Las cosas cambian | Ross Lynch

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Once.

-Oh.
Gimotee en el oído de Ross.

Habían pasado exactamente dos días, y ni siquiera había pensado en la decisión que iba a tomar, por una parte, quería ser novia de Ross, y por otra parte, no me sentía lista como para volver a tener novio.

Sus brazos recorrieron mi espalda, y me metieron a la bañera, junto a él. Ross me puso encima de él y comenzó a besarme, mientras que yo me movía en su erección.

Con mis manos le acaricié el rostro, y quise sentarme sobre él para poder introducir su miembro en mí pero el se detuvo agarrando mis senos y apretándolos.

Lamió y chupó mi pezón derecho con fuerza, tiré la cabeza hacia atrás y gemí. Oh Demonios.

Deslizó sus manos por mi cintura, acariciándola y mojándola con el agua tibia.

Gemí cuando succionó mi pezón.

-Mmm -Ronroneó-. No sabes cuanto amo tus senos... Son redondos, bien colocados y saben realmente bien.

Se me escapó una risita pero luego di un pequeño grito al notar que uno de sus dedos jugaba con la abertura de mi vagina.

Lo deslizaba desde mi clítoris hasta el final de mi primer agujero. Con su otra mano me sujeto del trasero, y paso uno de sus dedos por mi segundo agujero.

Me puse tensa de inmediato.
Le besé el cuello dejándole un pequeño chupetón, sabía cual era la debilidad de Ross: Los besos en el cuello.

Le besé sobre sus dos pequeños lunares y pase mi lengua desde su lóbulo hasta su clavícula.

Me arquee al sentir su dedo introducirse en mí, le mordí el labio inferior y tiré suavemente de él.

-Me encantas nene.
Susurré y dirigí mis manos a su pene.

Yo también podía jugar.
Le mordí el lóbulo de la oreja, y masajee sus testículos con extremo cuidado.

-Nena... Oh...

Besé su cuello y quité su mano de mi vagina. Le deje una pequeña mordida en el mentón y me monté encima de él.

Mis piernas abrazaron sus caderas y me senté sobre su pene, haciendo que directamente me penetrará.

Solté un suspiro de alivio y comencé a mover mis caderas. Ross movió sus caderas hacia adelante, introduciendo de aún más dentro de mí.

Me lamí los labios y volví a restregarme sobre Ross.

-¡Oh preciosa! -Presionó mi trasero.

-No grites -Susurré-. Jane despertará si gritamos.

Dije con la respiración agitada.
Ross me sonrió y comenzó a mover sus caderas al mismo ritmo que las mías.

Tendría que ir a Kansas para una nueva sección de fotos, y además porque me habían invitado a ser la anfitriona de un desfile. Obviamente acepte, he iría exactamente mañana por la noche.

Tenía muchas cosas en mi cabeza.
¿Si aceptaba ser la novia de Ross tendríamos una relación a larga distancia?
Esa idea no me parecía. Y realmente no quiero separarme de Ross.

Volví a la realidad con un gemido. Hice un gran esfuerzo por no gritar cuando me corrí, así que tuve que morder el hombro de Ross.

En unas embestidas más, Ross se corrió y me beso para callar sus gemidos y jadeos.
Suspiré y me mantuve allí, mirándolo fijamente a los ojos.

-Mañana me iré a Kansas.
Dije algo apenada tocando el torso de Ross.

-Lo se -Me dijo mordiéndome la mandíbula-. ¿Puedo ir contigo?

Me pregunto acariciando mis caderas.
Fruncí el ceño pero no pude evitar sonreír.

-¿De verdad irías conmigo?

-Claro -Sonrió-. Tengo vacaciones de 4 meses, y luego me iré a Los Angeles a seguir trabajando.

Me reí y besé sus labios.
Saboree su sabor a almizcle.

-Me sorprende que seas doctor.

-Bueno, créelo, me llamo la atención esa carrera, me fue bien y me contrataron para trabajar en una de las mejores clínicas de Los Angeles.

Mordí mi labio inferior para luego besar su mejilla, Ross me devolvió el beso, excepto que fue en los labios.

-_______... Sobre lo que te pregunte hace unos días... ¿Ya lo pensaste?

Sonreí al mirar sus ojos.
Le acaricié la mejilla con mi mano derecha, junte nuestros labios sin darnos ningún beso.

-Claro que quiero ser tu novia, Ross.

Dije haciéndolo sonreír.
Había llegado a un punto en el que, ya no me importaba lo que dijeran mis padres, era mayor de edad y podría estar con quien yo quisiera.

¿Y quién mejor que Ross?

-Prometo hacerte feliz.
Me dijo acariciando mis caderas desnudas.

-Se que será así Ross.

Dije y volví a unir nuestros labios en un beso lleno de amor.