando maduréis vais a ver que las cosas pueden seguir igual durante años.

Cartas a un anónimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora